#Capítulo 5🖤

17 5 0
                                    

He pasado una noche diferente, he sentido un poco de nostalgia al saber que estoy lejos de casa, que al despertar ya no estará el desayuno típico de huevos revueltos de mamá y menos la compañía de mis padres a la cual yo estaba tan acostumbrada.

He cogido el móvil y he notado los mensajes de mamá diciéndome lo mucho que le haré falta.

Y la verdad es que ella también me hará falta a mí.

Decido enviarle un mensaje:

"Veras que el tiempo aquí pasará rápido, pronto volveré a casa y será todo como antes, yo estoy bien, has cuenta que serán solo unas noches fuera y lejos de ti, descansa mucho, los quiero a ambos, un beso."

Lo peor de convertirse en adultos es soltar aquellas cosas a las que nos acostumbramos, la familia, la zona de confort.

A mí lo que más me ha costado aceptar es que nadie decide mi vida por mí, tengo que elegir mis propios caminos y luchar por hacer las cosas bien, teniendo buenas ideas.

Y la única buena decisión que he tenido en estos últimos meses ha sido mudarme a un lugar lejano para empezar de cero y escribir.

-

"! Hola ¡

Una voz femenina y delicada se aproxima a la puerta de mi habitación.

"! Hola ¡sé que estas allí dentro, te vi llegar a las siete después de la última clase.

Parece que tan fácil no será, por más que quiera mantenerme al margen, conociendo gente.

Abro la puerta, sobándome los ojos despeinada fingiendo que acababa de despertar.

¿O te he despertado?

No claro que no, solo estoy un poco cansada.

-Por fin atiendes, que no sabes que dejar esperando a tu vecina de habitación es de muy mal gusto... Por cierto, soy Lola, se presenta una chica de unos aproximados veinte años, de chasquilla y cabello largo rojo, con algunas pecas en su nariz y mejillas.

Luego de hablar deja la mano estirada esperando una respuesta.

Había pasado tantos meses sola que casi ya no sabía cómo era hacer amigos.

-Hola, Lola yo soy Luz.

Qué bonito nombre, responde.

Esta se desconcentra queriendo ver mi habitación, moviéndose de lado a lado intentando entrar.

Pero que chica más rara, pienso.

Cuando me doy cuenta ella ya está dentro recorriendo cada rincón de la habitación asombrada.

-Si que esta guay, ¿eres de la realeza?¿tu padre es rico? o ¿solo eres de esas chicas que siempre tiene suerte?

Obvio no, ¿Por qué piensas eso?

-Porque mi habitación apesta.

Creo que deberías darme consejos para decorarla. La mía es mucho más pequeña, por lo visto a alguien que ya se quedó a pegando un poster en la puerta y, por más que lo intente, ya no se puede quitar. Es algo abrumador.

-Pues entonces, deberías tú poner otro encima para poderlo tapar.

Eres increíble, como no se me ocurrió antes eso a mí.

Lo que para mí era una habitación normal para Lola era una maravilla. No sabía que ser ordenado y tener un poco de higiene, te hiciera quedar tan bien hasta que Lola entro en mi habitación.

-

Conversamos de su llegada y de la mía, de que aún ninguna de las dos había hecho amigos, y un poco de la vida antes de la facultad.

Yo me quede en la cama mientras Lola estaba sentada cómodamente en la alfombra con las piernas cruzadas.

Es una chica agradable pese a que tiene actitudes un poco infantiles.

De pronto ella fijo su mirada en mí y pregunto.

¿Tienes alguna afición?

-No lo sé, respondí confundida.

Pues me refiero a algo que te guste mucho, a mí se me da bien cantar, algún día seré una gran cantante de pop, aunque lo que más escuche es rock.

-Me parece un buen sueño, yo por mi parte disfruto escribir, creo que quiero ser escritora.

¿Escritora?

-Aja.

 Bueno, es primera vez que escucho alguien que quiera serlo, y aunque es una buena idea, eso no es tan sencillo.

¿Por qué no? Pregunté.

-Bueno, digamos que yo quiero ser cantante, pues hago una canción la subo en YouTube y si tiene muchas vistas ya está consigo fans y me hago famosa.

Pero ser escritora es algo que conlleva mucho tiempo además no cualquiera escribe un buen libro, y aunque me guste demasiado leer, sobre misterio y terror, la verdad es que no creo que hacer eso sea algo tan sencillo.

-Sí, puede ser, es totalmente un desafío, pero como dijiste tú, algún día espero convertirme en una gran escritora.

Bien, si te gusta escribir ¿tienes algo escrito que me puedas compartir?

Su interés me tomo por sorpresa.

Nunca había hecho algo así, mostrarle lo que me apasiona a alguien, pero Lola se veía como una persona en la que yo podía confiar y sabía que, si le decía que no, a la larga jamás me iba a dejar en paz.

Así que fui por uno de mis escritos, me acomodé con las piernas cruzadas en la cama y le leí uno de mis fragmentos de la libreta.

"Y tal vez no todas las aves son iguales, pero muchas de las que rondaron por mi vida carecen de cariño y comprensión. Eso no los compara ni define, pero si confirma que hay cosas que los unen, patrones que repiten y comparten por ser de la misma especie, y tal vez me encasille en ello porque espero que como él existan miles de aves, para así topármelo entre la multitud, sabiendo que, aunque podría confundirlo tan fácil, él siempre se va a destacar por ser él."

Luz.

Lola tomo atención, y cuando deje de leer, hizo una seña de que continuara. Pero en ese punto yo ya no había escrito más.

-Me bromeas si me dices que eso va de aves, y más si algo tan bueno no está terminado.

No he tenido tiempo de ordenar mis ideas aun, respondí.

-Digamos que te ganaste una fiel lectora, pero lo debes terminarlo.

Claro que lo haré, respondí.

LA CHICA DEL TORDO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora