#Capítulo 23🖤

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Patrick

Me quedé con el sabor amargo en la boca al darme cuenta que cuando abrí los ojos Luz ya no estaba ahí, se había ido.

Salió del lugar asustada, perdida. Como quien acaba de exponerse al mundo y queda demasiado vulnerable por decisión propia, pero luego se arrepiente de a verlo hecho. Como quien lanza una pregunta, pero no está lista para escuchar una respuesta.

Se fue y me dejo ahí, de pie entre medio de tantas velas, que dejaron de tener sentido porque solo las había prendido para ella.

Pero quien era yo para juzgarla. Si en los días que nos llevábamos conociendo, solo habíamos hablado de una diminuta parte de ella, una pequeña parte de su vida, de sus miedos, de lo que ella creía que era su mundo.

Entonces en vez de ponerme a la defensiva, porque esto me había causado algún tipo de daño. En vez de darle vueltas y vueltas en la cabeza, a por que la noche termino así. Pensé en cómo se sentiría ella, porque era cierto que habíamos llegado muy lejos, a tal punto que ahora sabia como se sentían sus labios junto a los míos. Y no era solo uno de esos pensamientos locos que se me venían a la mente cada vez que Luz estaba cerca, porque ahora el que nos hayamos besado era algo real.

Palpable.

Y recordarlo era rehacer en mi ese deseo de volver a querer repetirlo, a hacerlo tantas veces como para querer morir en ellos.

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Ordene el resto de cosas que quedaron en la biblioteca, apague las velas, y devolví cada cosa a su lugar y aunque era algo tan sencillo como limpiar y no dejar rastro de la cita, la verdad era que todo se hubiese sentido mucho mejor con su compañía.

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 Cerré la puerta y me dirigí a mi nuevo lugar, aun me quedaban cosas por ordenar, bolsos en la cama, y alguno que otro desorden por el escritorio, pero aún no estaba listo.

Al pasar por los pasillos de las habitaciones donde se encontraba la suya, tuve la idea de golpearle la puerta y pedirle una respuesta, me detuve a intentarlo. Pero la luz de su habitación se encontraba apagada y era cierto que quizás ella necesitaba tiempo para pensar las cosas. Entonces solo continúe.

Seguí mis pasos hacia mi cuarto, pero con la esperanza de que algo en ella me notara, que supiera que he estado ahí y así sin importar el cómo, ella viniera justo detrás de mí. Pero no paso. 

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Así que solo llegué y cerré mi puerta y me encontré con el mismo caos que yo mismo había dejado hace unas horas atrás. Donde el inocente Patrick había llegado de casa para pasarse un mes aquí, y había creído que hoy sería el inicio de una noche y quedada genial.

Y tal vez lo fue, pero ¿Qué era lo que venía después?

Miles de dudas e incógnitas que me provocaban miedo.

Tomé algunas de las cosas, y me hice la cama. No traía ganas de deshacer los bolsos, tan poco de ordenar nada, así que cuando el entorno me dejo de agobiar, me quité lo poco que traía de ropa, y quedándome solo en bóxer me acosté.

Y cuanto me costó dormir, fue la noche más enredada de toda mi vida. Donde las horas se hacían eternas y el sueño nunca llegaba por que se olvidaba de mí.

Por un lado, en mis pensamientos estaban las rizas de Luz sonando mientras las velas nos rodeaban, los abrazos cálidos con la vista en las estrellas, y ese beso, ese bendito primer beso que abrió paso a todo el caos.  

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Y luego estaba ese vacío tan grande que sentía justo en ese momento, ese maldito daño que parecía romperme cada vez más el pecho, recordándome que solo en cuestión de segundos, ella ya no estaba ahí. Me había dejado y aun no entendía el por qué.

La verdad es que me daba miedo, miedo de ya no volver a besarla nunca más, de alejarnos por no sentir lo mismo, miedo a no volver a coincidir en miradas, a no hacerla reír nunca más, así no poder ver como se le achinaban los ojos cada vez que algo le parecía gracioso. O ya no volver a verla sonreír, sabiendo que era yo el que le entregaba miles de motivos para hacerlo. 

LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora