Capitulo 20

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"Estimado Señor Urrutia:

Somos una agencia de casting de producciones artísticas en la Comunidad de Madrid, hace unos días, un compañero acudió a una actuación del alumnado de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. A la cual usted pertenece y se encuentra cursando el segundo año. Hemos pedido referencias suyas a la escuela, sobre sus anteriores estudios, y experiencia en el teatro musical.

Estamos realizando actualmente un casting para cubrir varias vacantes en una producción de alto nivel Nacional en la capital, el musical citado es : El rey león.

Nos gustaría saber si usted estaría dispuesto a realizar los casting, y en el caso de ser seleccionado, de poder compaginar sus estudios con la obra.

La fecha del casting sería el próximo mes de Enero, el día 2, a las 10.00 de la mañana. La citación es en el Teatro Lope de vega, debe acudir con ropa cómoda deportiva.

Un saludo, y esperamos verle el día citado"

A Martin le iba el corazón a mil por hora, después de despedirse de las chicas había pasado el día recogiendo el piso, haciendo las maletas para el viaje de navidad, y descansando. Prefería dejarlo todo listo, ya que el bolo de Juanjo era por la tarde a las 20.00 y el vuelo era el día siguiente a las 13.00, no tendría que madrugar, pero presentía que aquello podría alargarse y no quería perder el vuelo. Es por ello que no había mirado el móvil hasta la noche.

Tras releer aquel correo electrónico varias veces se auto convención de que no estaba soñándolo, de que era muy real, estaba pasando, le habían citado para un casting nada mas y nada menos que para El rey león...

- Que cojones... - dijo volviendo a abrir el correo electrónico y releyéndolo.

Abrió su agenda telefónica y empezó a llamar a sus amigos, a los que estaban en Madrid, necesita quedar con alguien y que le diera dos tortas para espabilarlo y decirle si aquello era real o estaba en un sueño.

El tono sonaba y se cortaba, como con falta de cobertura, Álvaro y Juanjo estaban metidos en algún zulo incomunicados, miró su reloj, tan solo eran las 21.00 de la noche, no era demasiado tarde, seguramente estaba en el local del bolo del día siguiente revisándolo todo.

Solo le quedaba una persona disponible, Bea. Descolgó la llamada, y al segundo tono su amiga respondió al otro lado del teléfono.

- Hola cariño, ¿Te ocurre algo?- dijo Bea – tu no eres de llamadas...

- Bea, necesito quedar, dime que estás libre por favor- dijo Martin con voz apurada.

- Claro que sí, estoy liada haciendo la cena, pero vente para casa y me cuentas que te ocurre- dijo Bea con un tono de voz cariñoso- ni que decir que cenas conmigo.

- Gracias, estoy allí en media hora- dijo Martin antes de colgar.

Efectivamente, unos 25 minutos después de esa llamada, Martin se encontraba saliendo de la boca de metro a toda velocidad hacía el portero del bloque de su amiga. No había estado demasiadas veces en el piso de Bea y Álvaro, pero menos mal que se tenía apuntadas todas las direcciones en su bloc de notas del móvil.

- Tiene que ser algo muy urgente- dijo Bea cuando le abrió la puerta del piso y el muchacho le miró con cara desesperada antes de lanzarse a sus brazos- oh venga, pasa y me cuentas Martin.

Bea había preparado un picoteo en la mesa baja del salón, la que había entre los sofás frente a la tele, y en la parte central había colocado una tortilla de patatas recién hecha que tenía un pintón tremendo, aunque antes de comer necesitaba soltar la bomba.

El hilo rojo ,  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora