⩩ XL. En tu búsqueda

310 35 18
                                    

La tos de los hombres resonaba entre el eco de los escombros del lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La tos de los hombres resonaba entre el eco de los escombros del lugar.

— ¡Mierda!

— ¿Están todos bien? — Cuestionó König.

— ¡Jhonny, reacciona ahora! — Ghost golpeaba con su mano el rostro del sargento.

— Aún respira. — Informó Horangi.

— Maldito.

— ¿Dónde está Heyzell? ¿Sobrevivió?

— Si es que lo hizo debe sentirse feliz, porque acabaré con su vida de mierda. — Gruñó König.

— Me llevaré a MacTavish de vuelta e informaré a Price. — Simon se echó al hombro al más bajo para ponerse de pie. — Tienen que buscar a Heyzell, o lo que queda de él.

— Andando Kim.

Los hombres se dividieron. König y Horangi bajaron al primer piso, tal vez este estaba peor que el segundo. Caminaron entre las ruinas escucharon los lamentos de las pocas personas que había vivas.

Scheiße. Ayúdame con ellos Kim.

Los soldados se apresuraron en ayudar a salir de los escombros a la gente.

— Gracias, oh por Dios, muchas gracias.

— ¿Que mierda pasó?

— ¿Dónde está Park?

Todos se veían aturdidos y confundidos, algunos más dañados que otros.

Y los que estaban en mejor estado ayudaban a auxiliar a los demás. La ambulancia no tardó el llegar, junto con un par de patrullas que estuvieron interrogando a la gente.

König intentó comunicarse con Price y los demás pero su comunicador se había arruinado en la explosión.

Más adelante escuchó gemidos de agonía, parecían ser de un hombre.

Cuando se acercó este tenía la cara ensangrentada y estaba siendo aplastado por una de las columnas del lugar

— Ayuda por favor, no me quiero morir.

— Colt. — Ante su nombramiento él miró a todos lados intentando distinguir de donde viene la voz.

— ¡Coronel! Por favor ayúdeme a salir, siento las piernas rotas y este dolor es insoportable. Tengo tanta sed.

— ¿Donde está Smith?

— ¿Qué? ¿Él no murió también?

— No, no lo hizo. Y no creas que no sé que tú trabajas para él, que eres la puta marioneta de Xian ¿Por eso estabas tan dispuesto? ¿Él te daba las informaciones?

Pateó el concreto haciendo que se sumará aún más carga sobre el cuerpo del hombre, haciéndolo gritar.

— ¡Por favor, pare! ¡Le juro que yo no sabía que él haría esto! Yo confiaba en Xian.

Trapped | KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora