LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]

#Capítulo 43🖤

El tordo se viste de negro por su dolor, por temor a que lo hieran, se ausenta por periodos largos, y emigra recorriendo largas distancias, aun así, jamás se pierde y siempre regresa a donde un día sintió que estaba su hogar. A veces va acompañado otras veces va solo. No le teme a equivocarse en el amor, pues sabe que si un día falla al otro podrá encontrar un amor nuevo. Pero existe una gran diferencia entre el ave y el hombre del que me enamore, tal vez sea la forma en la que uno me enseña y el otro lo vuelve realidad todo. O tal vez sea que uno huye y el otro siempre me espera en el mismo lugar.

Escuche los aplausos de la gente, cerrando la última página del libro. Que vino acompañado del susurro típico de Harry, el cual me advertía que la gente se me iba a empezar acercar.

¿Estas lista Luz?...

-Así es, dije acomodando mi silla y cogiendo uno de los tantos lápices que siempre me dejaban a la vista, aquellos que al final de la firma, solo eran botes vacíos, sin tinta.

Era difícil encontrar su mirada entre tantas que estaban sedientas de encontrar la mía, era molesto escuchar preguntas y jamás oír una suya. Era frustrante estar pendiente de alguien mientras el mundo parecía solo depender de mí.

Tú puedes con esto, pensé.

Cuando termine el discurso y las cámaras de todos me apuntaban, yo estaba ausente firmando cada libro, saludando a cada persona que venía a mí con una sonrisa llena de nostalgia, porque entre todas las personas ninguna se me asemejaba a quien yo tanto anhelaba ver.

Hubieron abrazos, felicitaciones inesperadas, besos en la cara, lagrimas, conversaciones del libro, conversaciones de que les pareció libro, fotografías profesionales, selfies, firmas vacías, firmas con dedicatoria, firmas con fecha.

Hasta que me hicieron la pregunta, aquella que, entre tantas otras, me hacía demasiado sentido.

¿Quién es el hombre del libro? ¿Quién te inspiro?

El silencio se ausento en el salón de eventos, ya que parecía ser una de esas respuestas que tienen importancia solo una vez, y por eso mismo no la podía tomar a la ligera.

No pude contestar sin hacerles primero una pregunta.

¿Alguna vez se han enamorado?

Todos en el salón se miraron con curiosidad, algunos respondieron que sí, otros que no era lo suyo, hubieron algunos que solo movieron la cabeza, y había otros, quienes parecían tener la respuesta, pero guardaron silencio.

Yo sí respondí.

Nunca creí conocer el amor de nadie hasta que lo conocí a él, hubo alguien antes del tordo, cuyo amor lo intento, pero tras tanto esforzarse sentí que nunca se permitió conocer mi corazón, como era realmente. Y por ese mismo motivo me forzó al dolor a las mentiras, al abandono de uno mismo. El Tordo de mi historia no deja de ser un buen hombre, un amor que prometió esperarme aun así no tuviéramos nada tangible en las manos, el tordo es un chico cuyo amor por las aves me enseño que no solamente ellas tienen alas para volar, porque cuando crees en ti y existe quien te impulsa hacia adelante, también consigues elevarte un poco. Así que respondiendo a esta pregunta que a todos les causa curiosidad. Quien me inspiro a escribir un libro de amor entre un tordo y una chica, está en algún lugar de esta sala entre nosotros fue mi chico, mi compañero, y lo quise tanto como para regresar y no olvidar que un día nos veriamos aquí otra vez, o al menos eso espero y prometió esperarme así me tardara una eternidad, solo para volverme a ver.

Baje la mirada, intentando mantener todos mis impulsos de huir del lugar, ya que nunca había sido buena hablando de mis sentimientos.

Y cuando levanté la vista solo me vi rodeada de un montón de gente que creía conocer mi dolor. Notaba la decepción de todos al ver que nadie decía ser el tordo del que tanto hablaba, y esperaba, entonces me devolví al asiento para beber un poco de agua y así evitar la incomodidad.