Capitulo 28

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Los viernes por lo general son días en los que hay bastante jaleo en la capital de España, y una prueba de ello era lo atestado que estaba el metro aquel día, con cientos de personas apretujadas en sus vagones y casi empujándose por los pasillos y escaleras para poder moverse con la mayor agilidad posible.

Entre esas personas se encontraba Juanjo, el cual cargaba con una bolsa de tela en la mano, además de su pequeña mochila negra que solía cargar a diario en la espalda. Justo acababa de salir a la calle cuando escucho su móvil sonar, reconocía aquel sonido, lo llevaba escuchando desde que había vuelto de las navidades, el sonido de una videollamada.

Cogió el móvil rápidamente de su bolsillo y descolgó la videollamada al otro lado del teléfono se encontraba una chica joven, morena, de pelo largo, muy guapa, que le sonreía ampliamente.

- ¿Ya estás de vuelta a casa a pasar el finde? – dijo Juanjo al ver los típicos asientos de autobús en los que la muchacha estaba sentada.

- Siii, quedara como una hora para llegar a la estación de Bilbo- dijo la muchacha mostrándole el paisaje un momento que veía por la ventana del bus- ¿Bueno que haces? ¿Mi hermano recordó algo más?

- No hay novedades María, lo único que ha recordado es lo que te conté que pasó en la escuela de baile- dijo Juanjo encogiéndose de hombros- pero bueno, seguimos intentando que vuelva a pasar, todos nuestros amigos están muy implicados, por ejemplo yo he vuelto a nuestra rutina de almorzar con él y Rus en el parque, que por cierto voy de camino, así que no podemos hablar mucho rato si no quieres que se entere de que hablamos a sus espaldas.

- No le sentaría nada bien la verdad, está muy rarito desde que perdió la memoria- dijo Maria- mira que hablo con él todos los días, pero está muy reservado, él nunca ha sido así conmigo.

- No se lo tengas en cuenta, está raro con todos, no es solo contigo- dijo Juanjo mientras andurreaba ya por el parque y veía de lejos como Rus le levantaba el brazo- Oye, te tengo que colgar María, estoy ya a pocos metros de ellos. Espero que tengas buen vieje, y disfruta del finde.

- ¡Gracias Juanjo! Espero que tú también tengas buen finde, y estoy deseando que llegue ya esta noche para escuchar tu canción- dijo la muchacha lanzándole un beso a la cámara antes de colgar la videollamada.

Guardó el teléfono en su bolsillo rápidamente mientras terminaba de llegar al lugar donde ya se encontraban Martin y Ruslana esperándolo.

- Holaaaaa, podéis guardar esos bocatas para la cena, os traje algo mucho mejor- dijo Juanjo con una sonrisa de oreja a oreja.

Desde su vuelta a Madrid, aquello había sido su nueva rutina, o al menos que Martin recordara. Ruslana le había contado que Juanjo hacía ya bastantes semanas que había tomado la costumbre de ir a comer con ellos a los jardines del Retiro, que está al lado la escuela de arte dramático.

El primer día fue el martes, el lunes le había surgido un problema al parecer, y la verdad que le resultó al principio bastante extraño, más que nada porque, aunque el recordaba que su relación con el maño no era mala del todo, tampoco es que la hiciera tan cercana como él y Rus le hacían ver estos días, aunque tenía que admitir que le caía bien el Juanjo relajado y divertido que estaba descubriendo.

Y eso en parte para él era un gran problema, ya de por si Juanjo siempre le había atraído, si encima ahora le empezaba a gustar también su forma de ser...iba a estar en un problema, porque él solo quería ser su amigo. Encima que ahora se había sincerado con su familia sobre su orientación sexual...tenía la mala suerte de que no quisiera nada más.

El hilo rojo ,  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora