Puertas cerradas

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Toda ella se metía dentro de mi ser, a oscuras o a plena luz rebosaba feminidad. Al verla cerrar los ojos y explotar hacía que recorriera mi cuerpo un temblor del cual caía extenuado en aquella cama que nos vio amarnos tantas veces.
¿Cómo seguir allí? si ella me susurraba su nombre en cada rincón de la casa.
Aquel espejo que la veía tiznar sus labios de rojo, aquel reflejo que sigue en mi pupila, que me mira hoy con tristeza al no poder traspasar el cristal.
Guardé todo en cajas, y marqué las que mandaría a sus padres y las que guardaría en el trastero que tenía alquilado, no era muy grande pero, lo utilizaba para guardar todos los apuntes, algún que otro recuerdo de mi tierra y ahora para ocultar una vida con ella, cuando estuviera preparado, volvería a desempolvar todas nuestras fotos juntos, y la recordaría sin sentir que el pecho ardía.
Sus padres por un tiempo me llamaban alguna que otra vez hasta que esas llamadas se fueron distanciando unas de otras hasta que llego el día en que cesaron.
El día que les llegaron las cosas de Vicky fue la última vez que hablé con ellos.
Guardando sus cosas, entre ellas, muchas fotos con sus hermanas, abrazadas, poniendo caras, riendo.
Las quería muchísimo, sobre todo a Manuela, tenían una relación muy especial, no las llegué a conocer, no fueron al entierro.
Victoria hablaba mucho por teléfono con Manuela, ahora que las veía a ambas en las fotos me daba cuenta de lo contrarias que eran.
La pequeña manuela tenía una melena negra y unos ojos verdes, al contrario de Victoria, con su pelo rubio y sus ojos marrones.
Me contó que la primera vez que cogió en brazos a su hermana se puso a llorar de la emoción, era hija única y
deseaba tener una hermana, la quería con locura.
Sus padres no pensaban llamarla así pero, cuando Vicky la cogió en brazos dijo que la abuela- su abuela materna- le había hablado en sueños y le había dicho que se llamaría como ella.
Su madre no pudo negarse y decidieron cambiarle el nombre a la pequeña.
.....................

-ELA

Su cara paso por varios estados, primero sorpresa, luego incertidumbre y por último negación.
Tras esto, se quedó callado, parecía no estar presente, estaba como ido.

-No puedo creer que sea verdad, de entre todas las mujeres que viven en esta ciudad, ¿Por qué tu? -No, no puedo -Manuela, Ela, ya no se ni cómo llamarte. Ahora mismo no puedo pensar con claridad, tengo que irme, de verdad me supera la situación.

-No te vayas...-la angustia se notaba en el tono de mi voz- no te escapes de mí, hablemos no salgas corriendo como dices que haces siempre.

- ¿Corriendo como hiciste tú? ¿ Eso quieres decir? Tú has tenido tiempo de asimilarlo, déjame. No me esperaba que me soltaras una bomba así, no estaba preparado para escuchar todo lo que he oído.
Touché no le faltaba razón.

- ¿Y quién lo está? El amor no hay que pensarlo, se siente o no se siente y no quiero a alguien que tenga que pensarlo. Vi en tus ojos dudas y yo no quiero eso. -Sabía que estaba siendo muy egoísta pero nuevamente era mi manera de protegerme del dolor-
Quiero que me quieras a mí, quiero ser egoísta por una vez y no compartirte con su recuerdo. No puedo soportarlo, no puedo luchar contra ella y no quiero sentir nada malo hacia ella.
No voy a conformarme con una parte, lo quiero todo, no quiero migajas, ya pasé por eso y hoy en día sé que no bastan.
Prefiero estar sola que con alguien que no está seguro de amarme.
-Lo siento, pero, esto acaba aquí.

-Manuela por favor-...

Sin Mirarlo, di media vuelta y caminé para el lado contrario de donde él se encontraba. Lloré todo lo que mi cuerpo me permitió, las dejé caer. Lágrima a lágrima iban saliendo. Tras esa noche no dejaría caer ni una sola más.
Iba a ser feliz sin él, era una auto imposición que me exigiría cada día, cada mañana al despertar me obligaría a no pensar en él. Qué cierto es que la mente puede con todo, puede atar al corazón tan fuerte y hacerlo que tan sólo lata para poder vivir o más bien sobrevivir.
Me impuse no pensar, más bien prohibí a mi cabeza tan siquiera nombrarlo. Cuando dejé de fumar me ayudó muchísimo hacer deporte de una forma más continua, en éste caso iría cada día, saldría cada vez que me saliera un plan, no iba a permitirme quedarme en casa encerrada llorando por él.
Tras contarle a Ani lo sucedido con Mateo, le prohibí volver a hablar de él, sabía que sería duro, que no sería cuestión de días pero el tiempo es el mejor aliado a la hora de olvidarse del amor. A mi alrededor no tenía a nadie que me hablara de él, mi jefe estaba advertido, Mateo no pisaba el estanco y si sus amigos se pasaban a comprar no hacía ningún comentario sobre él, agradecía bastante ese gesto.
Me moría de ganas por preguntarles por él pero mi auto enfado era mayor que mis ganas de saber.

