LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]

#Capítulo 27🖤

Luz

Hoy se cumplen dos meses desde que Patrick y yo ya no nos vemos.

No ha sido nada fácil.

-

Creí que con el pasar de los días, él me volvería a buscar, pero no paso. No tuve ganas de salir de la habitación, ni de pasarme las tardes en todos los lugares donde sabía que nos podíamos encontrar. Y no es era por no quererlo ver, porque claro que quería, era por cobardía, por no saber que decir, por esperar unas disculpas que no llegaran.

Por qué si lo he echado de menos a veces, o bueno la mayoría del tiempo, cuando quiero hacer algo importante y es como si existiera ese vínculo permanente entre los dos, que me lleva a querer hacer todo, pero con él.

Por eso mi habitación esta última semana se me ha hecho tan importante. Como un refugio que me protege del daño, aunque la pena que siento no se me pasa.

Pero ahora desde la última vez que nos vimos, siento que cada vez que pienso en él, se me viene ese incomodo y horrible momento, con ese nombre y esa chica, que lo arruino todo. Tal vez no fue su culpa, tal vez si es solo algo del pasado, pero ¿Cómo evadimos de adentro todo lo que nos hace sentir?...

-

Alguien golpeo la puerta, por un momento tuve el anhelo en el pecho de que fuese él. Así que me costó ponerme de pie y enfrentarme a ello.

-

Hola. Escuche esa voz familiar, la cual en este lapso me había hecho tanta falta.

Hola Lu...

¿Lola?... Abrí más los ojos, no lo podía creer.

Supongo que, si me echaste un poco de menos, al menos alcance a tomar un poco de sol, di unos pasos hacia mí y se río.

Claro que lo hice, como no iba a echarte de menos eres mi única amiga. Pero ¿Qué te ha pasado? ¿Has vuelto? Enserio no puedo creer que estés aquí.

Bueno... algo así, es una larga historia Lu, que obvio te voy a contar, pero primero déjame entrar a tu cuarto que estoy muy cansada y abrumadísima con todas estas cosas, señalo unas maletas y un bolso de mano que tenía detrás.

Sin duda había sido un viaje largo.

Corte un poco la distancia por la emoción, dándole la bienvenida. Estrechándola por fin entre mis brazos.

Ay Lola sea lo que sea que te haya traído de regreso, quiero que sepas que me alegra mucho que hayas vuelto aquí, no sabes cuanta falta me has hecho.

Nos abrazamos, como si ambas nos hubiésemos extrañado lo suficiente.

Y fue en ese momento en el cual me di cuenta, que necesitaba tanto un poco de compañía, alguien que me escuchara, que me apoyara sin juzgar, justo como lo hacia ella.

Así que Lola volviera, era algo que me venía perfecto.

Di un suspiro largo, y la miré a los ojos, cuando sentí que la bomba estaba a punto de estallar.

No quiero llorar, pensé.

Quizás lo vio en mis ojos, o en la manera de hablarle por que ya me conocía.

Pero... Luz ¿Qué te ha pasado? ¿Alguien te ha hecho daño?

Asentí con la cabeza y la volví abrazar.

Tan bien es una larga historia, respondí.

Bueno hay tiempo suficiente para todo ya estoy aquí, podemos conversar.

-

Lola entro y dejo sus cosas alado de la puerta, estaba un poco más morena que la última vez que la vi. Su estilo y cabello seguían igual que siempre. Su ánimo también estaba bien, justo como lo recordaba.

Alcanzamos hablar sobre su retorno a la facultad, debido a que su madre no se adaptó en el nuevo trabajo y ella no acepto las reglas de la universidad. Bueno y también hablamos un poco de mí, de lo mal que había ido todo con Patrick desde que ella se fue. Lo que Lola resumió a que eran por su falta de consejos, y que yo lo había estropeado. Aunque la verdad no quise contarle todo sobre nuestra lejanía.

Lola lo odiaría si supiera que hay otra chica implicada en esta situación. Fue un poco difícil confesar que me había enamorado de un ayudante de las clases. Y incluso me costó de un principio decirle su nombre, pero Lola se lo tomo bastante bien y dijo que lo mantendría al igual que antes bajo confidencialidad.

Y eso fue mejor de lo que yo había esperado.

-

Tengo algo nuevo que contarte. Mencione tensando los labios.

Ella se sentó a mi lado en la cama con cara de preocupación.

He terminado el libro del que te hable.

¿Enserio? No puede ser, que emoción ósea que lo de ser escritora, sí que era verdad. Serás una gran escritora, afirmo ella con emoción.

Claro que lo era. Pero Patrick me ayudo a buscar la información, y no fui capaz de contárselo a la cara, además le di vuelta al tema y cambié un poco la historia, esos días sin él con tanto que pensar me inspiraron. Este libro existe gracias a él, pero no fui capaz de contarle y me siento demasiado mal por ello.

Vale, pero no es tan terrible puedes contarle en cualquier momento Lu.

Si, puedo... Pero ya lo he enviado.

¿Tú que?... ¿Tan rápido has hecho todo?

Si esa última vez que dejamos de hablar Patrick y yo, estaba tan enojada con él y tan cerrada al mundo, que cuando termine el libro. Luego de darle un par de revisiones y vueltas en el tema por internet y saber lo suficiente. Seguí los pasos y me convencí a mí misma de que era una buena idea y lo envié.

Lola se quedó callada procesando todo mirando el suelo en un punto fijo.

¿Y ya revisaste tu correo?

No... No he sido capaz de abrir el ordenador desde ese día que lo envié.

¿Y si te lo aceptaron?

No sé, nunca he hecho esto antes, no sé cómo es el proceso además estoy lejos de mi familia no se si puedo hacerlo todo sola.

Claro que puedes Lu, tú lo escribiste, además ya no estás sola me tienes a mí y bueno los demás se enteraran a su debido tiempo, primero hay que ver si lo aceptaron. ¿No crees?

Si, tienes razón.

¿Revisamos? Pregunto con un aire de curiosidad.

Está bien, hagámoslo.

-

Me senté frente al computador que llevaba una semana sin usar, lo encendí y esperé pacientemente, mientras Lola estaba parada a mi lado. Mirándome cada segundo demostrándome que todo lo del libro ya era una realidad.

Estaba nerviosa. Tanto que fue ella quien primero miro y supo la respuesta. No dijo nada solo se quedó mirando el computador, y luego me miro.

Y ahí nos quedamos con esa sensación de intriga que me podría cambiar la vida. Con ese nerviosismo en el estómago, que en ese momento compartíamos ella y yo.