⩩ XXII. Justicia

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Perspectiva de Ghost

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Perspectiva de Ghost

¿Qué probabilidad había de que me contara con ella en la gasolinera ese día?

Se reía bájamente de mí mientras intentaba pagar, intentó disimular pero de todos modos me di cuenta.

Odio cuando estas cosas no tienen encargados. Se acercó a mi y escuché su voz por primera vez.

— Es que lo estás haciendo mal, permíteme.

Estuve atento a ella de inmediato, la facilidad con la que lo logró me hizo sentir estúpido. Lucía delicada cuando me hablaba, su cuerpo parecía que si lo apretaba se iba a romper. Pero sin duda lo que mas me alarmó fue ver sus muñecas moradas con las marcas de un objeto, no parecían las manos de una persona.

¿Quién te está atando así?

La noté nerviosa acariciar sus muñecas mientras las oculta, le apena. No le gusta.

Ella se despidió de mí, ¿tendría que preocuparme?

Definitivamente no era algo que debería, después de todo puede ser solo producto de un novio o algo así.

Pero había algo en ella que me transmitía una extraña sensación.

No me tomó mucho tiempo averiguarlo. Por Dios, es tan joven.

Busqué la forma de coincidir con ella, necesito que diga algo. Quiero que confiese.

Pero sus conversaciones conmigo eran tan normales, tan casuales y acogedoras. Me daba impotencia que actuara, quítate la máscara, quiero verte.

No me sonrías así, no cuando sé que quieres llorar.

No hay pruebas que apunten directamente a sus padres, pero no me conformo con solo arrestar a los mediadores. Debía conseguirlas, y rápido.

Pero primero debía sacarla de ahí. Y ofrecí mucho dinero por ella, después de todo eso querían, dinero. Yo sabía que eran estafadores, por eso me la lleve.

No quería que la encontraran.

— Pensé que me lastimarías.

— No soy un monstruo

— Lo creo.

Ella era mi esposa, y después de todo la traje a mí para que fuera libre pero no podía abandonarla, no en el estado en que la compré.

— Basta _________, por favor.

Ella tenía pesadillas, pero cuando despertaba siempre estaba haciendo algo en contra suya. La encontraba arrancando mechones de su cabello, rasgando su piel u obligándose a vomitar.

Me daba lastima verla así. Tanta que mi mayor deseo era salvarla de si misma.

Quería arrancar las vivencias de su corazón para que así no tenga que doler más.

Trapped | KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora