28.

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Apenas un rato después de visitar a SungHoon le dieron el alta. El brazo se recuperaría bien sin necesidad de intervenciones quirúrgicas y con suerte serían unos dos meses con el brazo escayolado. La madre de SungHoon agradeció al personal médico por el esfuerzo que habían puesto en su hijo mientras que Winter recogía los patines de SungHoon, colocándolos en su macuto para automáticamente lanzármelos de mala gana. Sunoo la fulminó con la mirada a pesar de que yo le resté toda importancia a aquel gesto al que estaba más que acostumbrada y SungHoon se puso de pie acercándose hasta mí, tendiendo su brazo bueno. 

Dame, yo los llevaré. 
—No te preocupes, Hoon. Yo los llevaré sin problema. 

Por mucho que me negara, SungHoon acabó por cogerlos de mi hombro y se los colgó sobre el hombro que tenía intacto. Tras colgárselos miró a Winter fijamente, adelantándose hacia la salida de la habitación. Winter volvió a apretar sus manos en dos puños llenos de frustración y siguió los pasos de SungHoon saliendo también. Sunoo me dio un golpe con su cadera y me guiñó un ojo, aquel gesto fue suficiente para saber a qué se refería, haciéndome sonrojar con facilidad. 

Bajamos hasta los aparcamientos del hospital y la madre de SungHoon nos miró a Sunoo y a mí fijamente. SungHoon estaba expectante a la nueva joya que soltaría su madre por la boca y Winter parecía confiar plenamente en el poder de las palabras de la madre de Hoon para librarse de nosotros. 

Sólo podemos llevar a uno más, eh.
—Hay cinco asientos y cinco personas.
—Contestó Sunoo. 
¿Y dónde vas a meter los patines de SungHoon?
—¿En el maletero?
—Respondió esta vez SungHoon. 

La madre de Hoon chasqueó la lengua negando, y entonces fue Winter la que intentó parecer espabilada y respondió a falta de argumentos de su protectora. 

La puerta del maletero está averiada.
—Ya lo hemos captado, Winter.
—SungHoon la miró fijamente durante unos segundos. — Si ella no puede montarse, yo me iré con ella al hotel a pie. 
—¡SungHoon, no seas idiota! Acabas de tener un accidente, ve en el coche. Sunoo y yo no tardaremos en llegar. —
Respondí seria, casi reprochándole su caballerosidad. En otra situación no me hubiera importado, pero no era el momento. 

Sunoo asintió mirando fijamente a la madre de SungHoon con una gran sonrisa cargada de hipocresía. La madre se sintió claramente amenazada por aquellos pequeños y rasgados ojos estáticos en su presencia por lo que no tardó en montarse en el coche y arrancarlo para presionar a SungHoon. Winter tironeó del brazo de SungHoon para insistirle en que se montara ya en el coche pero SungHoon hizo oídos sordos. 

Te veré en el hotel, ¿vale?
—Por supuesto que sí. 

SungHoon pareció dudar por un momento, ladeando su cabeza de lado a lado hasta que pareció tomar una decisión. La decisión en cuestión la sentí sobre mis labios cuando dejó un pequeño beso sobre estos para despedirse de mí antes de montarse en el coche seguido de un gran y ruidoso berrinche por parte de Winter además de una agresiva marcha atrás por parte de su madre que de no ser por Sunoo, que tiró de mi cuerpo, pudo haber acabado en atropello. 

Apenas tardamos unos diez minutos en llegar al hotel de nuevo, diría que incluso más ya que íbamos dando un paseo mucho más calmados mientras nos reíamos de las expresiones que Winter había hecho antes de montarse en el coche justo al ver como Sun...

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Apenas tardamos unos diez minutos en llegar al hotel de nuevo, diría que incluso más ya que íbamos dando un paseo mucho más calmados mientras nos reíamos de las expresiones que Winter había hecho antes de montarse en el coche justo al ver como SungHoon me besaba. La risa de Sunoo se me contagiaba con facilidad, y con su risa su tierno gesto de taparse la cara al hacerlo. Sunoo era verdaderamente una persona brillante que podía curar el ánimo de cualquiera con sólo pasar un rato con él; entendía el porqué a pesar de las enormes diferencias que había entre SungHoon y Sunoo ambos eran mejores amigos. Sunoo tenía el poder de curar el alma de SungHoon y lo había hecho durante ese tiempo en el que yo aún ni siquiera había entrado a la universidad. Había algo atractivo en Sunoo que definitivamente me haría caer por él si no estuvirera completamente deslumbrada por lo que SungHoon me hacía sentir. 

SungHoon nos estaba esperando en el vestíbulo sentado justo en los sillones en los que yo pretendía pasar la noche y se levantó para recibirnos en cuanto cruzamos las puertas del lugar. A pesar de recibirnos con una sonrisa, esta se ladeó un poco al ver cómo Sunoo y yo compartíamos una sonrisa cómplice tras habernos burlado todo el camino de Winter. A decir verdad, podía leer los celos en su rostro y en su lenguaje corporal, su mano útil se apretaba en un puño sútilmente y se abría al momento de forma nerviosa, casi sistemática y sus ojos no se despegaban de Sunoo. 

Rodé los ojos con cierta ternura al leer sus gestos y me acerqué hasta él, agarrando su mano para darle la seguridad que necesitaba en aquel momento tan susceptible y vulnerable, pues sí, a pesar de no ser el chico más expresivo del mundo en cuanto a palabras, sabía de sobra que aquella no era su mejor época y que me necesitaba más que nunca sosteniendo su mano. Apreté su mano tres veces  para hacerle saber que todo estaba bien y que yo estaría en sus días buenos y en sus días malos, cuando estuviera perdido, asustado y a punto de rendirse. 

New Year's Day. -Park SungHoon y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora