Capítulo 10

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Capítulo 10

Lil se vistió con lentitud, poniéndose un pantalón gris de pijama y una camiseta de manga corta del mismo color, para después posicionarse frente al espejo y comenzar a peinar su larga melena azabache mojada.

Al terminar salió del baño depositando la ropa sucia en la lavadora, embriagándose de aquel enorme silencio que invadía la casa a aquellas altas horas de la madrugada.

Sin saber muy bien si aquello sería acertado, la mujer anduvo con indecisión hasta el armario que conducía al escondite de Eric en la casa Stackhouse, bajando por las escaleras despacio, sin hacer ruido por si acaso el vampiro dormía.

Lil encontró a Eric sentado en la cama mirando hacia el suelo más lejano de un lateral, totalmente inmóvil, aún con aquella ropa manchada de sangre, con el pelo despeinado levemente y rojizo en algunos lugares por la sangre de los enemigos.

La chica se acercó muy despacio, y al ver que el vikingo no la echaba de allí, esta se sentó junto a él.

-Lo siento mucho. Sé lo que se siente después de perder a alguien tan importante. También sé que estás palabras parecen una puta mierda en estas circunstancias; es un asco.

-Se ha ido para siempre, como Godric. –Murmuró, simplemente manteniendo la vista fija aún en la misma porción de baldosa.

-Godric era tu creador. –Comentó la chica a modo de pregunta y afirmación, tras leer los pensamientos del hombre, quien asintió levemente. –No estás solo, Eric, aún tienes a Pam, ella siempre estará contigo, y bueno, Sookie y yo también. Estamos aquí. –Lil se sorprendió de decir aquello, aunque una parte de ella en realidad estaba satisfecha de haberlo dicho, pues sabía que la soledad era la peor compañera, y aunque no aguantaba a Eric, no le deseaba mal. Se habían salvado mutuamente en aquellos días.

El vikingo movió levemente la cabeza hasta observar de soslayo a la chica, quien pudo vislumbrar de refilón la sangre reseca que cubría las mejillas y cuello del vampiro. Lógicamente había estado llorando.

Lil acarició con lentitud y cuidado la mejilla del hombre mientras sonreía tristemente, haciendo que este se girara para mirarla de frente. Entonces la chica acarició con sus dos manos el rostro del vikingo, siguiendo la línea de la sangre.

Eric se acercó levemente a ella mirándola de forma fija mientras acariciaba el pelo de la morena que caía sobre su brazo, para después acercar sus labios a los de Lil y unirlos en un beso escueto, que tras unos segundos y una nueva mirada, está vez mucho más intensa, se hizo más pasional.

El vampiro agarró la nuca de la joven presionándola contra su cuerpo mientras esta se dejaba llevar hasta que logró ser mas fuerte que el vínculo, frenando el beso hasta que ambos se separaron con lentitud.

-Deberías descansar, está amaneciendo. Voy a ver qué tal le va a Sookie. –Dijo la camarera levantándose rápidamente, y dirigiéndose hacia la escalera antes de que el vikingo pudiera detenerla, saliendo del lugar.

La morena avanzó con agilidad por los pasillos y habitaciones de la casa tratando de evitar recordar aquel beso y esa extraña sensación que sentía cuando se producía una situación similar con el vikingo, llegando al salón mientras Sookie entraba en la sala principal cerrando la puerta.

-Aún estás despierta. –Susurró sin mucho afán la rubia, haciendo ver que las cosas no habían marchado muy bien.

-Parece que no ha ido muy bien.

-No, la verdad es que no, está peor de lo que pensaba, no sé cómo vamos a hacerle volver a ser el de antes. ¿Y a ti qué te pasa? –Preguntó observando el rostro de su compañera, compungido y serio, vislumbrando que se encontraba algo ausente.

-Ojalá lo supiera. Me estoy volviendo loca con esto del vínculo con Eric. Siento cosas, pero en realidad ni siquiera me cae bien, con lo que todo es ficción, pero me revienta porque estoy yendo en contra de mí misma aún sabiéndolo.

-Tranquila, se te pasará en unos días. Además, tienes suerte, ya se ha acabado todo.

-Espero que tengas razón. He pasado mucho miedo en ese sitio, no te voy a engañar.

-Lo siento mucho, Lil. –Dijo sinceramente la rubia girándose para mirar a la chica. –Nunca podré agradecértelo lo suficiente.

-Puedes empezar por hacerme mañana un buen desayuno, hace días que no como decentemente por culpa de los putos vampiros. –Añadió sonriendo la mujer, levemente devolviéndole la mirada a Sookie.

-Dalo por hecho.

Tras una sonrisa cómplice, ambas mujeres se abrazaron durante unos segundos, para después irse cada una a su habitación.

                                                  *                           *                             *                                 *

Horas después, antes de que anocheciera, Lil caminaba hacia su cuarto envuelta en una toalla blanca tras salir de la ducha para prepararse y marchar al Merlotte.

La morena se acercó hasta el armario sacando la ropa del trabajo para depositarla en la cama, para después dirigirse hacia el lado opuesto, donde se hallaban en el suelo las zapatillas negras que usaba.

Lil se levantó sin la toalla, ya que esta se le había resbalado, sobresaltándose al encontrar que enfrene se hallaba Eric observándola fijamente con aquel rostro serio, a pesar de que una leve y torcida sonrisa sensual se dibujó en el.

¡Qué cojones haces! –Preguntó asustada la mujer, agachándose para taparse rápidamente, volviendo a envolver su cuerpo con la pequeña toalla.

-No puedes imaginar la satisfacción que da saber que lo que imaginabas se corresponde con la realidad. –Dijo sin aparta la mirada de ella.

-Me alegro mucho, pero ¿crees qué podrías volver a tu antro de perversión y olvidarte de mí? Tengo que irme a trabajar o llegaré tarde.

-No estoy impidiéndote que lo hagas.

-Muy gracioso -comentó la mujer irónicamente dibujando una sarcástica sonrisa en su rostro–, no voy a desnudarme delante de ti, no conscientemente. Ya viste suficiente en aquel sitio de vampiros zumbados, y esto acaba de servirte para todo el resto de tu infinita vida.

-¿Dónde está Sookie? Tengo que hablar con ella.

-Llegará dentro de un rato del Merlotte, así que baja y espérala. Nuestra ligera relación acaba justo en este momento, Northman. Así que hasta nunca.

El vampiro ensanchó su sonrisa pícara ante la frialdad e irritabilidad de la mujer sin dejar de mirarla, para después volver a hablar.

-Ha sido un placer, pero me temo que será un hasta pronto, encanto. –Respondió girando sobre sus talones para desaparecer del cuarto, descendiendo por las escaleras hasta quedarse en el salón, haciendo que Lil suspirara profundamente cerrando la puerta con cerrojo para comenzar a vestirse al fin.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora