23.

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El día en el que el famoso campeonato tenía lugar había llegado. Me encontraba hecha un manojo de nervios, sin embargo SungHoon había sido quien peor lo había estado pasando esta semana restante. Sufría una enorme ansiedad cada vez que posaba sus pies sobre el hielo y sus manos comenzaban a temblar. Se mareaba con facilidad y su corazón se aceleraba notablemente entre sudores fríos. Yo tomaba sus manos desde el otro lado de la barra y le daba los ánimos que necesitaba, al fin y al cabo él era brillante.

Llegué justo a la hora que habíamos acordado para coger el autobús y me dirigí hacia SungHoon, que parecía acompañado de una mujer de igual elegante porte. Asumí que era la madre de SungHoon por lo que tomé una gran bocanada de aire antes de acercarme por completo y sonreí de oreja a oreja para causar la mejor de las impresiones. SungHoon se acercó a mi y colocó su mano en el centro de mi espalda.

—Mira, mamá, ella es _______.
—Encant-
—¿Dónde está Winter?—Me interrumpió.

Aquella pregunta hizo que mi sonrisa se desvaneciera con la misma facilidad con la que había aparecido. El pulgar de SungHoon recorrió mi espalda para reconfortarme al notar el cambio en mi aura y negó repetidas veces.

No, mamá. Winter no va a volver. —El rostro de la mujer se arrugó en una mueca.
Winter es espectacular, haga lo que haga siempre lo hace bien. Estás a tiempo de cambiar de acompañante, Hoon.
—No quiero cambiar de acompañante.

Serio, cortante, frío. Ese era el tono de SungHoon, duro como el roce de sus patines en el hielo. Su mano tiró levemente de mi muñeca para guiarme más cerca de la puerta del autobús mientras yo trataba de hacerle entrar en sus cabales. Dejar a su madre allí apartada no estaba bien, él lo sabía, yo también, pero sus manos estaban temblorosas y eso me hizo entender todo.

Tomamos asiento y la madre de SungHoon se sentó detrás de nosotros. Al principio había un incómodo silencio entre ambos, él estaba pendiente de su madre; sentía pavor de volver a escuchar como le hablaba de Winter y yo no sabía cómo gestionar ese momento de tensión. Decidí acabar aquello de la forma más fácil y asequible, por lo que tomé mis cascos de la pequeña mochila que me acompañaba y los coloqué sobre sus orejas, acomodándole el pelo para que no fuera una molestia. Él me miraba fijamente relamiéndose, yo sabía lo que quería pero no era momento de dárselo. Dejé escapar una risita divertida al ver a SungHoon con unos cascos rosas y decidí poner la playlist que usaba para dormir. Sus ojos conectaron con los míos por unos segundos antes de cerrarlos y tender su mano hacia mí. Entrelacé mi mano con la suya, apoyándome en su hombro para descansar mis ojos de igual manera.

Tengo un mal presentimiento.— Escuché a la madre de Hoon hablar por teléfono.— Winter no viene, algo me dice que no va a salir bien...

¿Qué tenía esa familia con Winter? Algo me olía a chamusquina y me estrujaba el corazón el saber que no era bienvenida en la familia del chico que me gustaba. Abrí mis ojos para verle por un momento y divisé que estaba en paz, tranquilo por fin. A pesar del ardor en mi pecho, él estaba bien, no había vuelto a escuchar la palabra Winter. Finalmente descansaba.

Llegamos a las habitaciones en las que nos íbamos a hospedar durante esos días

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Llegamos a las habitaciones en las que nos íbamos a hospedar durante esos días. Éramos 3 personas en una habitación en la cual sólo había dos camas. La solución parecía fácil, ¿no? Podría haberlo sido, pero una cuarta persona apareció llamando a la puerta con unos delicados nudillos. La madre de SungHoon urgió a abrir de forma sospechosa y el rostro de SungHoon palideció al ver a Winter allí mismo.

¡Pensaba que no ibas a venir! Era muy tarde para avisarte. —Habló amablemente la señora.
No podía perderme esto por nada del mundo, ya lo sabe. Fue todo un alivio que su esposo pudiera traerme a tiempo.

Ambas se regalaron una sonrisa cómplice y se adentraron en la habitación. Miré a SungHoon con obvia vergüenza en el rostro, él parecía no saber qué hacer. Winter se sentó en la cama en la que había puesto mi mochila y se tendió hacia atrás.

Podemos dormir aquí, Hoonnie. La cama es suficientemente grande para los dos.
—Y una mierda, ¿qué haces aquí? ¿Por qué te ha traido mi padre?

SungHoon parecía muy molesto. Sus manos estaban temblorosas por la ira que recorría su cuerpo de arriba abajo. Sus orejas estaban completamente rojas y se acercó a coger su mochila de esa misma cama para salir de allí cuanto antes. Winter en cambio lo frenó tirando la mía al suelo, haciéndome agacharme rápidamente a recogerla.

—Que ni pase por tu cabeza que voy a dormir contigo, Winter. —Escupió Hoon con asco al ver que no obtenía la respuesta que esperaba.
—Somos cuatro para dos camas... Quizá deberíamos pedir una habitación con una cama grande para ambos... ¿No crees que será más cómodo?

SungHoon salió de la habitación, dirigiéndose directamente a recepción. Corrí tras él para intentar hacerle pensar en frío, pero era completamente imposible teniendo en cuenta lo que acababa de pasar.

Disculpe, señorita. ¿Tiene alguna habitación para dos? —Preguntó SungHoon ansioso.
—Deme un momento, señorito.

La señora pareció jugar con la paciencia de SungHoon mientras analizaba todas y cada una de las habitaciones, acabando por darle una negativa respuesta.

Lo siento señorito, pero las habitaciones que nos quedaban libres han terminado de ser ocupadas por más miembros de la competición.

SungHoon tiró levemente de su cabello y caminó en círculos. Tomé sus manos a pesar de que no soltaban su pelo y bajé las caricias por sus muñecas hasta alcanzar así sus mejillas, acunando su rostro suavemente.

Hoon, escúchame. Sólo será por hoy... Sólo por hoy. Haz este esfuerzo, confío en ti plenamente. Descansa lo que puedas descansar y yo... Veré donde puedo dormir esta noche...
—No pienso dejarte fuera. —Tomó una de mis manos y besó mi muñeca.—Prefiero quedarme yo fuera.
—No.—Respondí tajante.— Debes descansar para dar lo mejor de ti... Yo confío en ti... Confía tú en mí, me las apañaré.

Sus ojos estaban aguados. La situación le estaba sobrepasando en ese mismo instante y yo era consciente de eso. Entrelacé mis manos con las suyas y las acaricié con sumo cuidado, buscando darle todo el consuelo que pudiera darle.

Todo va a estar bien, ¿vale? Yo voy a estar ahí a pie de pista, a tu lado. Voy a verte brillar y darlo todo, te lo prometo.

Mis palabras parecían no tener mucho efecto, se sentía traicionado por su propia madre a decir verdad. Él quería estar conmigo en un momento tan estresante y tenso, y su madre únicamente puso sus preferencias y opiniones por encima de cualquier palabra de SungHoon, iba a ser duro.

New Year's Day. -Park SungHoon y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora