Capítulo 32 - Una decisión por meditar.

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—«¿Dónde estoy?»

Un somnoliento Link abriría sus ojos, sin entender muy bien como había terminado durmiendo sentado frente a un santuario, aunque sus recuerdos no tardaron mucho más en volver a él.

—«Claro...Zelda...»

—Veo que solo necesitaste 2 horas para recuperar la conciencia, nada mal. 

El Hyliano se percataría de que estaba apoyado en la portadora de la voz que le hablaba, la cual no tardó en identificar como la de Riju, por lo que deshizo cualquier contacto físico que tuviera con la chica, puede que sean amigos y le tenga mucho aprecio, pero aun así debería de mantener distancia. 

—Sigo teniendo sueño. 

—Supongo que necesitas una pose más cómoda para seguir durmiendo. Ven, vamos a la ciudadela. 

Sin señal alguna de que su cuerpo hubiera sufrido de cualquier tipo de incomodidad, Riju se puso de pie y le ofreció su mano a Link, el cual, en silencio la aceptó y ambos empezaron su camino a la ciudadela Gerudo.

—¿No sería mejor teletransportarnos?—Preguntó Riju, con obviedad. 

—Con tanto sueño, lo único que lograría sería mandarnos al otro extremo del reino...

Jeje Creí que no tenías sentido del humor. 

—«No era un chiste.»

—...Siempre he pensado que desde el desierto la luna se ve más hermosa. 

El comentario de la Gerudo hizo que Link, por instinto dirigiera su mirada al satélite, a lo cual le pudo dar la razón a la chica, en ningún otro lugar del reino podía ver la luna con tanta claridad. 

—«La luz de la luna solo la hacía ver más hermosa.»

Le fue imposible conectar algunos recuerdos y traer a Mipha a su mente, después de todo, aquel astro había iluminado sus reuniones nocturnas en incontables ocasiones. 

—«Cuando te recuerdo, mi corazón duele y se alegra al recordar los viejos tiempos.»

—Creo que alguien se está deprimiendo otra vez.—Señaló Riju. 

—Sal de mi mente, ¿Quieres?

—Eres muy obvio, Link, no necesito leer tus pensamientos para saber por dónde van.

Luego de años dando su máximo esfuerzo para poder ser la mejor matriarca posible, Riju terminó por desarrollar un agudo instinto para poder determinar las emociones de los demás, después de todo, tenía que lidiar constantemente con los problemas de su gente. 

—...Hace 100 años, el día en el que resurgió Ganon, le pedí matrimonio a mi amiga, la campeona Zora, Mipha, ya te puedes imaginar como terminó. 

—Vaya, no creí que fueras tan galán, Link, yendo directamente por su mano.—Comentó Riju con gracia. 

—Fue idea de mi padre, él hizo lo mismo con mi madre.

—Pues vaya que era alguien osado, eso no es muy común entre los hylianos, tal vez se influenció por las Gerudo. 

—«Ya decía yo que debían haber pasos de por medio.» 

—Puede que no haya terminado bien para ambos, pero, ve el lado positivo, por lo menos no te quedaste con el arrepentimiento de decirle lo que sentías. 

—Sí...me alegro de haberlo hecho. 

Su situación ya era mala, pero podría haber sido peor si no hubiera hecho aquella decisión tan precipitada, ciertamente, era algo que le causaba alegría haber llevado a cabo.

El rey de 3 razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora