Capítulo 43
Sookie bajó las escaleras de su casa, ya cambiada para irse a trabajar, mirando su móvil de nuevo con aquella horrible sensación dentro. La voz de su compañera de piso la distrajo al salir al vestíbulo para encontrarse con ella.
-¿Aún nada? ¿Maia sigue sin responder?
-Eso parece. Tampoco me ha devuelto ninguna llamada en todo el día. Esto es raro, y tengo un mal presentimiento. Se nos acaba el tiempo, para colmo. Eric quiere una respuesta esta noche o empezará la guerra sin cuartel.
-Escucha, tú vete a trabajar, yo voy a ir a Nueva Orleans a buscarla directamente. Puede haber ocurrido algo, como dices, así que vamos a aprovechar que libro.
-Lil, no sé si es buena idea. Que vayas sola...
-Hay que hacerlo, Sook. No te preocupes, ya me voy manejando con mi poder. Te dejaré un mensaje en cuanto sepa algo. Me visto y salgo ya también.
-Está bien. Pero, por favor, con lo que sea comunícate. Déjame un mensaje de voz y lo escucharé en cuanto Sam no me vea.
-Hecho.
-Ten cuidado. -Se despidió la rubia, sujetando la puerta medio abierta antes de salir de la casa.
Sookie suspiró mientras se metía en el coche, preocupada. Tras dudar un segundo después de arrancar el motor, sacó su móvil y esperó a que el contestador automático del número marcado saltara.
-Eric, creo que pasa algo con Maia, no nos ha cogido el teléfono en todo el día. Lil se va a buscarla a Nueva Orleans por si algo ha ocurrido. No tengo para nada un buen presentimiento y podría estar en problemas. Ella llegara casi para la caída del sol. Por favor, ayúdala. Adiós.
La joven suspiró de nuevo, sabiendo que aquello no iba a gustarle a la morena, pero no podía arriesgarse a que las cosas se pudieran feas de verdad.
* * * *
El sol se había ocultado cuando Lil llegó ante la casa de la anciana bruja.
Todo parecía en calma en el exterior, con lo que llamó a la puerta enérgicamente, pero ningún sonido parecía salir del interior. La morena se giró para mirar alrededor, observando que la vecina de la derecha salía a su porche, regando las plantas de su jardín.
-¡Oiga, perdone! ¿Por casualidad no sabrá si la señora Lorde ha salido o está en casa?
-Pues no la he visto salir desde que llegó este mediodía. Su hijo la trajo y se fue. Creo que recibió alguna visita por la tarde, además.
-Gracias, muy amable.
Lil borró la sonrisa al instante, haciendo ver que se marchaba de nuevo hasta que la vecina volvió al interior de su hogar. Fue entonces cuando volvió a la puerta y se concentró, murmurando unas palabras hasta que consiguió que la puerta cediera, abriéndola.
-¿Hola? Maia, soy Lil. -Alzó levemente la voz al adentrarse, cerrando despacio la puerta mientras se adentraba por el pasillo, llegando al salón. La imagen la dejó petrificada en el lugar.
La anciana se encontraba al final de las escaleras, parecía que tras una caída, y un gran charco de sangre la rodeaba.
-Dios mío, no. -Susurró la morena, atreviéndose a tomarle el pulso, retrocediendo veloz al sentir la frialdad en su piel. No había nada que hacer.
Sintiéndose perdida, la joven tardó en reaccionar y volver a moverse, comenzando a mirar a su alrededor. La bruja debía de tener por allí su grimorio, y el hechizo que había creado para Earl, con lo que comenzó a caminar por la casa en su busca.
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Contigo, sin ti
FanfictionUna joven llega huyendo de su pasado hasta Bon Temps para empezar una nueva vida, pero pronto descubrirá al conocer a Sookie y su círculo más cercano, que aquel comienzo no será para nada como había esperado, encontrándose con peligrosas aventuras y...