Quiero enamorarme de ti, por favor ayúdame a amarte sanamente.
Oh Bella, has sido cegada por "La Bestia".
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König x Fem reader
1rst published story
NO CANON
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El camino es pésimo para ir en vehículo.
Se dividieron en parejas para revisar la zona, a excepción de Ghost quien iba solo.
Por aquel lugar se encontraban Price y Gaz quieres corrieron hacia el destino al ver cuerpos a lo lejos.
— Encontramos algo, tramo C. — Avisó Gaz por el comunicador.
Los hombres se miraron mutuamente al distinguir a ambas personas.
Los demás no tardaron mucho en llegar, pero König fue el primero en tirarse al suelo para sostener a la mujer.
— ¡__________! Meine Liebe ¿Qué te hicieron?
— Está muerto. — Informó Horangi quien había ido directamente al cuerpo de Xian.
— Aún tiene pulso, pero es muy débil. — Ghost sostenía la muñeca de la mujer.
— Hay que llamar una ambulancia, si la transportamos nosotros lo más probable es que esté muerta para cuando lleguemos. — Dijo el capitán apresurándose a la llamada.
— __________, tienes que seguir respirando. — Ghost intentó alentar inútilmente a la inconsciente.
— ___________, mírame prinzessin, ya estoy aquí. — König tomó su mano para ponerla en su mejilla debajo del pasamontañas, intentando transmitirle su calor. — Vine por ti, mi amor, ya llegué, mírame por favor. — Murmuró desesperado.
Los demás también estaban asustados por ella pero también por el coronel.
Porque sabían que él se destruiría si es que llega a perder a esa mujer.
Y el austriaco no se separó ni un segundo. Subió con ella en la ambulancia y se negaba a dejarla cuando llegaron al hospital.
— Señor, tiene que irse, necesitamos trabajar. — Una de las enfermeras que transportaban a la mujer en la camilla cuando bajó del vehículo ya había reprochado a König dos veces.
— Ya le dije que no, déjeme, es mi mujer.
No iba a perderla de vista.
Después de tantas persuaciones aceptó quedarse en la sala de espera tan solo si a cambio le daban información de inmediato y detallada acerca de cómo estaba ella. Y también llamarlo si las cosas se complicaban.
No dejaba de pasar sus manos por el pasamontañas con nerviosismo, tenía miedo.
Pudo sostener su cuerpo por un rato pero ella se sentía tan delgada, frágil. Lucía tan maltratada que se maldijo internamente de mil formas por no haber llegado antes.
Tenía tanto miedo de perderla.
— König. — La voz del teniente resonó en el pasillo. — ¿Qué te dijeron sobre __________?
