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Al día siguiente llegué a clase con motivación. A decir verdad, me había tomado la molestia de arreglarme un poco más, quería causar una buena impresión en el club. Al llegar al aula tomé asiento junto a JungWon, quien parecía estar profundamente concentrado en disfrutar el sabor de aquellas fresas con chocolate que tenía en un pequeño envase entre sus manos. Con sus mejillas llenas, JungWon me saludó efusivamente con la mano, sacando a relucir sus enormes hoyuelos. Su sonrisa me contagió y le sonreí de igual forma.

Buenos días, _____, ¿quieres?—Me ofreció de sus fresas con chocolate.
No sé hasta que punto es bueno tomar una fruta tan ácida por la mañana pero... Por una no pasará nada. 

JungWon dejó escapar una risita divertido al ver que aún así tras ese razonamiento cogí una y la llevé a mi boca para saborearla. Di un último vistazo al reloj y me apresuré a comentarle mi situación a JungWon. 

Oye... ¿Puedo hablar contigo una cosa? Me gustaría saber qué opinas.
—No tenías que preguntar, ¿qué pasa?

Verás... Me he apuntado al club de patinaje artistico, sin embargo... Jamás he pisado una pista de hielo, es más, ayer mismo fue cuando empecé a investigar y...
¿Y no crees que primero deberías darte la oportunidad de probarlo? ¿Y si aprendes rápido? Hay muchos factores que no están al alcance de tu mano, ______. Dale una oportunidad, ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Que no te guste o no se te de bien? ¿Que tengas que buscar otro club o practicar más? 

JungWon me dio un golpe de realidad. Todo era cuestión de buscar la solución al inconveniente que se me cruzara. Me crucé de brazos acomodándome en la mesa en lo que aparecía el profesor por la puerta de la clase. 

Al terminar las clases mis piernas comenzaron a temblar con algo de nerviosismo al saber lo que se me venía encima al pasar las puertas del polideportivo

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Al terminar las clases mis piernas comenzaron a temblar con algo de nerviosismo al saber lo que se me venía encima al pasar las puertas del polideportivo. Buscaba con la mirada en los marcos de las puertas el letrero que me condujera a la sala en la que se practicaba el patinaje artistico. Tomé aire un par de veces profundamente y sequé mis manos, sudorosas por los nervios, en mis pantalones. 

Me adentré en aquel pabellón, notando un leve cambio de temperatura para poder mantener en buenas condiciones la pista. El relajante sonido del hielo siendo patinado hacía eco en el lugar, sacándome una pequeña sonrisa. Busqué a alguien a quien preguntarle sobre el club y lo que tenía que hacer, encontrándome con dos chicas recogiendo unas prendas mal colocadas de unos bancos. 

Am... Perdonad, ¿formais parte del club?—Pregunté acercándome a ellas.
Por suerte o por desgracia.—Respondió una chica de mejillas regordetas.
¿También eres de primer año? 

Asentí confusa, no tenía muy claro qué estaba pasando ni por qué se encontraban limpiando el desastre de otros en lugar de patinando o aprendiendo a ello. 

Soy SuJin, pero puedes llamarme Swan, encantada. Ella es Goeun.—Goeun estiró su brazo para estrechar manos. 
Bienvenida al club de mantenimiento de los nepobabies. —Habló Goeun con cierto sarcasmo.—Vinimos para lo mismo que tú y la única tarea que nos han encomendado desde que llegamos fue "Vigilar que sus botellas estuvieran llenas, acomodar su ropa y sus macutos y por supuesto limpiar los baños tras las duchas." 

Goeun hizo comillas con sus manos mientras imitaba con una voz chillona a la chica que estaba patinando sola en la pista, o eso supuse. Por un momento pude respirar con algo de paz pero al darme cuenta de la situación, torcí mi boca con desagrado, estaba claro que limpiando baños si que iba a estar complicado aprender a patinar. De un momento a otro, la puerta se abrió, mostrando a un SungHoon serio, sereno. Mis ojos se abrieron como platos al verlo y me acerqué para sorprenderle con un saludo y una gran sonrisa. SungHoon en cambio sólo me miró de forma frívola y siguió adelante sin esbozar ni una mueca ni articular ninguna palabra. Aquello me dejó perpleja. 

Si has entrado al club para acercarte a SungHoon ni lo pienses. Nunca saluda a nadie y según la loquita que está patinando, Hoon está interesado en ella. —Espetó Goeun.
No se lo digas así, Eun, ten tacto. —Swan se agarró a mi brazo, sintiendo algo de lástima.
No, no. No me malinterpretéis, conocí a SungHoon en una fiesta y pues... Bueno, pensaba que quizá podíamos ser amigos pero ya veo por donde van los tiros...

Ambas chicas se quedaron sorprendidas y rieron negando, aquello no podía ser verdad, al menos no el frío SungHoon que todos conocían. Me giré nuevamente hacia SungHoon, viendo como hablaba con la chica que patinaba mientras él se apoyaba en la baranda que los separaba. Dejé escapar un suspiro algo decepcionado, no era la mejor haciendo amigos y la actitud de SungHoon en aquella fiesta me hizo creer que tal vez y sólo tal vez iba a poder contar con él. Qué ilusa. 

New Year's Day. -Park SungHoon y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora