Capítulo 57

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Capítulo 57

Sookie se encontraba en la cocina de su hogar, preparando el desayuno mientras su mente no paraba de dar vueltas, invadida por un terrible ruido desde lo acontecido la noche anterior. Habían tenido mucha suerte, tanta que le daba escalofríos pensarlo.

La rubia se detuvo en su tarea cuando escuchó las llaves abrir la puerta principal de la casa, corriendo a recibir a su prima con presteza. No esperaba que llegara tan pronto.

-Oh, Lil. Menos mal que estás bien. Ha debido ser horrible, aunque quedara en un susto. -Comentó con alivio, pasando a abrazarla con ganas, suspirando de alivio mientras la estrechaba. La morena le devolvió el gesto con la misma efusividad.

-Gracias, Sook. La verdad es que pasé mucho miedo. Si no llega a ser por Eric... Siento no haberte llamado yo.

-No te preocupes, él me contó todo. Lo entiendo. ¿Dónde estuviste?

-Me llevó a su casa, a las afueras de Shreveport. He vuelto en taxi mientras él dormía. ¿Qué ha pasado con Alcide, Sookie? -Pasó a preguntar con miedo, sintiendo que el corazón se le aceleraba.

-Está bien, más o menos; así que, tranquila. Fui con Pam a aquel polígono industrial y entramos en la nave. Resulta que había un montón de licántropos allí encadenados, y Alcide estaba allí, atado a una silla en otra sala. Le habían dado una buena paliza. Ha pasado aquí la noche, le he dejado en tu cuarto.

-Oh, joder... Esto se nos ha ido de las manos. ¿Qué vamos a hacer?

-Encerrar al puto Earl, que es el que ha provocado todo. Si después vampiros y lobos quieren pelearse, pues mira, ellos verán. Vamos a la cocina, tienes que comer algo, Lil.

Ambas caminaron hasta la nueva estancia, donde la bruja se sentó por orden de la rubia, esperando que esta le sirviera el desayuno. Lil habló mientras su prima le llenaba el vaso de café, plantándole delante un plato con huevos y bacon.

-Los vampiros querrán matar a Earl, no creo que tengamos que hacer el hechizo. Pero seguro que ese cabrón ya está ingeniándoselas para protegerse con magia. Está en todo siempre.

-Sinceramente, si lo desangran nos hacen un favor. Haremos lo que haya que hacer, pero ahora no pensemos en esto más, Lil. Necesitas descansar mentalmente, aunque sea un puto día. -Agregó sentándose frente a ella, apretando una de sus manos un instante antes de continuar. -¿Ha sido muy duro estar con Eric?

La mujer suspiró y dejó el tenedor para llevarse las manos a la frente, hablando con vergüenza y confusión.

-Dios, Sookie... Ha sido todo lo contrario. No sé si soy gilipollas, él es quién lo es, o lo somos todos, pero estoy hecha un puto lío. Estuvimos hablando con total sinceridad los dos, por fin. Y él fue tan atento y tan cariñoso en todo momento que no parecía Eric, no sé. Me dijo que me quiere, y pude sentir que era verdad, que todo lo que decía lo era. Le dije que quería estar con él, porque también le quiero, pero que el miedo a que fuera mal me tiene fatal. Le conté todo lo que pienso sobre eso.

-¿Y qué dijo?

-Que no sabemos qué pasará, y que no tengo que tener miedo de que él vaya a cansarse de mí porque me quiere por muchas razones, y que me esperará lo que necesite. Así que volvemos al punto de inicio y le he dicho que nos dejemos llevar. ¿He hecho bien?

-Si es lo que necesitas, sí. -Dijo con firmeza, continuando después de un breve silencio. -Lil, creo que, a pesar de todo, deberíais intentarlo. Entiendo todas tus dudas y miedos, y es lógico, pero creo que sería peor si no hicieras lo que realmente quieres. Los dos os queréis, es evidente. Si luego sale mal, bueno, pues ya has encontrado el camino, pero será habiéndolo intentado y no podrás reprocharte nada, sin arrepentimientos.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora