24.

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La tarde noche había llegado con rapidez a decir verdad. Aunque SungHoon y yo hubiéramos pasado la mayor parte del día juntos llegaba la hora de la verdad y era que él debía irse a dormir con su madre y con Winter. Él insistía en quedarse en el vestíbulo junto a mí pero yo me negué y le prometí que solamente iba a quedarme leyendo hasta que el sueño llegara a mí. 

Sabía que SungHoon sentía un gran remordimiento en su interior y que hubiera hecho todo lo posible para que yo fuera quien compartiera cama con él. A pesar de que le insistía en que fuera a descansar, él permaneció sentado a mi lado hasta que su cabeza cayó en mi hombro. Acaricié su rostro con suavidad y le murmuré que era hora de ir a la cama. Él hizo un pequeño berrinche con pequeños lloriqueos mientras se aferraba a mí con más fuerza. Suspiré algo triste por tener que acatar las órdenes de su madre y traté de levantarme para guiarle a su cuarto. 

—No te alejes... Sólo necesito que mi Musa me de suerte...

Mis mejillas se sonrojaron notablemente, ni dormido era capaz de mantener ese pico cerrado. Lo ayudé a levantarse y él con pereza lo hizo, acariciando mis manos a modo de despedida. Miró a todas partes para comprobar que su madre no merodeaba por allí y besó mis labios con toda la viveza del mundo a pesar de que yo pensaba que se encontraba en un estado de somnolencia bastante notable. 

Un pequeño chillido se escuchó detrás de nosotros, chillido que nos obligó a separarnos para encontrarnos con alguien que tapaba su rostro de forma bastante familiar. Ni dos segundos tardó mi sinapsis en reconocer que era Sunoo, entonces me aparté de SungHoon rascando mi nuca y SungHoon se acercó a él con emoción.

¡Sunoo! ¿Qué estás haciendo aquí? 
—Me vas a chafar la sorpresa.
—Esbozó un pequeño puchero cruzándose de brazos.— Vine a verte, no podía perdérmelo, son las nacionales. 

Ambos chicos se abrazaron con una gran y cálida sonrisa, sonrisa que a la vez hizo mi corazón arder en paz. Esa mueca en SungHoon me garantizaba que al día siguiente iba a hacerlo con la pasión con la que solía hacerlo para demostrarnos a ambos su verdadero valor. 

Sunoo, ¿tienes habitación? ¿Has venido solo?—Preguntó Hoon.
Ajá, vine en tren, cogí de las últimas reservas por suerte... 
—¿Puede dormir _____ contigo?


Sunoo abrió su boca de una forma exagerada y llevó una mano a su pecho como si lo hubieran ofendido a él mismo. Enhebró mi brazo con el suyo.

¿Me estás diciendo que no tiene dónde dormir pero ha venido a acompañarte?
—Verás...

SungHoon estaba a punto de explicar todo cuando Winter apareció en el vestíbulo arrastrando sus pies por el suelo para llamar la atención de Hoon y que le mirara. Los ojos de SungHoon adoptaron una expresión de horror al ver como Winter estaba usando la camiseta que él había llevado para usar de pijama y Sunoo alzó ambas cejas mirando con cierta decepción a SungHoon y yo preferí no volver a mirar aquella escena tan doméstica.

—No te preocupes, ya la valoro yo.

Sunoo y yo estábamos sentados el uno frente al otro en la cama de su habitación mientras usábamos unas mascarillas para el rostro

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Sunoo y yo estábamos sentados el uno frente al otro en la cama de su habitación mientras usábamos unas mascarillas para el rostro. Sunoo sostenía entre sus manos un zumo mientras escuchaba de mis propias palabras lo que acababa de pasar. Parecía estar incluso más sorprendido que yo por el hecho de que Winter estuviera allí y que su madre hubiera actuado así. 

—La madre de Hoon jamás me trató así...
—No soy bienvenida, supongo. 

Me encogí de hombros y él, chasqueando la lengua se acercó a mí, rodeándome con su brazo. Hasta cierto punto era algo consolador tener a alguien abrazándome en aquel momento. No era una situación tan idílica como creí que podía ser y de hecho ahora me encontraba abrazada a su mejor amigo con el que pasaría el resto de la noche todo porque la madre de SungHoon no me quería allí y estaba claro. 

¿Sabes? Eres una chica muy bonita. No te desanimes por su madre, supongo que preferirá a Winter porque le ha demostrado a base de obsesión que no quiere interponerse en la carrera de su hijo... Te ve como un obstáculo, como si fueras a apartarlo de ese mundo o a aprovecharte de él. 
—No me ha dado pie a presentarme siquiera...
—En casa de SungHoon no serás bienvenida... Pero en la mía sí. A mi madre le hará mucha ilusión tener por fin una nuera después de tanto tiempo.

Golpeé el hombro de Sunoo entre risas y él sostuvo mis manos negando para que parara de pegarle. Me miró fijamente por unos segundos, causando un silencio ciertamente incómodo entre ambos. Únicamente se escuchaba el eco de nuestras respiraciones hasta que un carraspeo cortó la tensión que había en el ambiente.

—Sólo me contengo porque eres la chica de SungHoon... 

Aquello me pilló por sorpresa y me dejó estática. No esperaba para nada algo así por parte de Sunoo, es más, lo veía 100% homosexual. Pestañeé un par de veces antes de reír algo incómoda y le dediqué una curiosa y aterrada mirada que rápidamente cambió al ver que Sunoo no pretendía pasarse de la línea de amigos.

—Vamos a quitarnos las mascarillas y vamos a dormir. Mañana va  a ser un día laaaaargo~. 

Canturreó de camino al baño de la habitación, haciéndome seguirle el juego y canturrear con él. Había sido una situación extraña, pero extrañamente cálida. 

"Sé lo que piensas, pero no quiero jugar. La verdad es que es más fácil ignorarlo, créeme."

New Year's Day. -Park SungHoon y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora