Capítulo 49 - Palabras a hechos.

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La mente de Link se nublo, ni siquiera el dolor infernal que le provocaban las heridas en su brazo le conectaron con la realidad, pero pese a ello conocía la perfección que estaba en ella, esto no era una pesadilla. Perdió la percepción del tiempo y lo que en realidad fue un instante se convirtieron en horas, sensación alimentada por la imagen de Zelda suplicando por ayuda, con su brazo extendido, una escena que jamás podría olvidar. 

En antaño las personas más importantes en su vida eran su padre, hermana y Mipha, pero tras sus perdidas, se vieron suplidas por Riju y Zelda, a quien acababa de perder

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En antaño las personas más importantes en su vida eran su padre, hermana y Mipha, pero tras sus perdidas, se vieron suplidas por Riju y Zelda, a quien acababa de perder. La frustración le invadía, sabía que esto iba a ocurrir, e incluso así fue incapaz de hacer algo para poder salvarla, ¿Acaso no entreno lo suficiente? ¿En realidad no era tan fuerte como creía? ¿O simplemente la diferencia de poder entre él y aquella momia era abismal? Sea cual fuese el caso, el resultado era el mismo. 

Cualquier indicio de fuerza abandonó su cuerpo y simplemente se empezó a resignar a perderse en el vacío que le invadía. 

—«¿Por qué otra vez?»

El cataclismo lo llevó a su peor momento y ahora una situación irrisoriamente similar estaba sucediendo. Había entendido que hay algunas cosas que no podía manejar, que la vida le podía dar malas pasadas, pero esto ya era ridículo, pareciera como si algún ser que manejase los hilos de su existencia le gustase verlo sufrir. 

—«Con mi brazo en este estado, no creo poder usar la paravela...Tal vez simplemente me deba dejar caer»

Lo único que podía hacer en ese momento era sucumbir ante la fuerza gravitatoria que tiraba de él. Sí, la impotencia era completamente dolorosa. Simplemente era un espectador, incapaz de cambiar los sucesor que ocurrían a su alrededor en ese momento. 

—«Perdón, Zelda...»

Le falló, le dijo que estaría a su lado, que la protegería y al final no consiguió ninguna. 

En señal de resignación, cerró los ojos, en espera a lo que el destino fuese a decidir...Lo que no tardó en llegar. 

Una luz abrumadora se deshizo de toda la oscuridad, descubriendo lo desconocido. Cuando Link buscó su origen se encontró con una escena bizarra: Un brazo luminiscente le estaba sosteniendo, deteniendo por completo su caída. Antes de que pudiera reaccionar, la extremidad le jaló hacia arriba, a lo que le siguió un gran resplandor. Cuando se mitigó, no había nadie ni nada en el lugar.  

  

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El rey de 3 razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora