LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]

#Capítulo 16 🖤

Luz

-Sabes Luz, da igual cual haya sido el ave que despertó tu interés, creo que todas ellas en especie, forma o color. Tienen algo que enseñarnos, ya sea la fuerza para vivir, la belleza u la historia.

Patrick estaba tan cerca de mí, que solo quería oírlo hablar y no interrumpirlo.

-Yo...ni siquiera sé por qué te hablare de esto, pero supongo que servirá de algo. Estudie turismo una carrera convencional que nunca me gusto del todo, pero que disfrutaba porque me ayudaba a viajar y aprender sobre mi propio país y también a descubrir cosas que, en el mundo tradicional, no hubiese jamás visto. Pero nunca me sentí conforme con lo que hacía, hasta que me di cuenta de que mi vida se había transformado en un ir y venir de universidades, que duro cinco años. Tiempo suficiente para perderme de mi propia vida, no teniendo amigos, pareja, familia, ni mucho menos un hogar estable.

Lo siento, replico al ver que esto de alguna forma le sigue afectando.

-Está bien, a lo que quiero llegar es que cuando encontré esto, este mundo escondido que nos habla de aves, le encontré sentido a mi vida. Pero para llegar a eso, me tuve que perder, tuve que estar solo, tener dudas y miedos, y sobre todo tuve que abandonar algunas cosas para dedicarme a lo que quiero ¿me entiendes verdad?

No mucho, la verdad... le conteste.

-Vamos Luz, esto es simple si de alguna forma escribir te mueve, no lo ocultes más, deja que el mundo lo lea. Si el tordo vuela, vuela con él, despégate del miedo y saca la voz, y no lo hagas por esperar dinero, porque si es por eso puedes tener cualquier trabajo y conseguirlo, tan poco por la fama. Hazlo porque el mundo merece escuchar tu historia, y por que como la tuya no va a existir ninguna otra.

Gracias, lo tendré en cuenta.

-

Me costó asimilar que Patrick no era precisamente como yo lo imaginaba, era un chico de mundo, muy sensible y valiente, de aquellas personas que buscan lo mejor para sí mismo y para los demás.

-

Patrick, te puedo hacer una pregunta.

-Sí, contesto él.

¿Cómo fue que llegaste a la ornitología siendo que tu carrera no tenía nada que ver con ello?

Como te conté fue viajando, al ir y venir de muchos lugares, tuve que adentrarme hacer cosas a las cuales no estaba acostumbrado. Cuando llegas a ciertos lugares que te explotan la vista por su paisaje, pero que son de difícil acceso, donde no hay comunicación, tienes que entretenerte de alguna forma, tienes que enfrentarte al mundo. Y yo lo hice con una cámara, ahí empezó todo, me di cuenta de que en cada sitio en el que había estado, en alguna foto, de algún modo siempre salía un ave. Empecé a averiguar, a conocer y guardar cada una de ellas como el mejor recuerdo. Y cuando había vuelto aquí a la universidad en la que, si pertenecía, donde estaba mi familia cerca, donde ya tenía un montón de amigos. Note que seguía con el mismo interés hacía el tema. La profesora Charlotte, fue aquella persona que me resolvió las dudas, y creo el taller, fue quien me incentivo de que no solo podía tomar lindas fotografías, sino que a raíz de ello yo también podía enseñar.

Lo siento estoy hablando yo...

No, tranquilo a mi no me molesta, de hecho, me interesa saber más de tu vida y del taller, pero ¿por qué si tienen tan buen material en las clases aquí en la biblioteca solo tienen dos libros del tema?

-Estos libros los compre yo, y como la ornitología, las aves y este mundo secreto que compartimos juntos, no es de tanto interés para la gente común, me tome el atrevimiento de esconderlos aquí, por si te apetecía un día leer sobre el tema.

Mi boca se secó...

Ósea ¿Los has traído a la biblioteca solo por mí?

-Sí. Pero es un secreto ¿Vale? Es nuestro secreto.

Vale, respondí.

-Pero que estén aquí disponibles no significa que puedes tomarlos siempre. Tengo mis condiciones también.

¿Así? Y¿Cuáles son?

-Cada vez que los quieras leer debo estar presente para enseñarte, y si te los llevas debo saber de algún modo que eres tú quien los tendrá.

-

Tal vez este es el punto exacto donde uno se da cuenta que ha caído en picada, porque el corazón se te acaba ablandando más de lo que debía, cediendo sonrisas nerviosas, con el pensamiento de que hay algo en ti que creíste que después del daño, nunca más regresaría, pero está ahí, existiendo otra vez. Diciéndote que hay millones de advertencias, porque algo sucede, y sin querer las mariposas en el estómago que no se movían, vuelven a vivir.