La universidad parecía casi vacía cuando llegué a la mañana siguiente. JungWon era de los primeros en llegar casi siempre y aunque la clase estuviera solitaria, él siempre se mantenía en su sitio con calma meintras esperaba a que se llenara de gente, entre ellos yo. Cuando llegaba su rostro siempre se iluminaba de ilusión y quitaba la maleta de la mesa al lado con la que me había estado guardado sitio. Aquello me inspiraba una gran ternura y por supuesto cada mañana se lo agradecía con una gran sonrisa y un alegre "buenos días."
—¿Qué tal fue ayer en tu primer día? ¿Te caíste muchas veces?—Preguntó con tono burlón.
—Nada de eso, Won. Somos tres chicas las que hemos optado por ese club y precisamente ninguna de las tres ha tocado ni un milímetro de hielo.
—¿Os están preparando en pista antes de entrar a hielo?—Frunció su ceño confuso al ver que volvía a negar con la cabeza.
—Más bien... Nos hicieron limpiar el pabellón. Nada de hielo, allí sólo somos limpiadoras.JungWon pareció quedarse verdaderamente sorprendido con la respuesta. Cruzó sus brazos para mostrar más seriedad ante un tema así y se giró hacia mí, inquiriendo que siguiera hablando.
—Hay un grupo de chicas en ese club... Una en específico. Ni siquiera sé cómo se llama pero se supone que tiene algo con SungHoon, el patinador ese famoso de los concursos... ¡A lo que iba! Esa chica ayer se propuso hacernos el día imposible a las que entramos nuevas y estuve a punto de irme y no volver pero... Una de ellas me convenció para darle una oportunidad más al club.
—¿Estás segura de querer estar ahí?—Posó una mano sobre mi hombro.
—No lo sé, JungWon... Estoy un poco confundida e intrigada.Abrí mi boca para contarle sobre el cambio de personalidad que vi en SungHoon pero la profesora entró por la puerta, haciéndonos cortar la conversación tan interesante que estábamos por tener.
Una, dos, tres horas y seguramente más pasaron hasta que me di cuenta de que era la hora de comer y que había quedado con Goeun y Swan el día anterior. Recogí mis cosas con rapidez, dejando un tanto confuso a JungWon. Me despedí brevemente de él y salí disparada a la cafetería, donde me estaban esperando las chicas para comer. Ambas me saludaron con la mano y caminamos directamente hacia una mesa vacía para guardar ese sitio y poder comer allí. Cuando todas teníamos al comida sobre la mesa pensé en cómo sacar el tema de SungHoon. Era algo que me parecía demasiado curioso y pensaba que reunir toda clase de información sería útil para saber qué pasaba con él.
—Oye, chicas... El otro día estaba viendo vídeos y... Y me apareció sin buscarlo uno de SungHoon...
No me dio tiempo a terminar cuando Swan ya estaba riendo con la boca tapada y Goeun me miraba con una ceja alzada.
—¿Te atreverás a negarme que te llama la atención SungHoon?Mi rostro enrojeció, sintiéndome avergonzada. No por la pregunta, sino porque sentía que quizá estaba siendo demasiado obstinada con el tema. Decidí comer en silencio.
Después de comer, nos dirigimos al gimnasio preparándonos mentalmente para lo que estaría por venir. Al abrir la puerta, en efecto, la chica de ayer y su grupito estaban justo frente a la entrada a la pista, murmurando y dejando escapar artificiales carcajadas. En cuanto se percataron de nuestra presencia se giraron hacia nosotras de forma descarada. Nos analizaron de arriba a abajo y volvieron a soltar carcajadas burlescas.
—¡Vaya! ¿Qué son esos trapos? No sabía que ibas a limpiar el suelo con tu culo.—Señaló mi ropa.
—Precisamente vengo a hacerle un enorme favor a la que no se sabe limpiar el culo sola. —Respondí con clara fluidez.Swan y Goeun estallaron a carcajadas que resonaban por todo el pabellón. No me había dado cuenta de la respuesta tan elocuente que acababa de dar por la simple naturalidad con la que lo había dicho. Me sorprendí a mí misma y me di el lujo de unirme a sus risotadas de una forma más discreta. La chica apretaba sus puños, roja de la ira, y de una fuerte patada dejó caer una nevera llena de botellas de bebida isotónica. Aquello me sorprendió notablemente no solamente por el estruendo, sino porque el suelo se había llenado rápidamente de líquidos rojos y azules. Todo por el berrinche de una niña de papá, berrinche que por supuesto había sido presenciado por SungHoon, que miraba la escena ciertamente atónito.
Con todo el orgullo en mi garganta haciéndose una bola para tragarmelo, tuve que dignarme a limpiar. Mientras Swan y Goeun corrieron a por las fregonas para limpiar, yo me agaché y comencé a recoger las rotas y a recolocar las que estaban bien. Oi unos pasos apresurados venir hacia mí y supuse que serían ellas de vuelta con los utensilios para limpiar aquello. Sin embargo, al levantar mi vista, me encontré con los castaños ojos de SungHoon mirándome. Sostenía una de las botellas rotas en su mano, esperando a que tendiera la basura hacia él para tirarla. Aquello no podía estar pasando... Sin darnos cuenta estábamos como aquel día, recogiendo botellas el primer día después de entrar al club.
Nuestro alrededor se había paralizado por un momento, pues nos rodeaba un pulcro silencio lleno de tensión: No sabía exactamente si entre nosotros o la furia que recorría las venas de la chica en aquel momento.
—Te dije que la tenía loquita.—Murmuró Goeun al oído de Swan, quien sólo asintió con una sonrisa.
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New Year's Day. -Park SungHoon y tú.
أدب الهواة"Cɑndle wɑx ɑnd Polɑroids on the hɑrdwood floor. You ɑnd me forevermore." La rama del patinaje artístico nunca le había llamado la atención, no hasta que se dejó deleitar por los ligeros y livianos movimientos del castaño. Aquel chico dominaba la pi...