Link, el héroe de lo salvaje, aquel que ha sido elegido por la espada que doblega la oscuridad, al igual que sus antepasados tiene aquel don especial con las mujeres, que lo llevara a todo tipo de situaciones durante su épico viaje para salvar a Hyr...
Hace apenas unas horas me preguntaba quién era Mipha y ahora estoy deprimido por su muerte, y lo peor de todo es que no entiendo el por qué, no era al primera campeón que recordaba, ¿Qué es lo que la hacia a ella especial?
Por muchas dudas que tenga, estas no pueden ser resueltas, al menos no en mi posición actual, pero...hay algo que puedo hacer. Aún hay memorias que puedo recuperar, por mucho que me duela, debo de enfrentarme a mi pasado.
Ya rescaté a las 4 bestias divinas y están apuntando hacia Ganon ahora mismo, es un buen momento para atacarle, pero antes de eso debo de terminar los preparativos para la batalla, esta vez no tengo segundas oportunidades, así que no puedo cometer errores.
Lo más importante ahora mismo es conseguir las memorias que me faltan y la espada maestra. También debería de visitar algunos santuarios para aumentar mis capacidades, no estoy seguro de cuántos quedan, pero creo que son pocos.
Espero conseguir las respuestas que necesito...espero saber quién soy yo...Tal vez así me sienta mejor.
[Fin de la nota.]
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Seguro que no necesitas descansar más?
Link y Sidon se encontraban en la entrada del dominio Zora, con el fin de despachar al Hyliano para que pudiera seguir con su odisea.
—Sí, estoy bien.
Apenas hace unas horas, el rubio se hallaba llorando desconsoladamente por Mipha, pero a pesar de eso ya estaba listo para irse, al príncipe Zora esto le pareció demasiado, no consideraba que estuviera en buenas condiciones.
—Pero...
—Sidon...hay cosas que no puedo seguir postergando.
Link estaba determinado a recuperar sus memorias, las mismas que le habían causado tanto dolor, tenía que hacerles frente si quería entender sus sentimientos y y el por qué de estos.
—Veo que no te podré detener...Siendo así no me queda más que desearte suerte en tu viaje.
—Sí, gracias...Adiós.
El espadachín empezó a abandonar el lugar, y cuando ya estuvo lo suficientemente lejos, el Zora se dispuso a ir al palacio a reportar con detalle lo sucedido.
—¡Sidon!
El mencionado se detuvo y volteo a ver al dueño de aquellas palabras.
—¡Prometo volver a visitarte!
—¡Que así sea!
Link estaba agradecido con el Zora, le había ayudado a levantarse de aquella recaída, tal vez no al 100%, pero apreciaba su asistencia.
