⩩ III. Pequeña Rapunzel

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König me informó que iría a la base a partir de hoy

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König me informó que iría a la base a partir de hoy. Al parecer se tomó tan solo dos días para poder "cuidar de mí" o algo así.

Tomo un respiro de su pesada presencia pero estoy aburrida. ¿Qué se supone que haces en una casa vacía? Las paredes están tan blancas que me hace sentir como si estuviese en un internado.

¿Qué se supone que hacía antes de esto si ni siquiera tengo amigos? ¿Trabajar?

Eso es.

Podría salir a buscar trabajo. Después de todo me serviría para intentar despejar mi mente, que no ha parado de maquinar preguntas e ideas confusas desde que estoy en este estado.

Al salir, tuve que caminar unos minutos para poder ver infraestructura a lo lejos. Supongo que el proceso será un poco lento. Suspiré.

El sonido del golpe de la puerta estrellarse contra la pared molestó en sus oidos, sus ojos subieron con molestia para enfocar a la persona dueña del bullicio

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El sonido del golpe de la puerta estrellarse contra la pared molestó en sus oidos, sus ojos subieron con molestia para enfocar a la persona dueña del bullicio.

— ¿Qué es lo que quieres, Kim? — Preguntó visiblemente molesto.

— Coronel, debe ver esto. — Se apresuró hacia el escritorio del mayor sosteniendo un folder con algunos papeles en sus manos. — Se supone que todo estaba arreglado.

— Habla Horangi, sabes que no me gusta el suspenso.

— Él está vivo, aún no está consciente pero sobrevivió.

— ¿Estás seguro de lo que estás diciendo? — Chasqueó la lengua — ¿Dónde está?

— En un hospital en Kansas, tenemos un grupo de soldados allá. Están informados de su estado pero aún se han mantenido ocultos de su ejército. — König se frotó el entrecejo ante la información.

— ¿Dónde está ____?

— No estaba en la casa cuando fui a verificar.

König se puso de pie — Fluch. — Maldijo por lo bajo y salió con pasos largos hacia el aparcamiento. Subió a la camioneta para acelerar hacia la ciudad. Sabía donde debía buscar, porque ella siempre ha sido tan predecible para él.

 Sabía donde debía buscar, porque ella siempre ha sido tan predecible para él

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Caminaba vagamente por las calles de la bulliciosa ciudad. Ya había entrado a 4 locales solicitando empleo pero requerían experiencia. ¿Dónde iba a adquirirla? O mejor, ¿Cómo se supone que probaría que tengo experiencia laboral?

Exhorta en mis pensamientos, sentí fuertes brazos tomarme por la cintura, de espaldas. Ahogó mi gritó con una mano, entré en pánico.

Pataleé cuando sentí que me subieron a un vehículo, tranquilizándome solo cuando vi de quién se trataba.

— ¡König! ¿Estás loco? — Recriminé, pero él no dijo nada.

Ignoró mis reclamos hasta llegar a casa. Él mismo me bajó, tomándome con poca delicadeza de la ropa para adentrarme al lugar.

— ¡Suéltame!

Intenté zafarme, caminando torpe y rápidamente por sus jaloneos hasta llegar a la habitación. Me empujó provocando que cayera sobre la cama.

— ¿Por qué saliste?

— ¿Perdón? Olvidé que soy una mujer adulta. — Dije con sarcasmo — ¿Ahora me vas a obligar a pedirte permiso para salir? Tiene que ser una broma.

— ¿A qué loca se le ocurre pasearse por un lugar que no conoce?

— No estaba paseando, estaba buscando trabajo. Además, ¿Cómo se supone que conozca entonces?

— No necesitas trabajar, yo ya trabajo por los dos.

— ¿Y qué se supone que haga todo el día? Esta casa me deprime, tú me deprimes.

— Acostúmbrate.

Cerró la puerta. Apreté los puños y golpeé la cama débilmente con impotencia.

Debí estar loca al fijarme en un tipo como él.

Totalmente loca.

Totalmente loca

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Trapped | KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora