LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]

#Capítulo 15 🖤

Luz

Me aproxime a la salida, dejando atrás a Patrick. Camine hacia el pasillo principal en dirección a mi habitación, convencida de irme y no volver, mientras que en mis manos sostenía el libro que supuestamente no me servía.

Seguí ampliando mis pasos, hasta que las preguntas rondaron por mi cabeza.

¿Y si realmente Patrick tiene razón? ¿Si en verdad no es un juego y este quiere evitarme una mala investigación?

En verdad sería muy poco profesional que escribiera algo sin sentido, pensé.

¨Si quieres escribir algo equivocado vete, sino quédate el resto de la tarde estudiando conmigo¨ resonó en mi cabeza.

Entonces después de rondar los pasillos, pensando en si irme y seguir o devolverme. Me convencí a mí misma de volver solo por curiosidad.

Solo para ver como reaccionaria Patrick al verme de nuevo.

-

Entre decidida, en ir hacia él.

Está bien, tú ganas esta vez.

Dije aproximándome a él, devolviéndole mi libro de mala gana a la mesa, mientras este seguía tan concentrado en su estudio, que me ignoro.

-

Me senté frente a él, cruzando mis brazos, observando nuevamente lo bonito que este lugar era, y cuando mis ojos coincidieron nuevamente con él, su mirada estaba perdida entre los textos de estudio, y en sus labios se esbozaba una muy disimulada sonrisa.

La cual logro que mis nervios renacieran otra vez.

Suspire, quitándole la vista.

Tal vez no haya sido tan buena idea volver.

-Si quieres esté libro. Señalo el que me había antes ofrecido. Me tendrás que esperar pues, necesito tomar unos apuntes para la clase de mañana y puede que me demore un poco.

Está bien, respondí.

Sabiendo que cada minuto que pasaba junto a él se me estaba haciendo cada vez más difícil.

-Y cambia esa carita de mal humor niñata, que así nunca conseguirás novio, ni amigos.

Es justo lo que quiero, pensé.

-

Patrick disfruto mi mal humor, como cada ves que me veía.

Idiota, susurre entre dientes, perdiendo lo poco que me quedaba de paciencia.

¿Qué dijiste?

Nada.

-

Sus ojos divagaban entre los textos del libro, y mi compañía. Opto por mantenerse callado un rato, hasta que la situación de yo cruzarme de brazos e ignorarlo, lo hizo distraerse más de la cuenta, y cuando esto no le pareció algo correcto. Por impulso cerro de golpe el libro y mirándome de frente, mencionó.

-¿Y ahora qué es lo que te ha molestado?

Le sostuve la mirada, y levantando mis cejas le contesté

Nada.

Aunque en realidad quería decirle que odiaba pasar tiempo con él, que siempre los nervios me dominaban, que odiaba el sencillo hecho de que supiera más que yo, que estuviera tan atento a mí, o de que si necesitaba algo, él era la única persona correcta, por que sabía sobre el tema.

-Luz no te comportes como una niña pequeña. Puedes ser sincera de una vez y decirme que es lo que te pasa... ¿Qué es lo que tanto te ha molestado?

Tú compañía, es eso... es eso lo que me molesta.

Fue como si le hubiese pegado un golpe bajo, como si decírselo, me hubiese roto también a mí.

Haciéndome sentir demasiado culpable por abrir la boca.

-Pero si yo no te he obligado a venir, ni siquiera te he llamado aquí, no te seguí.
Te recuerdo que has sido tú, quien ha vuelto sola aquí, y ha optado por hacerme compañía. Además, si no te caigo bien no hace falta fingir ser amable conmigo.

Lose y lo siento, no fue la manera correcta.

-¿Entonces?

Entonces me está matando esto de no querer sentir nada por nadie y no poder escapar de ti.

Me lo callo y entonces escondiendo la verdad le respondo.

Entonces yo decido que soy una niña mal genio que se enoja de la nada, que no sabe aceptar ayuda, pero me quedo.

No hace falta que hables mal de ti.

Patrick esbozo una sonrisa, la cual se la respondí con una devuelta con ese sabor agridulce de a verlo tratado mal.

-

-Bueno lidiar contigo no es una tarea fácil, y creo que menos lo será poder enseñarte si estas tan lejos.

¿Qué?

-Ven. ¿A caso no querías estudiar?

Sí.

-Entonces ven, toma asiento pero alado mío.

Señalo una silla vacía en medio de los dos.

Me quede unos segundos estudiando su reacción, que como siempre me tomaba por sorpresa.

Hasta que me decidí, trague hondo, guarde silencio y tratando de que los nervios no me comieran viva, me puse de pie y me aproxime a tomar asiento alado de él, manteniendo una distancia corta entre los dos.

-Te dije que vinieras, pero ahí no.

Pero... si yo ya estoy aquí, estoy casi alado tuyo ¿Dónde más quieres que me siente? respondí sin entender su petición.

-

Cogió con fuerza el asiento en donde estaba sentada y como si esa pequeña distancia que existía para él, fuera un problema, me aproximo alado de él, quedando nuestros brazos en contacto, tan cerca el uno del otro, que ya estaba pudiendo sentir lo suave que era su piel y lo cálido que era su cuerpo.

-Ahí sí, si estas incomoda puedes volver... ya sabes, a sentarte allá.

No, estoy bien aquí, gracias.

No sabia como mantenía una postura tranquila, cuando en verdad en mi mente y interior estaba pasando de todo.

Patrick afino su garganta y abriendo nuevamente el libro para darme alguna explicación, me miro, pero esta vez fui yo quien se adelantó en hablar, sacando las fuerzas necesarias para actuar normal, topando a cada mini segundo con su compañía, a mi lado.

Eres muy impulsivo ¿Lo sabías verdad?

-Si, lo soy. Pero espera, eso supone ser ¿Un alago o un problema para ti?

A mí no me molesta, es gracioso que actúes así, aunque a veces consigues ponerme... ya sabes, sonreí.

¿Ponerte?

Nerviosa.

-¿Yo te pongo nerviosa?

Si ya esta no hagas que te lo vuelva a repetir, por que como saques el tema, me voy, es más esta conversación se termina acá.

-Vale, tranquila.

¿Y bien? ¿Tú que me ibas a decir? pregunte mirándole la sonrisa, que se le acababa de formar en los labios, y esta ves enseñaba un poco de su dentadura.

Como fuera que se sintiera el a verle dicho eso para él fue casi como que le dieran un cumplido.

-Pues, solo quería adelantar que compartimos a medias este libro, hasta que terminé con mis apuntes.

A bueno eso está bien, conteste.