#Capítulo 40🖤

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Luz


Nadie te prepara para los cambios, da mucho miedo saber que algo cambiara, pero a veces esta bien ir con miedo. Hay miles de cosas buenas detrás del miedo, el éxito, los logros, los lugares, las personas, y un montón de posibilidades también, posibilidades que solo aparecerán si te enfrentas a ello.

¿Cuál es la peor parte de mi cambio?

El estar lejos de Patrick es una de esas partes difíciles de afrontar, luego están los trámites legales, las reuniones y contratos que se volvieron más comunes de lo que pensaba.

Es la parte no divertida de cumplir un sueño.

Pero es lo más importante de cualquier proyecto de vida, es ahí donde te enfrentas a lo realmente tangible, es decir es donde todo toma forma, y se aclara, a donde vas, que harás y cuáles son los pasos a seguir.

-

Y a mí nunca se me paso por la mente el hecho de que mi libro iba a llegar tan lejos, pero lo fue. Después de mucho trabajo y casi seis meses que no sé en qué momento pasaron, puedo decir que conseguí vender más de mil copias de "lo más hondo de mí."

Aun así, hay días que no tengo idea de a donde me dirijo, me siento estancada, y perdida. Pero ahí está mi familia, la mirada y las palabras de Patrick que me sirvieron como motor de arranque, y mis editores quienes, si se volvieron una parte importante, amigos cercanos que te aconsejan, te guían y apoyan en momentos de desequilibrio.

Y gracias a ello, al trabajo y al tiempo impartido, he podido lidiar con el echar de menos. Mantener la mente ocupada me había servido bastante hasta ahora.

Un día antes de que mi libro llegara a manos de quien me inspiro.

Hoy el día en que Nora me permitió mandar 100 copias de mi libro a la facultad.

- No he podido dormir nada, mencione sentándome en la oficina con un café de la máquina que no sabe nada mal, pero me hace extrañar de una manera, esos chocolates calientes tan especiales que Patrick preparaba exclusivamente para mí.

¿Por qué no has dormido? pregunto Nora quitando la vista de una de las cajas que armaba en conjunto con dos jóvenes que contrataron de apoyo.

-Estoy muy ansiosa, dije tomando un sorbo, sonriendo con el vaso entre mis manos, hundiéndome en la silla.

No puedes ser así, como vas a estar nerviosa ahora, si ya has vendido más de mil copias en la ciudad.

-No es lo mismo, me hace más ilusión que lo lea la gente que realmente me conoce.

No puedo entenderte Lu...

-Yo no necesito que me entiendas Nora, solo quiero que me apoyes.

A no... sé a lo que te refieres con eso, y ya lo hablamos un buen de veces.

-Solo necesito hacer una dedicatoria, no es más que eso.

¡Que no se puede!

-Pero si nadie se entera, y queda como un secreto entre nosotros cuatro. Vamos que nadie sabrá a nadie le importará.

Luz odio ser la bruja y negarte esto por milésima vez, pero así es el marketing, no puedes dar dedicatorias, ni firmas hasta que adquieran tu libro y vayan a un lugar exclusivo para ello, la difusión y la espera garantizan que la gente te quiera conocer.

-

Es difícil seguir los protocolos que tienen aquí, cuando muero por escribirles en una página un breve mensaje a Lola o a Patrick de que estoy bien, o de que es solo para ellos. Nadie entiende la emoción que siento en el pecho de que reciban mi libro.

Ni siquiera recuerdo a ver sentido este pesar cuando vi por primera vez la maqueta del libro, supongo que era por que entre el diseño final y las ediciones nunca queda igual al que ves por primera vez.

Pero quiero hacerlo, es más muero por ser yo quien se los da, pero entre protocolos tiempos y limitaciones esto es lo más cerca que puedo llegar.

-

Oye Luz.

Mire en dirección a la puerta era Harry.

-Me quedo a cargo, tenemos reunión en una hora, alístate en cuanto antes mejor.

Está bien respondí mirando los libros que aún quedaban apilados en la mesa.

-Nora salió por un recado, tu mientras vigila a los chicos y ve que estén las cajas listas para que se las lleve el reparto.

Moví la cabeza asintiendo.

-A... Luz y antes que se me olvide Nora me recalcó que nada de dedicatorias a nadie me escuchaste bien.

Si lo hice, claro que te escucho.

Terminé el café y cogí uno de los libros, quedándome apoyada en el mesón ojeándolo. Los jóvenes que estaban trabajando por el día se tomaban lo del empaque muy enserio así que casi sentía que me estaban ignorando.

Así que saqué un bolígrafo e intentando taparme con otro libro, escribí una de esas dedicatorias que estaban prohibidas. Nadie lo noto al menos no hubo señales, ni motivos que me hicieran alarmarme.

Y antes de irme arreglar le di unas indicaciones especificas a los jóvenes para ese libro, sería el ultimo que guardarían y el primero que dejarían en la biblioteca guardado en la sección de ornitología.

Y si ellos hacían bien su trabajo  mi plan ya no podría fallar. Patrick tendría un motivo para perdonarme y un libro exclusivamente para él. 

LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora