Durante unos días había estado reflexionando sobre mi repentina respuesta a SungHoon. En aquel momento la emoción me pudo y pensándolo en frío ni siquiera me veía capaz de hacerlo por mucho esfuerzo y empeño que le pusiera. Aquel pensamiento intrusivo había estado atacando mi mente los últimos días. ¿Cómo iba a decirle que no a SungHoon? Él estaba muy feliz cuando le dije que sí participaríamos juntos, sabía que decirle que no ahora le iba a romper el alma en trozos.
Miraba por la ventana atenta a la nada mientras escuchaba un tarareo junto a mí. Estaba tan sumida en mis pensamientos que siquiera me había dado cuenta de que JungWon ya estaba sentado a mi lado mientras canturreaba. Giré mi rostro para verle y él me dedicó la sonrisa más llena de vida que me podían dedicar a las 8 de la mañana. Se la devolví como pude y le miré titubeando unos segundos, no sabía si contarle o no lo que me pasaba pero sabía que JungWon sería honesto con lo que le preguntara.
—JungWon... ¿Tú crees que tengo potencial para patinar en una competición?
—¿Una competición? ¿Te has apuntado a una competición?
—SungHoon nos apuntó...
—Mmmm, ¿y tú quieres ir?
—¡Claro que quiero ir! Pero...
—Entonces no hay pero que valga. Si tienes potencial o no ya es otra cosa aparte... ¡Aún tienes que practicar y esas cosas! ¿Quién te hace creer que no puedes?Su cruda respuesta me dejó atónita. Verdaderamente JungWon tenía razón, no se trataba de tener potencial o no, se trataba de practicar lo que saliera de nosotros en la coreografía. No iba a negar que me había abierto los ojos, sin embargo el mal presentimiento seguía como una nube sobre mi cabeza.
Estaba ida, se notaba por mi mirada fija tanto en clase como en los descansos. No estaba en lo que tenía que estar. Si SungHoon me viera así se sentiría culpable por hacerme sentir de esta forma y ciertamente eso me hacía sentir más presionada. Tenía que dispersarme sí o sí, y es por eso que después de clases me dirigí a la cafetería directamente en lugar de ir al entrenamiento. Le mandé un mensaje a SungHoon diciéndole que iría a casa a estudiar para que no se preocupara y él de forma genuina me mandó muchos ánimos, era demasiado tierno.
Al llegar a la cafetería HeeSung me recibió con una mirada de estupefacción y se acercó hasta la parte de la barra en la que estaba yo para atenderme. En cuanto me vio allí ya supo que algo pasaba ya que ni siquiera me tocaba turno ese día. Me sirvió un café con una graciosa decoración en el vaso y aprovechó que no había nadie esperando a ser atendido para acercarse de nuevo a mí.
—¿Todo bien? ¿Qué haces aquí y no en el pabellón?
—Estoy... Algo confundida, Hee. ¿Puedes darme tu opinión?—HeeSung asintió un par de veces y se inclinó sobre la barra.— SungHoon nos ha apuntado en una competición de patinaje en pareja y yo sigo aprendiendo a saltar y a patinar de espaldas... No me veo capaz de hacerlo, sin embargo no quiero defraudarle si le digo que no.
—¿No crees que sería un poco cruel que se enfadara porque no quieres hacerlo?
—¿No crees que sería un poco cruel decirle que no ahora que estamos en ello?HeeSung ladeó su cabeza dándome la razón. Se rascó la nuca y frunció su ceño pensando sabiamente las palabras que me diría. En ese mismo momento estaba por derrumbarme ante su silencio hasta que habló.
—Mira... No te ves capaz pero en lugar de estar practicando ahora con él, estás aquí contándomelo a mí. Jamás te voy a reclamar algo así ni mucho menos, sabes que siempre que me necesites yo estaré aquí pero... ¿No crees que sería mejor si condicionas a SungHoon y os ponéis manos a la obra?
—¿Condicionar...?
—Sí. —Asintió volviendo a incorporarse.— Dile "Nos presentaremos si mejoro "x" habilidades, si no lo hago, no nos presentaremos." Así ambos podéis poner énfasis en lo que queréis mejorar.Heesung era un verdadero genio y sus palabras fueron la gota que había colmado el vaso de mi inseguridad: todo había sido derramado, ya sólo quedaba limpiarlo hasta que no quedara ni rastro.
Al volver a casa me encontré con SungHoon justo en la puerta de mi apartamento, dudoso sobre si llamar o no. Mi sangre se congeló, ¿cómo iba a decirle que no había estado estudiando? Seguro que pensaría que estaba jugando con su confianza. Mordisqueé mi labio llenándome de valor y posé mi mano en su hombro, haciendo que se girara al instante.
—¡______! ¿Qué estás haciendo aquí? Me has asustado... ¿No estabas en casa...?—Su mirada pareció cambiar por completo.
—No, Hoon... Tengo que ser honesta contigo. Me asusté por lo de la competición... Durante estos días no he dejado de darle vueltas y me veía completamente incapaz de hacerlo. Sin embargo...
—¿No querías participar?En su voz pude notar como su corazón se hacía trizas y por eso tomé rápidamente sus manos, negando con la cabeza frenéticamente.
—Siempre quise, pero... No me veía capaz... SungHoon, sólo me veo capaz si tú me enseñas cómo hacerlo. Si no soy capaz de seguir tu ritmo de aquí a la competición...
—¡Claro que vas as poder! Yo estoy aquí para enseñarte, para guiarte, y me quedaré contigo cuando estés perdida, tengas miedo y quieras dejarlo todo...Sus brazos me rodearon con fuerza, pegándome a su pecho, cuyo corazón latía con fuerza. Se había asustado ante mis palabras, sabía que yo tendría ese efecto en SungHoon si se llegaba a enterar que no me veía lo suficientemente buena para ir con él. Mis ojos se aguaron al sentirme una persona tan cruel con sus sentimientos y por ser tan cruel con mis propias capacidades. Hoon se separó lentamente de mí y acunó mis mejillas con suavidad mientra me miraba a los ojos.
—Me quedaré contigo cuando sea difícil, o todo este mal, o estemos cometiendo errores... Pero estaré levantando un trofeo contigo el día de la competición.
Todo miedo o inseguridad que hubiera ante la situación se apaciguó con un dulce beso. Suave como sus caricias, reconfortante como su calor. Todo lo que necesitaba era él.
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New Year's Day. -Park SungHoon y tú.
Fanfic"Cɑndle wɑx ɑnd Polɑroids on the hɑrdwood floor. You ɑnd me forevermore." La rama del patinaje artístico nunca le había llamado la atención, no hasta que se dejó deleitar por los ligeros y livianos movimientos del castaño. Aquel chico dominaba la pi...