Capítulo 49

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Capítulo 49

En cuanto el sonido de alguien llamando a la puerta sonó, Sookie y Lil avanzaron veloces desde sus respectivas posiciones, encontrándose en el vestíbulo.

Tal y como esperaban, Alcide estaba al otro lado con un rostro serio, al cual obligó a contraerse en una leve sonrisa al entrar en el hogar. Todos tomaron asiento en el salón, y tras rechazar la oferta de la anfitriona de tomar algo, el hombre habló en primer lugar.

-Se ha montado un buen revuelo por lo que pasó anoche, y esto sólo es el principio de la puta guerra a cara descubierta. ¿Qué cojones pasó para que hubiera tal carnicería? -Preguntó mirando a la bruja, quien tomó aire con resignación antes de empezar.

-Lo que hablamos, Alcide. Los vampiros pasan de ir con remilgos. Se enzarzaron con los lobos sin más. Earl escapó en cuanto pudo, dejando allí a Ainara, y a ella la mató Eric. Nadie tuvo compasión ni dudas.

-¿Qué has oído tu? -Intervino Sookie, nuevamente dirigiéndose hacia el moreno.

-Las manadas están muy cabreadas. Han matado a 4 alfas de Luisiana y a algunas de sus manos derechas. Van a devolver el golpe, y no sé sin con Earl o solos, pero la guerra abierta es inevitable. Amigos me han contado lo que se ha dicho en el gabinete de crisis por lo de ayer.

-Y nosotros tres estamos en medio.

-Sí -Susurró Herveaux ante el comentario de Lil. -Y si me apuras, estamos más inclinados al lado de los putos vampiros. Hay que agilizar lo de volver a la manada y convencer a Jack como sea, y ahora no sólo por poder saber qué pasa con Roger, sino para que no vengan a matarnos a nosotros por ayudar.

-¿Cómo vas a convencer A Jack después de todo lo ocurrido? Con Earl no podemos recular, y ellos son aliados.

-Lo sé, Sook; he pensado en eso y a la única conclusión que he llegado es a que debemos comerle la cabeza para que desconfíe de él. Yo me haré el arrepentido, el hijo prodigo que vuelve lamentando su enorme error de dar la espalda a los suyos y a lo que era bueno. Lil me ayudará con lo de Earl. Ella ha visto que no es de fiar: mató a su familia y vende a los de su especie, ha pasado de quien se supone era su mayor aliada...

-Sí, podría funcionar, y lo mejor de todo es que es verdad. ¿Cuándo vamos a buscar a la manada? -Dijo la morena, centrando sus ojos llenos de determinación en los de él.

-¿Puedes mañana por la noche? No hay reunión de manada, pero sí de los importantes en el bar de carretera de Jack; es un momento perfecto.

-Genial. Salgo a las ocho de trabajar.

-Pasaré a recogerte por aquí a las 9. Gracias por la ayuda, a las dos. -Añadió tras ponerse de pie, haciendo que las mujeres lo imitasen.

-Para eso están los amigos, Alcide. Ten cuidado.

-Tranquila, Sook. Nos vemos mañana. Adiós.

Tras una cálida sonrisa por parte del licántropo que ellas respondieron, la puerta de la casa Stackhouse volvió a cerrarse, dejando a sus moradoras pensativas, envueltas en un tenso silencio ante la visión de lo que podría estar por llegar.

                                                 *                                      *                                       * 

Pam alzó los ojos desde su posición en el trono del Fangtasia al sentir la llegada de Eric. La vampiresa no disimuló en el rostro su desaprobación mientras lo seguía con la mirada, escudriñando la sangre que manchaba parte de la ropa y piel del vikingo. No obstante, aquello no fue lo que colmó el vaso de la incredulidad de la rubia.

Contigo, sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora