Quizás un beso es la última cosa que se me hubiese ocurrido hacer aquella noche, la última en la lista de pendientes, pero lo hice. Y se sintió bien. Y aunque abrí paso a un montón de nuevos miedos y dudas, no me arrepiento.
Viví tanto tiempo atada a Max sintiendo un amor toxico, que es increíble y absurdo a la vez, pensar que después de todo lo malo, tuve mi recompensa. Y aun así a veces se me hace difícil el expresar todo lo que siento.
Patrick venía siendo ese curita que sanaba incluso más de lo que nunca se enteró, era la nueva oportunidad, ese amor libre, sano del que tanto había hablado.
Y tal vez ese beso si libero un montón de confusiones en mi cabeza, las que en ningún momento significaron que no quería amarle, pero si en esa pregunta típica que queda en el aire cuando no hay ninguna certeza.
¿Qué somos cuando estamos juntos? y ¿Qué queda de nosotros cuando me voy?
Y es que en ningún momento me imagine esa situación, supongo que fue porque nunca pensé que aquella noche después de besarlo y salir de la biblioteca perdería el control absoluto de todo, simplemente por no tener respuestas.
A lo mejor así eran los nuevos inicios. El inicio del tordo real y yo.
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Llegué a la habitación y lo primero que hice al entrar, fue tumbarme en la cama abrumada por todo lo que acababa de hacer. Y es que si, salí corriendo de ahí como siempre, cuando Patrick se quedó silencio. No sé si fue mi miedo al rechazo, o el que no estaba lista para saber todo lo que él pensaba de mí.
Y es que cuanto nos puede matar la espera.
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Tomé la libreta y apunté un montón de nuevas ideas aleatorias, si así justo como se sentía mi cabeza en ese momento. Un caos que dentro de todo imaginaba que entre el tordo y yo no había nada en común.
El culpable de mis ganas es un ave. Un ave que al parecer ni siquiera he aprendido a querer, a veces pienso que es el motor que me impulsa hacia adelante y cuando me doy cuenta nunca he apretado el freno, por eso arruino todo lo que toco. Por qué rompo incluso lo que creo que tengo adentro antes de que pueda salir de mí. Entonces soy una mitad de cielo, un cielo lleno de nubes negras inhabitable para él. Y la verdad es que si él entendiera como me siento cada vez que intento hacerle ver, lo lindo que es permanecer aquí conmigo. Me término convenciendo a mí misma que ni las aves más bonitas de este mundo han querido volar y quedarse en él.
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Traspasé el manuscrito a mi ordenador y cuando lo tuve listo, me fui acostar.
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Me metí en la cama, y lo que hice después fue simple perderme durante unos minutos mirando el techo.
La inspiración de todo lo que vino después fue Patrick, y es que no hubieron ganas de quedarme en la cama, porque si lo hubiese hecho lo único que habría conseguido, habría sido desgastar el insomnio.
Así que me levante con el pijama puesto me lleve una cobija calentita de la cama, y junto a la incómoda silla del escritorio, escribí. Escribí todo lo que por tanto tiempo había querido, y salió solo sin esfuerzo, sin matices.
Lo que una persona normal tardaría en hacer en meses, lo termine casi en una madrugada, digo casi por que tenía errores. Y cosas que yo quién no sabía mucho del tema de la escritura, jamás me iba a imaginar que faltaban. Pero lo hice traspase mis escritos anteriores y lo uní con mis nuevas ideas, y cuando el sol estaba mostrando su mejor cara dándome casi las nueve y media de la mañana, en mi ordenador había un borrador que se había convertido en solo un pasar de horas, en doscientas páginas de un libro que salió solo de un aventón.
Y deseo muchas cosas en soledad. Como conocer su dirección, entender su vuelo y lograr que el ave que tanto anhelo, me quiera aprender a conocer. Tal vez no de la misma forma que he conocido el amor. Y así dejar de ser la chica invisible que siempre siente que solo vive ahí para observarle volar desde lejos y esta vez si poder ir con él. Y escapar ya de esa jaula que muchas veces me mantiene presa, por miedo a lo que viene y no me deja salir. Y es que con el tordo me vuelvo pequeña, frágil, diferente he incomprendida. Por qué muero por quererle entender, por saber si este ave en su larga vida, conoció otros cielos, si aprendió a sentir, si cree en el amor que siento yo cuando le veo llegar, y sufre cuando me voy. Por qué yo si lo hago, y aunque le quiero necesito de todas las respuestas para poder continuar. Porque si la respuesta es ese temible No, no imagino de qué clase de bestia con alas me he vuelto a enamorar.
Escrito de Luz.
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Cerré el ordenador y me metí directo en la cama, ignorando la hora, los ojos ya me pesaban y de alguna manera había sido una noche larga y mi mente y yo necesitábamos descansar.
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LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]
Teen FictionUN AVE, DOS JOVENES, UNA FACULTAD Y LA IDEA DE CREAR UN BUEN LIBRO. Luz es la chica que mantiene en secreto su libro "lo más hondo de mí." Patrick es el ayudante metiche que puede hacer de su idea una realidad. Ella una chica obsecionada con escribi...