19.

193 27 0
                                    

Ni 24 horas habían pasado desde la última vez que había visto a SungHoon y sus ojos no dejaban de posarse en mí como si no me hubiera visto en milenios. Nuestras miradas se cruzaban la mayoría de las veces, causando una pequeña sonrisa en ambos que no pasaba desapercibido para Swan y Goeun, que parecían estar atentas a todos y cada uno de nuestros sospechosos gestos. Goeun me dio un leve golpe en le brazo mientras alzaba una de sus cejas, inquiriendo sobre la situación entre ambos mientras que la sonrisa de Swan se hacía cada vez más grande sin necesidad alguna de dar explicación alguna, mi sonrisa le bastaba. 

¿Nos vas a contar ya? ¿O nos vais a hacer vomitar con tanto endulzante?
—¡Goeun, no seas exagerada! 
—Bueno, bueno, tampoco hace falta que vomites...
—Las tres soltamos una suave risita cómplice y carraspeé.— Bueno... SungHoon y yo... Ayer nos besamos.
—¡¿QUÉ?!

Swan le tapó la boca a Goeun rápidamente, la misma que se había ganado toda la atención de las chicas que estaban en la pista junto a SungHoon y al mismo. Mi rostro enrojeció notablemente y a pesar de que Swan le había tapado la boca con la mano, la mía se unió haciendo más presión sobre sus labios meintras susurraba un "shhh". Las tres reímos a carcajadas ante aquel momento tan incómodo en el que el silencio había sido la banda sonora del lugar y antes de volver al trabajo hicimos la promesa de que nada de lo que había contado saldría de allí.

Entonces mi vista volvió a fijarse en el liviano SungHoon y el satisfactorio sonido que emitían sus patines rasgando el hielo. Era un sonido que verdaderamente podía sanar todos mis problemas, pero el primer problema de todos podía hacer el mismo sonido y de hecho me miraba con rabia en sus facciones de muñeca: Winter. Mi cuerpo se tensó notablemente al sentir sus ojos inyectados en odio mirándome fijamente. Me había pillado mirando a SungHoon sin disimulo alguno y sabía de sobra que eso podía tener consecuencias, ¿debería sentir miedo? Quizá debía, al final del día ella era miembro del club antes que yo.

Goeun y Swan se habían quedado conmigo limpiando hasta asegurarse que todas las chicas se hubieran ido y honestamente yo iba a hacer lo mismo para poder aprovechar el momento y patinar de nuevo con SungHoon

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Goeun y Swan se habían quedado conmigo limpiando hasta asegurarse que todas las chicas se hubieran ido y honestamente yo iba a hacer lo mismo para poder aprovechar el momento y patinar de nuevo con SungHoon. Entre todas comprobamos que el gimnasio estuviera vacío y entonces corrieron hacia la salida sin despedirse siquiera de mí, ellas iban a lo que iban. 

Chasqueé la lengua y con algo de nerviosismo decidí acercarme a SungHoon, quien se encontraba descansando en el famoso banco frente a la pista. Me coloqué detrás de él y comencé a masajear sus hombros, notando como la tensión en estos se reducía notablemente y se volvía más vulnerable entre mis manos. Dejé un pequeño beso en su cabeza y me acerqué a su oído.

—¿El entrenamiento de hoy ha ido bien?

Definitvamente una hubiera esperado un gesto o unas breves palabras de afirmación, sin embargo la reacción de SungHoon fue ponerse de pie y agarrar mi rostro para besar mis labios de forma hambrienta. Me sorprendió hasta a mí las ansias con la que había tomado mis labios y la forma en la que me empujaba hacia la pequeña valla que separaba la pista del pavimento. Llevé mis manos a su nuca, acariciando con lentitud el suave cabello que se encontraba allí mientras que él pareció tomar impulso, ¿para qué? Fácil, cuando quise darme cuenta ya estaba sentada sobre aquella valla. Mis ojos se salieron de sus órbitas entre pequeñas risas y me separé, o al menos lo intenté. 

Hoon... ¡Hoon calma! No me voy a ir a ningún lado ¡Vas a gastarme los labios! Además tienes que entrenar...
—Ya lo sé.
—Suspiró pesadamente y apoyó su cabeza sobre mis regazo.—Sólo estaba tomando inspiración de mi Musa.

Rasqué su cabeza de forma traviesa ante aquella frase y él se incorporó para sostener mi mano y que no volviera a hacerlo. Forcejeé un poco con él entre risas antes de que usara toda su fuerza para hacer que volviera a rodear su cuello. Miró mis ojos, luego mis labios, y no me hizo falta mirarle más, ya que entonces sentí sus labios sobre los míos moverse lentamente. 

En ese momento sentía que estábamos él y yo, yo y él y era una sensación de paz que inundaba mi pecho. Como algo tan idílico no podía ser real, el golpe de realidad llegó rápidamente a mí al escuchar un ruido sordo detrás de nosotros. Nos separamos rápidamente y observamos de dónde provenía el sonido. Cierta chica que ya conocíamos bien nos señaló con un dedo acusador mientras se acercaba a nosotros.

¡SungHoon! ¿Cómo has podido? ¡Sabes que llevo esperándote más de un año! ¡Llevo más tiempo que ella esperando que correspondas mi amor! ¡Lo he hecho todo por ti!
—No, Winter, no has hecho nada por mí. Sólo has hundido el club en la miseria por tu insana obsesión conmigo... —
Llevó las manos a su propio cabello, echándolo hacia atrás.
—¿Obsesión? ¡He sido quien más te ha cuidado todo este tiempo! ¿Cómo puedes decir que es una obsesión? 
—Winter... Quédate aquí para el campeonato.—Le interrumpió.—Quiero que _____ venga conmigo.

El rostro de Winter palideció y comenzó a llorar desconsoladamente. Hasta cierto punto me hizo sentirme mal, sabía que le había hecho daño y que tratándose de SungHoon era algo que incluso podía pasarme a mí algún día. Se sentía herida, al fin y al cabo todo el esfuerzo que ella creyó haber hecho había sido tirado a la basura. Secó sus ojos con rabia y volvió a señalar al patinador profesional. 

Vas a perder el campeonato. Sin mí no vas a llegar muy lejos, Park SungHoon. Sabes que me necesitas pero esa chica te tiene ciego.—Sorbió su nariz mientras asentía completamente segura de sus palabras.— Abrirás los ojos cuando te aplaste esta gran derrota y vendrás llorando a por consuelo a mí, pero entonces yo no estaré... Será demasiado tarde, Hoon. 

Un sentimiento amargo se instaló en mi estómago, no me gustaba la forma en la que le deseaba el mal a Hoon pero entendía que su corazón se sintiera herido. Me sentí una intrusa entre ambos, desde que llegué SungHoon había tenido sus ojos en mí a pesar de que Winter había intentado conquistarle desde antes. No se trataba de una competición pero, ¿a quién le sentaría bien que el chico que te gusta se vaya con otra que conoce de hace mucho menos? Bajé mi cabeza un tanto apenada y Hoon al darse cuenta de esto, tomó mi mano con fuerza y entrelazó los dedos.

—No, Winter. Soy feliz así, y no me importa ganar o perder ahora que por fin el patinaje vuelve a tener sentido para mí. 

New Year's Day. -Park SungHoon y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora