Capítulo 12

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7 de octubre de 1939.

Tras aquel suceso del día anterior, regresamos a nuestro lugar de origen donde continuaríamos con el entrenamiento. Los polacos se habían rendido y ahora su territorio era nazi. Solo 36 días había tomado y, aunque combatí apenas 2, ya había perdido a un amigo. ¿Acaso soy incapaz de proteger a los que quiero?

-Klein -me llamaron-, tienes una carta.

Sonreí inconscientemente creyendo que era de mi Gretchen, pero no.

"Hijo mío:

No te he escrito porque han pasado tantas cosas que no sé ni cómo las voy a resumir en un papel. Tu hermana, ¡ha perdido la cabeza! Empezó una manifestación tan grande y ahora está presa. La quieren llevar a la horca por feminista, ¡no sé qué hacer! Estoy intentando mover unos hilos para que mínimo, la pongan un tiempo en la cárcel, no mucho más.

Mis dos hijitos... ambos cara a la muerte. Si tan solo tu padre estuviera aquí, nada de esto pasaría.

Por favor, cuídate...

Tu madre,

Bertha Klein."

Caí al suelo y, esta vez, no pude contener las lágrimas.

(...)

12 de noviembre de 1939.

Los entrenamientos continuaron, pero nada volvió a ser lo mismo. Benno se incorporó tiempo después, sin embargo, exigió un cambio de cuarto, el cual se autorizó. A veces lo veía perdido en sus pensamientos llevando siempre aquel collar de su difunto amor. Edel y Helmut nunca hablaron o hicieron comentario de lo ocurrido, como si nunca hubiéramos tenidos a Koch como compañero.

Por mi parte, me centré aún más. Estudié sobre tácticas de guerra y mejoré en mi desempeño con las armas. Debía volverme fuerte si deseaba cuidar a mis seres queridos. Respecto a mi hermana, no tuve más noticias. Sólo me quedaba esperar a que continuara con vida.

Tuvimos pequeños combates donde la sangre no dejó de circular por el suelo, incluso salí lastimado en uno de ellos. Siempre que sentía no poder más, miraba aquella foto de Gretchen o leía sus cartas. Su amor me mantenía vivo.

La guerra recién mostraba forma y, aunque los nazis no presentaban indicios de ataques a la URSS, si habían destruido a los polacos e, incluso, algunos alemanes considerados "impuros". Según me contó mi amada, fueron a su pueblo en busca de personas y, quienes no servían para la lucha, pero tampoco contenían dinero, eran llevados lejos. Mi mamá, para mi suerte, logró esquivar con inteligencia aquello.

Me pregunto qué será de mí después de esto. ¿Seré considerado menos?

(...)

Nuestro comandante nos había exigido encontrarnos con él, pues tenía nuevas órdenes a cumplir. Marcadas la una de la tarde, todos estábamos esperando su presencia, la cual no se hizo muy prolongada.

-Como saben, tiempo atrás logramos tomar el territorio de Polonia. Mucha sangre fue derramada y lo seguirá siendo, pero no en vano. He mirado su desempeño y he decidido escoger a los mejores para que ayuden a la deportación de judíos hacia localidades en el Gobierno General.

- ¿Por qué los quieren llevar ahí? -le susurré a Helmut.

-Es una táctica. Es más fácil tener a las ovejas en un mismo corral -comentó.

-...Fisher, Bauer, Klein, Weber... -continuó mencionando al resto.

-Al parecer no estarás solo -asentí.

Peones de Guerra #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora