LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]

#Capítulo 12🖤

Veo las idealizaciones del amor y creo que escribieron mal el guion.

¨El amor no es perfecto y nunca lo será¨

Y aunque mi corazón haya llegado a la terrible conclusión de ya no enamorarse, ni siquiera de las aves que le rodean. La verdad es que en el fondo anhela que exista alguna con la valentía de hacerme cambiar de opinión.

Lo más hondo de mí, Luz.

-

Cerré mi libreta mientras mi mundo se refería a sentirme invisible entre los alumnos que me rodeaban, pensando en que solo era yo y mis escritos, mientras todo lo demás se desvanecía frente a mi perdiendo el sentido.

Bueno casi todo, a excepción de él.

Si no fuera por su jodida manera de ser y de destacar entre el resto ¨Patrick¨ solo sería uno más.

Eso era lo que él más disfrutaba en las clases, el hecho de tener toda la atención.

Y aquella tarde ¨el tordo¨ era el apoyo en la clase de ornitología, donde su carácter y personalidad se resumían a estar adelante de todos, pasando las imágenes y diapositivas de una señora de unos cuarenta años.

La cual explico que las especies de aves más bonitas de la naturaleza eran el Quetzal, el diamante de Gould, el Saltarín cola de Alambre, el Cálao de cuello Rufo...entre otros dos más.

Y aunque todavía no entendía el por qué seguía asistiendo aquella clase si nunca hablaban del ave de mi interés Patrick apareció tomando el control sobre la clase haciendo que todo lo que yo pensara tuviera una razón.

Bueno chicos prestarme toda la atención a mí por favor, como es costumbre cerraremos esta clase con una paradoja. Esta fue dicha por uno de los pintores más conocidos de nuestra historia.

El salón se quedó en un total silencio y entonces sus ojos se encontraron con los míos, fue hay que sentí que esa frase sería para mí.

Salvador Dalí dijo una vez ¨La inteligencia sin ambición es como un pájaro sin alas.¨

Todos dieron por terminada la clase, cogieron sus cosas y uno a uno fueron abandonando el salón. Mientras los ojos marrones del tordo seguían asechando en mi dirección. Y yo me quede ahí inmóvil sin ganas de cortar ese estrecho de miradas entre él y yo.

Se sentía como el momento más íntimo, profundo y eterno que habíamos tenido.

Fue ahí donde todas mis preguntas terminaron por responderse.

Es él aquel que pone en marcha mis pasos para hacer que venga aquí cada tarde, es él quien hace que mis ganas de saber algo nuevo aparezcan, es también quien me atrae tanto como para ponerle atención. Y es que tiene una sonrisa tan bonita que a cualquier persona le darían ganas de mirarle.

Porque supe ahí que ni siquiera eran las clases, eso a mí jamás me había importado.

Era él, era Patrick.

¿Alguna vez has pensado tanto en algo que te quedas sin hacerlo?

Yo sí.

Quise acercarme un poco más a él mientras este ordenaba sus cosas, quise preguntarle por qué me miro de aquella manera mientras dijo esa frase, y por qué esa y no otra. Quise tan bien contarle mi opinión acerca de cada una de las clases en donde lo vi actuar de maneras muy diferentes, pero no me atreví.

Y cuando las acciones se quedan en ideas que podría haber realizado.

Este ya estaba rodeado de dos jóvenes cercanos a él, con los que sonreía abiertamente. Los cuales compartirían edades similares y, por tanto, hicieron que yo me detuviera y optara por no acercarme.

Procuré tardar más de la cuenta guardando mis cosas en mi bolso y cuando el camino de la salida estuvo libre de ellos tres, salí en dirección al pasillo donde estaría Lola esperándome.

Hola Lu, la sonrisa que traía se le desvaneció al verme el rostro.

- ¿Qué te ha pasado por que traes esa cara?

Tranquila, no pasa nada.

-No puedes llegar a verme con carita de pena y decirme que no paso nada. Pero acompáñame yo sé dé una manera de hacer que se te olvida que tuviste un mal día.

Me cogió del brazo con seguridad y me llevo al casino donde casi sin hacer preguntas termino ordenando dos cafés con leche y dos donuts.

-Con mis amigas de ciudad siempre que una estaba triste íbamos a una cafetería a comer algo dulce, no sé si eso servirá realmente para alegrar a la gente, pero al menos a mí me parece una bonita manera de acompañar a alguien en un mal día asique adelante soy toda oídos.

Pasar momentos con Lola era tener un curita en alma, era tener las salvavidas que siempre estaba lista, porque sabía cómo hacerlo y me contenía, alguien la cual sin saberlo podía reconfortarte solo con una sonrisa.

Asentí con el nudo en la garganta intentando que mi estomago se dispusiera a aceptar lo poco que estaba bebiendo del café.

Empezó de nuevo esa conversación.

- ¿Lo viste verdad? ¿Por eso estas así?

Sí, respondí.

¿Y qué paso?

Nos miramos fue momento más hermoso y fugaz que he tenido en mucho tiempo, pero no me atreví acercarme a él cuando estuvo solo.

Las palabras se me atoraron en la garganta.

Enserio de nuevo vas a hacer lo mismo, no sé por qué te gusta optar por guardar silencio cuando sabes que en mi tienes una amiga totalmente dispuesta a escuchar.

...La verdad es que.

Lola espero pacientemente sabía que abrirme a contar lo que sentía significaba dejar salir muchas emociones que normalmente no sabía manejar dentro de mí.

Empiezo a creer que no sé cómo querer a las personas que me rodean, eso te incluye. Y de verdad que pienso que lo mejor que puedo hacer en este momento es negarme abrir mi corazón a él. Porque tengo miedo de que otra vez me vuelvan a herir, y sé que me dirás que las posibilidades de que un amor en la facultad funcione son muy altas, pero yo prefiero ser ese uno por ciento que pasa de él.

- ¿Pero por qué?

Porque él es un ave con un mundo inmenso por conocer y yo soy tan pequeña que casi no tengo comparación en ese mundo. El amor a veces es también querer huir de él, porque sé que este conseguirá entrar a mi vida, y hará todo por intentar convencerme de quedarme y de que amar estará bien. Pero esta vez yo no quiero.

Y como cada vez que me sucedía algo importante yo intentaba huir también de ahí, dejando a Lola sola sentada con toda la comida.

-Espera un poco, escúchame Lu no te vayas sin antes escucharme.

Que sientas demasiado nunca será un problema no te límites a querer por no estar segura si la otra persona siente lo mismo que tú.

El amor no es malo, son malas las personas que han estado en tu vida y te han enseñado que su manera de amar te lastima. Pero no te hundas en algo que ni siquiera ha empezado, no te cierres y no acumules sentimientos equivocados de las personas por esperar que sean de una manera diferente contigo.

Confía, todo estará bien.

Le devolví una sonrisa con los ojos aguados llenos de agradecimiento y me fui a mi habitación.