Capitulo 17

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El sol se desvanecía lentamente sobre el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y rosa, Madrid estaba preciosa en aquella época del año ya tan cercana a la navidad, las calles ya estaban iluminadas con el alumbrado navideño, el cual aun no había comenzado a encenderse. En medio de esta serenidad, iban todos caminando con calma hacía los Cines Callao, para disfrutar de una peli y un rato de calma entre amigos.

Después de un debate animado, finalmente decidieron ver una comedia. Mientras esperaban en la fila para comprar palomitas de maíz y refrescos, Martin y Juanjo se encontraron compartiendo miradas cómplices. Había una electricidad entre ellos, una conexión que ninguno de los dos podía ignorar.

Habían propuesto compartir las palomitas por parejas, ya que había un pack familiar que salía bastante bien de precio si compartían entre dos. Martin y Juanjo les tocó compartir ya que Rus se había puesto con Omar, Álvaro con Paul, y Kiki con Bea. Por ello se sentaron en asientos continuos.

- ¿De que hablabais Álvaro y tu antes? - dijo Juanjo en voz baja para que solo le oyera él.

- No tienes que saberlo todo- dijo Martin sonriendo y metiéndose algunas palomitas en la boca.

Juanjo era quien se había puesto el cubo de palomitas sobre sus piernas, pegado al brazo del asiento, para que Martin pudiera alcanzar sin problemas. En su lugar, Martin había echo lo mismo con una bolsa de golosinas que había pillado.

Desde que era jovencito, Martin había soñado con poder ir al cine, con esa persona especial, y poder compartir un cubo de palomitas, se estaba cumpliendo ese sueño, aunque estuvieran rodeados de amigos.

Los dos muchachos sentían una mezcla de emoción y nerviosismo mientras la película comenzaba. A medida que avanzaba la trama, se dieron cuenta de que sus manos se rozaban ocasionalmente, sobre todo cuando coincidían en el cubo de las palomitas. En una de ellas Martin dejó su mano más rato de la cuenta allí, y Juanjo metió también la mano, haciendo una caricia en los dedos del muchacho con los suyos, antes de mirarlo y cruzar sus miradas unos segundos antes de volver a mirar a la pantalla.

A medida que la trama se desarrollaba en la pantalla, Juanjo se encontró robando miradas furtivas hacia Martin, admirando la forma en que la luz del cine iluminaba sus rasgos. Martin, por su parte, estaba igualmente hipnotizado por la forma en que Juanjo se mordía el labio inferior cuando estaba concentrado en la película, aunque eran las menos, ya que lo que mas le gustaba al maño es soltar comentarios cada 10 segundos.

- No cayas ni un momento- dijo Martin entre risas al oído de Juanjo- quizás podría probar tu método, a ver si así lo consigo.

Juanjo retiró su cabeza de la de Martin, mirándole con los ojos muy abiertos tras escuchar la propuesta del muchacho. Podía recordar perfectamente como aquella misma mañana el había dicho que sabía como hacerlo callar, y le había plantado un beso. Y aunque el cine estaba oscuro, sabía que sus amigos eran unos cotillas y llevaban toda la película mirando de reojo hacía ellos dos, se sentía demasiado observado para dejarse llevar allí de aquella manera.

A mitad de la película, cuando el suspense estaba en su punto máximo y todos estaban al borde de sus asientos, Juanjo sintió una mano rozar la suya. Giró la cabeza para mirar a Martin, quien le lanzó una sonrisa tímida y un gesto reconfortante.

El simple roce de sus manos envió un cosquilleo de electricidad a través de Juanjo, haciéndolo sentir más vivo que nunca. Se permitió dejarse llevar por el momento, entrelazando sus dedos con los de Martin mientras seguían mirando la película con atención.

El tiempo pareció detenerse mientras se sumergían en la película y en la conexión entre ellos. Se olvidaron del mundo exterior, perdidos en su propio pequeño universo de palomitas de maíz y emociones compartidas.

El hilo rojo ,  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora