Capitulo 11

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Volver a acudir a las clases había sido un auténtico suplicio para Martin, el cuerpo no le respondía como debía, no solo por la fiebre que había pasado, sino por la medicación y la dieta que el medico le había mandado para poder recuperarse. Esa comida no le daba las fuerzas que necesitaba para seguir el ritmo de las clases y luego el baile por la tarde.

Luis había visto que el estado de forma del chico no era la necesaria para poder rendir bien, y no le permitió volver a los ensayos hasta la semana siguiente, una vez estuviera con energías renovadas, cuando ya hubiera dejado la medicación y se hubiera alimentado como debía.

Por ello, por las tardes el muchacho estaba bastante aburrido. No se quedaba en casa porque no quería molestar a Chiara, ella le había dicho que no molestaba, pero el sabía que en parte si que la estaba distrayendo todo el rato si estaba danzando por la casa. A la chica ya le costaba de por si concentrarse y ser constante, y si había alguien de por medio era imposible.

Estaba paseando sin rumbo por Gran vía cuando sacó el teléfono para buscar a alguien de su agenda que él supiera que tenía la tarde libre para intentar unirse a su plan y así abandonar aquel aburrimiento que le estaba matando.

En el wasap leyó el nombre del contacto de Juanjo, el chico normalmente por las tardes lo único que tenía era las clases de canto, pero los viernes no, los viernes los tenía libres, quizás si le decía de tomar algo se animaba, no solía decir que no a ningún plan.

Martin: "Holaaaa, estoy muy aburrido, ¿Estás haciendo algo? ¿te apetece tomar algo?"

Juanjo: "Buenas Martin, no deberías tomar nada jaja"

Martin: "¿Eso es un sí? Puedes tomártelo tú acompañando a tu amigo que está muy aburrido"

Juanjo: "No tienes clase de baile?"

Martin: "Luis no me deja hasta la semana que viene, y no quiero estar en casa para no distraer a Kiki"

Juanjo: "Vente para mi casa, que estoy terminando de retocar un trabajo de la uni"

Martin: "Si estás estudiando no pasa nada Juanjo, ya nos vemos otro día"

Juanjo: "te he dicho que estoy acabando, venga anda, no remolonees más, que seguros que estás deambulando por la calle y hace ya frío"

Odiaba ser tan predecible, incluso por wasap, y sin preguntar nada, Juanjo ya se imaginaba que andaba dando vueltas por las calles de Madrid solo, como un perro abandonado. El apartamento de Juanjo estaba a pocas paradas de metro, así que veinte minutos más tarde se encontraba subiendo las escaleras. Al final del pasillo vio como Juanjo le había dejado la puerta abierta.

- Pasa, pasa- dijo Juanjo cuando oyó que la puerta crujía un poco cuando Martin la empujó.

El salón-cocina estaba muy recogido, solo había una pequeña montaña de apuntes y un ordenador cerrado en la esquina de la mesa del salón. Seguro que un rato antes habían estado esparcidos por todos lados. Juanjo salió del cuarto atándose los cordones del pantalón de chándal, llevaba por encima una camiseta roja con unas letras de alguna marcha que no reconocía.

- Perdón, estaba en pijama- dijo el chico- algunos viernes no tengo clase, y hoy ni siquiera me había cambiado, me puse a hacer trabajos directamente.

- No hubiera pasado nada- dijo Martin yendo hacia el sofá y mirando de reojo unas partituras que había allí- Tu me has visto en pijama.

Y lo que no es pijama, recuerda que seguramente te haya visto totalmente desnudo. Martin pudo controlar el no ponerse colorado, pero el revoltijo en el estómago no lo había podido evitar. Ruslana y Kiki le habían contado que lo había tenido que meter en la bañera tres veces aquel día de fiebre, y que aunque en la bañera le metían en calzoncillos para darle intimidad, luego los chicos le cambiaban para que estuviera con ropa mojada.

El hilo rojo ,  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora