#Capítulo 39 🖤

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Patrick

¿Cuándo nos damos cuenta que somos valiosos para una persona?

Tal vez eso se nota de un principio, cuando nos dicen en palabras que lo somos, o tal vez cuando nos entregan tiempo, acciones y detalles bonitos.

Pero y si voy más allá ¿Cómo me daría cuenta que soy especial para Luz?

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"CUANDO LAS ESTRELLAS BRILLAN Y LAS LUCES SE APAGAN."

Fui a la biblioteca por lo que era un supuesto libro de ornitología. Debo admitir que sentía temor o miedo a enfrentar algo que había mantenido lo más alejado de mí por un mes.

Y eso eran sus libros.

Vi con mis propios ojos como se llevaban cada uno de ellos y cada día ganaba fama entre los alumnos y profesores, era lo más hablado, lo más visto y pedido entre otros tantos libros. Y así mismo su nombre se hacía cada día un poco más común, convirtiéndose en algo tan visto que nadie quería quedarse sin él.

Y luego estaba yo tachando lugares de la facultad como "prohibidos" solo para ignorar que había pasado un mes más. Peleando constantemente con cualquier persona que quería opinar sobre mi vida.

Alejándome de todo y de todos.

Volviéndome cada vez más preso de la jaula que Luz dejo vacía para mí, la cual cerró la puerta y ahora se hace cada vez más fuerte y no me deja salir.

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Uno de esos lugares prohibidos era la biblioteca, y no era solo porque ahí estuvieron sus libros, sino porque ahí estaba también su esencia, la cual me había enseñado sus historias, sus sueños y dejado ver una versión de Luz que yo solo había conocido. Donde se guardaban sus miedos y también los míos, donde vivían esas sonrisas, miradas y palabras que nos dijimos y esa tan famosa cita entre libros, velas y estrellas.

Y yo no había vuelto a entrar allí hace exactamente siete meses.

Hoy era esa excepción, por eso era tan especial.

Cuando abrí la puerta la biblioteca estaba completamente vacía, parecía a ver estado planeado e incluso se me hacia un poco irreal. Así como si el tiempo no hubiese avanzado jamás, por que todo estaba igual, y era tan potente el sentimiento que mis ojos y sentidos casi me gritaban que la vería otra vez, que saldría en cualquier momento, con uno de esos libros en las manos, el cabello suelto, sonriendo, hablándome de cualquier cosa.

Demostrándome que ella estaba ahí igual que yo.

Y que por más que me esforzara, todo lo malo que nos había pasado aquí se podía extinguir, porque estaba atareado y lo vivido en estos meses sin ella, podían parecer a verse desaparecido.

Entonces enfoque mi vista al frente, al único sitio importante.

El pasillo principal de ornitología.

No sabía que buscaba y ni siquiera tenía la seguridad de el por qué estaba ahí.

Pero fui, avance sin expectativas, sin una verdadera razón.

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Y ahí estaban todas mis respuestas.

En un libro escondido en un estante que a mí me hacía tanto sentido.

Porque quien más que ella sabría la importancia de un momento fugaz que compartimos, quien más que ella reconocería que aun con mi parte orgullosa un día vendría aquí. Por qué no aceptaría un libro de nadie, menos lo buscaría por mí solo en otros lugares más que allí.

Y estaba ahí justo a un lado del libro que un día le mostré y que por tanto tiempo ocupo, a la altura justa, aquella que Luz nunca alcanzo.

Fue ahí que supe que era realmente importante para ella, por que, aun corriendo miles de riesgos, sabiendo que tal vez nunca vendría por él o que otra persona podría a verlo encontrado antes.

Yo tendría un libro que sería siempre solo para mí, oculto del caos común y del acceso cotidiano.

Y esas eran las razones suficientes para tomarlo y llevármelo conmigo. 


LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora