Link, el héroe de lo salvaje, aquel que ha sido elegido por la espada que doblega la oscuridad, al igual que sus antepasados tiene aquel don especial con las mujeres, que lo llevara a todo tipo de situaciones durante su épico viaje para salvar a Hyr...
Luego de haber recolectado las 900 semillas Kolog que estaban dispersas por lo largo y ancho del mapa de Hyrule, Link se dirigió hacia el bosque en donde vivían estas criaturas, en donde fue a hablar con Obab para entregarle los últimos simientes, al hacerlo, este le entregó una especie de semilla con forma de excremento, la cual brillaba en un intenso dorado, digno del oro.
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—Es un reconocimiento por haber encontrado todas mis semillas.
—...¿Estás diciendo que esta es la recompensa por todo mi esfuerzo?
No es como si hubiera hecho esto en busca de algún tipo de retribución, es más, se hubiera sentido menos ofendido si no hubiese recibido nada, es solo que, a lo largo de las otras misiones que había hecho obtuvo recompensas al nivel, haciendo que luego de tanto trabajo y kilómetros recorridos, se sintiese insatisfecho.
—¿Eh...? ¿Sí?
—Ya veo...Gracias.
Entre sus deseos no estaba el ser irrespetuoso o algo peor, así que se guardó todas sus emociones negativas y simplemente se empezó a ir del lugar.
—«Más le vale que no las vuelva perder...»
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—¿Cuánto quieres perder?
Luego de la gran decepción que tuvo en el bosque Kolog, Link se dirigió al desierto Gerudo para relajarse junto con su gran amiga, Riju, estando ambos en las cercanías de la ciudadela Gerudo junto con Morselia.
—Debes de ser muy iluso si crees que esa cosa es más rápida que Morselia.
La "cosa" en cuestión se trataba de la mota Hyliana, la cual el rubio invocó para demostrar que su vehículo era más rápido que la morsa del desierto de la matriarca, conocida por ser la cúspide de su especie.
—Hay un gran fósil al este de aquí, apostemos por quien llega primero.
—No creí que pudieras ser tan terco...muy bien, acepto tu reto. El que llegue primero le podrá dar una orden al perdedor.—Accedió la morena, con una sonrisa confiada.—Te veo allá.