Yo misma autoalimentaba ese enfado y así, lo que un día fue amor, el tiempo lo fue convirtiendo en rabia.
No me gustaba tener un sentimiento así por él pero estaba convencida de que tras esto llegaría la indiferencia dando paso al olvido.

El verano casi había llegado, la piscina de mi urbanización ya estaba abierta y mientras esperaba a Anni, decidí tomar un poco el sol mientras ella llegaba.
Me había llamado y tenía algo que contar pero no quiso hacerlo por teléfono.
No había querido contarme nada me había dejado con la intriga.
La vi llegar, su sonrisa la hacía deslumbrar, irradiaba felicidad.
Al verme en la tumbona, echó a correr hacia mí y tirándose encima me gritó:
-¡Me lo ha pedido!

-¿De qué hablas loca?

-Toño, me ha plantado un anillaco en el dedo que flipas, ¡mira!

-¿Cómo? Déjamelo ver más de cerca, para moverte.

-Fue ayer pero llegué a casa tan tarde que no quise despertarte, anoche celebramos nuestro aniversario, hacíamos 4 años - 4 años ya, se me han pasado volando, aún recuerdo esas primeras charlas sobre Toño- total que me llevó a cenar aquel sitio cerca del muelle donde fue nuestra 1ª cita, ese día que me llevó a la playa y luego acabamos yendo al pueblo y al final me invitó a cenar, recuerdo que esa noche no pasó nada entre nosotros pero hubo una conexión y una atracción muy fuerte.
Aquella noche en el local había un grupo tocando en directo ¿Y a que no sabes qué? se puso en contacto con ellos para contratarlos y que tocarán allí de nuevo-

-Uh, no sabía que tuvieras un novio tan romántico.

-Ni yo jajjaja Pero ahí no acaba la cosa, cuando nos sentamos ya estaban allí tocando y dijeron por el micrófono que estaban allí gracias al amor de una pareja que celebraba sus 4 años de felicidad-

-Oh Ani, muero de amor con vosotros, me alegro tanto por ti.
Nos dimos un abrazo, uno de los buenos en los que sientes el amor que hay de por medio.
Siempre podía contar con ella y ella siempre contaría conmigo, estaba realmente agradecida por tenerla en mi vida, era mi mejor apoyo.
-Bueno ¿Y qué más pasó?

-Cuando me giré para verlo, estaba de rodillas con una pequeña cajita abierta.
Ya sabes cómo soy yo, no pude controlar las lágrimas y me hizo la gran pregunta, obvio dije que sí.

-Enséñame el anillo.

-Es precioso Ela, no podría haber escogido uno mejor.

-Se nota que te conoce bien, ya son muchos años a tu lado y bueno los que os quedan.

-Ahora tengo yo una pregunta para ti ¿quieres ser mi dama de honor?

- ¿Siii quiero!

- No esperaba menos de ti.
Y allí estábamos, entre risas, llantos y abrazos de emoción. Mi amiga iba a casarse, el día más importante de su vida iba a llegar pronto. Que nos gustaban las moñerías y las cursilerías. Éramos tal para cual.

En mi cabeza entró como un rayo de luz la imagen de Mateo esperándome en el altar y yo agarrada al brazo de mi padre, recorriendo ese pasillo sin apartar la mirada de sus ojos. que el tiempo pareciera pararse y que solo él y yo existiéramos y que aquel momento fuera tan solo nuestro.
Felices, agarrados de la mano saldríamos ya siendo marido y mujer, yo con un vestido vaporoso, con mucha tela que arrastrar y un hermoso ramo de flores.
Él, trajeado y tan guapo como siempre.
Rápidamente cerré la ventana y la oscuridad lo inundo todo, volví a la realidad.
Al presente, a aquella hamaca y a aquella amiga que irradiaba felicidad por cada poro de su piel.

El perdón llega de tus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora