Capítulo 51

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Capítulo 51

-¿Lil? ¿Estás bien?

La mentada volvió a la tierra ante la pregunta de Madeleine, quien había detenido su coche cerca del lugar donde iban a encontrar a Earl, según los vampiros de la Autoridad.

La morena asintió varias veces, pero la mayor no parecía quedar satisfecha, leyendo la expresión de su rostro.

-Oye, sé que esto te disgusta tanto como a mí, pero debemos mirarlo por el lado positivo; así al menos acabará de una vez por todas, y nosotras ni siquiera tendremos que exponernos de más.

-Sí, tienes razón, pero tengo como un mal presentimiento; siento algo dentro extraño. No te lo sé explicar.

-Bueno, cielo. Has pasado por mucho en poco tiempo, no me extrañaría que fuera eso. Necesitas descansar mentalmente.

-Ojalá podamos de una puta vez, Madeleine. Venga, vayamos antes de que vengan a buscarnos con la amabilidad que les caracteriza.

La de cabellos rojizos asintió con una sonrisa, imitándola para salir del coche.

Las mujeres observaron a su alrededor con algo de asombro aún. Estaban en pleno Nueva Orleans, y el príncipe hada a sólo unas manzanas, en un edificio de oficinas pertenecientes a los creadores de la True Blood.

La gente de Flanagan había averiguado que Earl iba a reunirse en secreto con alguien de la dirección de la empresa aquella misma noche, algo que alarmó a Lil ante las novedades descubiertas. La mujer se preguntó si Eric habría avisado a la cúpula vampírica, o sólo a sus allegados, pero no pudo seguir perdida en sus pensamientos cuando encontraron a Pam a escasos metros, esperándolas.

-Hay que darse prisa; al parecer están terminando antes de tiempo y podría largarse en cualquier momento, y hay que montar el lío dentro del edificio o saldremos en todos los putos telediarios.

-Hola también a ti. -Susurró la camarera, sabiendo que ella la escucharía, aunque como se temía, la ignoró.

-¿Qué debemos hacer? ¿Cuál es el plan? -Intervino Madeleine.

-Os llevaremos ante la puerta de la sala de reuniones, donde entraremos a saco y mataremos a los lobos guardaespaldas de Earl, y a todo el que se resista. Vosotras sólo tenéis que usar la magia para que se esté bien quietecito hasta que Flanagan lo interrogue y lo mate después.

Madeleine musitó un leve bien, continuando después en silencio a paso ágil hasta el alto edificio acristalado. Eric esperaba apoyado en el capó de un coche, alejado de la puerta principal, pero salvo él, no había rastro de más vampiros. Al ver avanzar al trío, se puso en pie para acercarse.

-Eric. -Saludó lacónica Madeleine, haciendo que el rubio asintiera. Tras compartir una fugaz mirada con Sandford, habló.

-Debemos subir ya. Todo está preparado. Por aquí.

Todas obedecieron, siendo Pam la última de la fila, avanzando hacia la parte lateral del edificio, donde una de las salidas de emergencia había sido manipulada por el equipo vampírico, así como las cámaras de seguridad.

Una vez dentro del diáfano recinto, ahora a oscuras y solitario, las brujas pudieron observar a varios vampiros moverse por la zona hasta ocupar sus nuevas posiciones, avanzando hasta la tercera planta del complejo. Al final de un pasillo, varios vampiros custodiaban la puerta tras la cual se celebraba la reunión.

Madeleine apretó la mano de su compañera, trasmitiéndole fuerza antes de empezar, soltándola justo cuando abrieron a bocajarro la puerta de la gran sala y el caos comenzó.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora