Link, el héroe de lo salvaje, aquel que ha sido elegido por la espada que doblega la oscuridad, al igual que sus antepasados tiene aquel don especial con las mujeres, que lo llevara a todo tipo de situaciones durante su épico viaje para salvar a Hyr...
Link se preguntaba cómo es que pasaron de tener una charla melancólica acerca la flor conocida como princesa de la calma a que le ofrecieran comerse una rana.
—...¿Esta segura de qué me dará algún efecto especial?
—No lo sabremos hasta que la comas, ¡Hazlo!
El rubio poco a poco empezaba a ceder, principalmente por la insistencia de la princesa, pero había otro factor y es que bajó la guardia al verla tan animada, hace unos meses no hubiera pensado que algo así era posible.
—Esta bien. Lo haré.
—¡Esa es la actitud! Abre grande la boca.
Link hizo caso a las ordenes de Zelda, la cual no se lo pensó ni por un segundo y le dio de comer aquella rana.
—¿Qué tal? ¿Sientes algo diferente?
—La verdad, no.
—¿Tal vez haya que esperar un poco? ¿O cocinarla con otros ingredientes?
En lo que la princesa Hyliana meditaba aprovecho para ponerse de pie.
—En fin, sigamos con nuestro camino...¡Mira!
Reposando solitariamente en el suelo, había una princesa de la calma que no estaba plantada, aun así, esta se mantenía en perfectas condiciones.
—Es una pena que este así...pero, siendo ese el caso, no creo que este mal hacer esto.
La chica agarró la flor y se la coloco a ella misma sobre su oreja izquierda, para luego ver a su escolta y darle una sonrisa.
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—¿Qué tal me queda?
Tal vez para Link fuese un cambio medio brusco, pero no le molestaba en lo más mínimo, hacia su trabajo más ameno y le agradaba más esta versión de la princesa, la cual ahora le estaba tratando como a cualquier otro, sin celos ni envidia de por medio.
—No creo que se me este permitido dar ese tipo de comentarios.
—Bueno, pues a partir de este momento te doy autorización.
Antes de dar su respuesta, Link volvió a recordar la sonrisa que le dio Mipha hace ya unos días, rápidamente negó con la cabeza para deshacerse de ese pensamiento. No entendía por qué recordaba eso en ese momento.
—. . .Creo que le queda bien.
—Jiji Gracias.
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