Quiero enamorarme de ti, por favor ayúdame a amarte sanamente.
Oh Bella, has sido cegada por "La Bestia".
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König x Fem reader
1rst published story
NO CANON
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La noche fría abrazaba y ocultaba su sentir. König se encontraba por los rincones del campo abierto de la base que por un tiempo sería su aliada, mirando a un punto muerto mientras daba paso a sus pensamientos.
Tenía muchas preocupaciones, su base, todo el papeleo que posiblemente lo esté esperando, pero sobre todo __________.
Deseaba encontrarla y que estuviera bien, quería jurarle que ya no la iba a volver a molestar.
Si ella quería llevar su vida con el británico entonces lo entendía y la dejaría hacer su familia en paz con él.
Aunque su corazón doliera de solo pensarlo, pero sabía que quizá desde el principio debió aceptar que tal vez estaría mejor bajo la protección de Ghost.
Se obligaría a si mismo a conformarse con el recuerdo y saber que es feliz, aún no si es a su lado. Ojalá poder rescatarla pronto del abismo para que pueda escuchar su elección.
Aunque no estaba seguro de querer estar presente para ese momento, porque sabe que su corazón no podría soportar escuchar que lo elije a él, verla irse con él otra vez.
Pasos pesados lo sacaron de sus pensamientos.
— ¿Interrumpo? — La voz rasposa del de la máscara resonó en sus espaldas.
Narración de Ghost:
— No, estás bien.
— Imagino que debes estar estresado.
— Igual que tú. Hay una mujer con un bebé desaparecida, debes estar muriendo.
— Lo estoy. Solo quisiera decirte que intenté protegerla, desde que la conocí.
— Lo sé. — Suspira, llevando sus manos por debajo del pasamontañas por un momento para frotar sus ojos. — No puedo decirte que me caes bien, pero lo hago por ella. Por eso quiero que la hagas feliz, ella no merece sufrir tanto.
— Jamás planeé lastimarla.
— No lo digo por eso. Respeta sus deseos. Creo que ese fue mi primer error, debí preguntarle lo que quería antes de llevármela asumiendo que no era feliz contigo.
Solo escuchaba al más alto, me sentía tenso. Pensé que me alegraría escuchar su rendición pero en su lugar empezaba a aparecer la culpa.
— No tengo nada contra ti König, creo que yo hubiese hecho lo mismo en tu lugar. — Me senté un poco apartado de él, no nos mirábamos, pero estamos atentos a lo que el otro dice. — Solo quise ayudarla.
— Yo quería pensar que si la amaba lo suficientemente, que si la comprendía y le hacía entender que su carga no debía ser un problema ella podría ser feliz, intenté entenderla.
