Capitulo 14

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El camino hasta el piso de Juanjo en el taxi fue un poco raro, ninguno de los dos consiguió abrir la boca para hablar sobre algo, pero es que ni siquiera había habido ni un roce entre ellos. Juanjo volvió a adelantarse a Martin pegando su muñeca al datáfono para pagar.

- voy a tener que comprarme un reloj de esos- dijo el muchacho saliendo del coche y yendo hacia el portal.

A Martin le encantaba aquella sonrisa con la que le estaba mirando Juanjo mientras andaba hacia él, tenía un deje de picardía y diversión es sus gestos. Tenía las manos metidas en los bolsillos cuando se paró frente a él, sacó una de ellas, con la cual agarraba unas llaves que dejó suspendidas delante de la cara del muchacho mientras las hacía tintinear.

- ¿Qué pasa?- dijo Martin confundido

- Has dicho antes que no me encontraba muy bien, y es que creo que es verdad, como dependa de mi atinar a meter la llave no llego a mi casa- dijo Juanjo aguantándose la risa al recordar la excusa que Martin le había puesto a sus amigas para pasar un rato más juntos.

Al escuchar las palabras del maño, Martin agarró las llaves y sonrió mientras se disponía a abrir la puerta del portal, cuando se estaba preparando para salir aquella tarde, nunca pensó que todo aquello pudiera llegar a suceder. Todo había dado un giro de 360 grados, sin esperarlo, como un huracán que llega para poner patas arriba todo.

- Que cara tienes- dijo Martin casi en un susurro riendo.

La llave del portal entró a la primera en la cerradura, pero no pasó lo mismo con la de la casa, Martin no entendía porque tenía tantas llaves en el llavero. Juanjo se acercó por detrás, le señaló la llave que era, y dejó su mano sobre la de Martin, acompañándole en el movimiento de muñeca que abrió la cerradura. Pudo sentir como la electricidad entre ambos fluía con naturalidad

Era un contacto leve, pero Juanjo no le soltó la mano cuando entraron al salón y cerraron la puerta. Dejó las llaves sobre un taquillón que había junto a la entrada y tiró del muchacho hacía sí, para acortar la distancia que les separaba. Su respiraciones se entremezclaban, y podían notar como se agitaban. El chico no se lo pensó dos veces, puso su mano libre agarrando la cara y el cuello de Martin, e hizo que sus labios se unieran de nuevo aquella noche. Martin pensó que realmente podría acostumbrarse a aquello con facilidad.

- Perdona que te pregunte esto ahora...pero... ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? - dijo Martin cuando se separaron.

Aquello pilló de improvisto al maño, no tenía pensado que hacer después de besarlo, pero desde luego que expresar sus sentimientos no. Juanjo fue hacía el frigorífico y sacó una pequeña botella de agua, mientras daba tiempo a su cabeza para pensar un poco. Sabía que Martin era una persona que necesita saberlo todo, pero no esperaba tener aquel tipo de conversación en ese momento. En parte le comprendía, le había estado mareando desde que se conocieron, comprendía que quisiera entender que pasaba por su cabeza.

- En realidad, creo que desde que te conozco me he estado engañando a mí mismo- dijo Juanjo echándose un buche de agua a la boca, y notando que le temblaba un poco el pulso- Nunca me había sentido atraído por alguien de la forma que me ocurre contigo.

- Bueno, creo que eso es mutuo- dijo Martin sonriendo y yendo hacia él, extendiendo la mano para que le diera un poco de agua- pero como eres muy buen amigo no quería perderte como tal, de ahí que acepté lo que me pediste.

- Creo que ya no me vale ser solo tú amigo... -dijo Juanjo haciendo un alto

Martin sintió que el corazón se le paraba, seguro que todo aquello era un sueño, y que en cualquier momento, Kiki o Ruslana saltarían sobre él y le despertarían haciéndole cosquillas. No podía creerse el estar escuchando aquellas palabras, lo había deseado una y mil veces, claro que sí, pero ya había perdido toda esperanza.

El hilo rojo ,  JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora