—Sí, sí, esto está quedando muy bien.
Zelda caminaba con una gran sonrisa en su rostro mientras disfrutaba de la vista. Las obras del fuerte vigía ya estaban considerablemente avanzadas y se podía jactar de ver como los esfuerzos que había hecho para la restauración del reino durante tanto tiempo al fin se estaban materializando.
—Con construcciones Karid a la cabeza, puede estar segura de que todo puede salir bien.-Aseguró el mismo Karid con certeza.
—¿Qué es eso?
La estructura a la que estaba señalando Link y que le llamó la atención era la más alta de lugar, por ahora solo estaban la base y los tablones que limitaban su altura, aún así, con eso fue suficiente para llamar su atención.
—Es una atalaya. Las vamos a construir por todo el reino con la finalidad de obtener información sobre el terreno.
—¿Y cómo?—Continuó indagando el espadachín.
—Jojo Ahí entras tú ¡Saldrás volando por los aires y realizarás un escáner de la zona! También las podrás usar para conseguir altura y hacer uso de tu paravela.
—¿Eh?
No le tenía miedo a las alturas, así que esto no sería un problema, pero se le hacía extraño que básicamente estuviera hecha para su uso.
—Fue una idea de Rotver. Creyó que serías la persona indicada para todo el trabajo peligroso.
—«Me enojaría con él si no me gustará la idea.»—Determinó Link ligeramente molesto.—¿La puedo usar o todavía no está lista?
—Pues, la base ya está funcionando, así que como tal podrías salir volando...
—Hagámoslo.
—...Le diré a uno de mis hombres que conecte la maquinaria.
Esta era una oportunidad perfecta para comprobar que el mecanismo estuviera funcionando a la perfección, y Karid no desperdiciaría esta oportunidad, en donde su conejillo de indias le estaba rogando por ser usado.
—¿Va a ser seguro, cierto?-Preguntó Zelda.
—Completamente seguro...Link, sígueme.
Ambos hombres dejaron a la princesa atrás, quien no se vio afectada y continuó con su requisa por el lugar. Todo tenía que quedar perfecto, después de todo, este sería el centro de operaciones para dirigir todo.
—Princesa.
De manera repentina una voz le llamó, cuando se fijo en su dueño se encontró con un caballero que se había postrado respetuosamente a un costado suyo.
—Oh Capitán Hozlar, ¿Sucede algo?
—Hay un tema del que me gustaría discutir conmigo.
Como todo reino, Hyrule tenía un ejercito, que recién había sido refundado, por el momento era pequeño, apenas unas cuantas docenas, pero ya era un avance. Hozlar es uno de sus integrantes más fuertes y gracias a eso obtuvo el rango de capitán.
—Claro, puedo oírte. Aunque, preferiría que lo hicieras de pie.
—Como esté más cómoda, majestad.—Respondió Hozlar siguiendo la sugerencia.
—Y bien, ¿De qué me querías hablar?
—Es sobre el señor Link.
En cuanto escuchó el nombre de su escolta frunció el seño. No era necesario precipitarse solo por esas palabras, pero presentía que lo siguiente no le agradaría oírlo.
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El rey de 3 razas
RomanceLink, el héroe de lo salvaje, aquel que ha sido elegido por la espada que doblega la oscuridad, al igual que sus antepasados tiene aquel don especial con las mujeres, que lo llevara a todo tipo de situaciones durante su épico viaje para salvar a Hyr...