Capítulo 53

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Capítulo 53

Alcide y Lil bajaron de la furgoneta de él, llegando al club de carretera de Jack al caer el sol, tal y como se había acordado para una reunión de manada.

El hombre lobo no estaba muy seguro de si había hecho bien trayendo a la mujer aquella tarde, puesto que le esperaba una noche difícil, horas más tarde, tratando de librarse de aquel hechizo que la unía a Earl. La camarera debió escuchar sus quebraderos de cabeza nuevamente, y le habló en un murmullo despreocupado mientras avanzaban.

-Venga, Alcide, tranquilo. Ya hemos hablado de esto; estar aquí no influye en nada de lo que pase esta noche. Practicar un par de horas más con Madeline no iba a cambiar nada. Hemos hecho todo lo que hemos podido.

-No sé, Lil. No puedo evitar pensar eso, sabiendo que esto sólo lo haces por mí.

-Somos amigos, los amigos se ayudan, aunque las cosas estén jodidas. Esta noche saldremos de dudas y acabaremos el trabajo. Relájate o van a sospechar.

-Tienes, razón, lo siento.

La camarera no dijo nada, agarrando la mano del moreno antes de entrar en el amplio local, ya abarrotado por todos los lobos convocados.

La pareja avanzó unos metros mientras Alcide saludaba a algunos de sus compañeros, hasta detenerse con una licántropa rubia y alta que Lil recordaba de la primera reunión.

-Hola, Claire ¿Cómo te va? ¿Has venido sola?

-Hola, chicos. Sí, Bobby tenía que trabajar esta noche. Aunque si te soy sincera, cada vez me gusta menor venir con la manada. -Susurró, haciendo que Alcide asintiera solemne.

-Te entiendo bien... He vuelto para saber qué coño está pasando con la gente que está desapareciendo.

-Lo hemos notado, sí. Bobby piensa que a los que han contradicho los planes de Jack, los han matado. Yo soy más optimista, creo que los habrá exiliado o algo así, o eso espero... Debes tener cuidado, Alcide. Las cosas no están para jugársela mucho con ese loco hada guiando a las manadas.

-Lo sé, pero tengo que arriesgarme. Hay que parar esto o acabará por deshacerse de todos nosotros al final. Guárdame el secreto y no temas en líos, Claire.

-Descuida. Tened cuidado, chicos.

La pareja asintió, y continúo entre la marea humana hasta quedarse en un lateral del local, observando como el alfa y sus más allegados salían y pedían silencio, comenzando a hablar de los planes de la manada.

-Voy a dar una vuelta por aquí para ir captando mejor, y a ver si puedo hablar con la gente un poco.

-Está bien, haré lo mismo en cuanto pasen a los puntos menos importantes y la gente se relaje. Ten cuidado, nos vemos aquí cuando acabes.

Acto seguido, Alcide fue el primero en abandonar la posición para ir en busca de amigos con los que comenzar a hablar, mientras que Lil pasó a concentrarse en los pensamientos diseminados de la zona, intentando captar algo interesante. No obstante, tras varios minutos sin encontrar nada en aquellas voces, se dispuso a caminar entre la marea de gente.

Tal y como había dicho Herveaux, los presentes pronto relajaron su atención, mientras Jack hablaba de distribución de manadas amigas en ciertas tareas para aquellos días venideros.

Lil se detuvo cerca de un grupo de hombres poco después, los cuales susurraban algo sobre la decadencia de la manada tras la llegada de Earl, pero al poco tiempo continuó su camino, ante la nula información de interés y el cambio de tema.

-Vaya, si es la novia de Herveaux. ¿Captando información para el enemigo?

Lil se giró para encarar a aquel lobo de rasgos latinos, Dan, quien la sonrió con malicia. Ella no se achantó, respondiendo.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora