Capitulo 5

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Martin había salido de casa ya hacía varias horas, eran mas de las doce de la noche y aun no había vuelto. Ruslana y Chiara estaban muy preocupadas y no sabían que hacer, tampoco querían preocupar a su familia, al fin y al cabo solo había salido a dar un paseo para despejarse hacía dos o tres horas. Pero las chicas no podían evitar preocuparse.

El vasco se había ido del piso bastante enfadado, y aunque llevaba el móvil encima , no había leído ni respondido los mensajes de ninguno de sus amigos. Le habían escrito todos, las chicas, Álvaro, Omar, Paul, Bea...

Ruslana y Chiara había llamado a todos y habían quedado en el piso de Álvaro para contarles lo sucedido, y finalmente habían tomado la decisión de que Chiara y Ruslana volvieran a casa, por si Martin volvía, que Álvaro se quedara en su casa por si se le ocurría ir allí, y el resto salieron por Madrid para intentar dar con él.

Quizás fue por puro instinto, pero Juanjo se bajó en el metro de Retiro, fue hacía la puerta de entrada del parque que había en la puerta de Alcalá, y allí estaba, sentado en la acera con la espalda apoyada en la reja. Cuando lo vio sintió alivio, por fin pudo soltar el peso que había sentido en el pecho al ver el agobio que tenía Chiara.

"Chicos, lo he encontrado, volved a casa, yo me encargo de él, os voy diciendo"

Después de mandar el mensaje de wasap al grupo que habían creado, volvió a guardar el teléfono en el bolsillo, y fue andando con calma hacia el muchacho, que tenía la mirada perdida en las baldosas sucias del suelo.

- Hola Martin- dijo Juanjo parándose frente a él.

Martin levantó la vista para ver quien era el que le saludaba, vio como Juanjo le miraba con las manos metidas en los bolsillos. No quería estar con nadie en ese momento, no entendía porque no le dejaban en paz.

- ¿Cómo me has encontrado?- dijo Martin de mala gana

- ¿Cómo dices?- dijo Juanjo haciéndose el tonto- vengo de tomar algo con unos compañeros de clase.

- Dejate de gilipolleces- dijo Martin poniéndose en pie, dispuesto a largarse de allí, muy seguro de que le estaba mintiendo

- Eh zagal vete a la mierda, no tienes que hablarme así vale- dijo Juanjo sin moverse del sitio- solo me preocupé al verte ahí sentado con esa cara.

En ese momento Martin se arrepintió de hablarle así, el no daba ese tipo de contestaciones, pero estaba muy cabreado, y no estaba en sus cabales. Se giró hacía el maño y se acercó un poco a él, que le miraba con el ceño fruncido aun quieto en el mismo sitio.

- Perdona, no te tendría que haber hablado así- dijo Martin en un tono más calmado, dejando escapar un suspiro.

- ¿Un mal día?- dijo Juanjo intentando que el muchacho hablara.

- Una mala noche- dijo Martin resoplando y escondiendo la cara en el codo.

- Ehh, tranquilo- dijo Juanjo acercándose un poco y poniendo su mano en el brazo que tenía libre Martin- Si quieres podemos ir a mi casa y me cuentas, estaremos más tranquilos, no estamos lejos, solo a dos paradas de metro.

Martin se limpió un poco la cara y asintió con la cabeza. El trayecto hasta el piso de Juanjo fue totalmente en silencio, Martin no quería hablar allí, con gente alrededor, y Juanjo no quería presionar al joven, estando tan cabreado podría salir corriendo en cualquier momento, y no quería que sus amigos le echaran la bronca por perderlo de vista.

- ¿Quieres beber algo? ¿Cerveza, cocacola, agua?- dijo Juanjo quitándose la chaqueta y dejando las llaves en un bol que había junto a la entrada.

El hilo rojo ,  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora