#Capítulo 25 🖤

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Las aves que vuelan lejos de mí, solían parecerme hermosas a la distancia. Pero terroríficas cuando estaban cerca de mí. Y no era por lo superficial, porque lo que pueden ver los ojos no es lo que me daba miedo, era la brusquedad de sus actos, de intentar intimidar y asechar mi presencia de maneras equivocadas, las que causaban en mí el desagrado, el temor, las dudas y aunque trataba de quedarme, veía todas las posibilidades de salir corriendo lo más rápido de ahí.

De fugarme de ellos, y también muchas veces de mí.

Y así fue la mayor parte de mi vida, escapaba de situaciones difíciles, arrancaba del cariño, la confianza y todas esas cosas que a veces son las que más buscamos. Salía de lugares donde se notaba el amor, y no porque no me gustara esa sensación, sino porque cada vez que volvía abrir los brazos para que alguien se quedara, este no tardaba en irse. Así que luego me acostumbré a ello y lo empecé hacer yo. Y lo hice tantas veces que cuando ya no quería hacerlo, sentía esa intensidad gritándome al oído, que debía salir de ahí, que las cosas terminarían mal. Como si de alguna forma yo misma me defendiera del daño. De lo incontrolable.

Pero apareció un ave, cuya vestidura era más fuerte que yo, cuyo valor podía romper todas las jaulas que por tanto tiempo, yo misma construí. Un ave negra que nadie amaba porque era cotidiana, común. Pero a los ojos correctos brillaba tanto que parecía desplegar magia entre sus plumas, mostrando una inmensidad de colores que quien las mirara bien en algún punto se enamoraría. Un ave dispuesta a volver cada vez que escape, porque sabía que el orgullo se rompe y que el miedo de estar sola me haría volver.

Y esa ave era el "tordo" ósea Patrick.

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Termine de corregir los últimos escritos en el ordenador. Me quede apoyada en el escritorio un buen rato mirando por la ventana.

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Estuve buscando algunas editoriales, y aunque la idea me sigue pareciendo una verdadera locura, lo he pensado bastante y por ello he tomado la decisión de mostrarlo a varias y ver que es lo que ocurre.

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Salí de la habitación y después de a verme pasado un buen rato en la clase de Ornitología, me dirigí a la cafetería donde estaría Patrick.

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Los días se me han hecho eternos desde que Lola dejo la facultad. Ella y su madre han decidido hacer un cambio de ambiente. Cambio del que no me entere hasta ayer, cuando mientras pasaba por el pasillo he visto que sus cosas ya no estaban. Y luego de algunas llamadas y mensajes desesperados, por preocupación, me he enterado. Que se ha ido de manera imprevista a otra ciudad, a una universidad privada donde según ella empezara la carrera de derecho, la cual ella siempre soñó y nunca me enteré.

Quién lo diría que una persona tan contradictoria como Lola tendría tan buen puntaje y entraría sin problema a una carrera tan larga y con miles de leyes.

Aun así, estoy feliz por ella y sé que dentro de lo que se puede mantendremos el contacto.

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Entre al casino y apenas levante la vista ahí estaba él, esperándome como siempre solía hacerlo.

- Ya llegaste... Dijo Patrick sonriéndome, y viéndome llegar a la mesa donde como de costumbre ya tenía nuestros chocolates calientes. Los cuales se habían hecho nuestro plan favorito cada vez que teníamos que hablar.

Sí, Hola.

Me senté a su lado y el me abrazo.

Sentir su protección era como tenerlo todo y al mismo tiempo no pensar en nada.

LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora