Capítulo 58 - Ganondorf.

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Con el problema de las semillas kologs recién avivado, Link, aunque todavía en shock, continuó su camino hacia Ciudad Goron. 

—«¿Qué le habrá pasado a Obab?»

El kolog más grande jamás visto adoraba sus maracas. Se le hacía extraño que perdiera el contenido de estas, de seguro había una buena razón para ello. 

—«Tal vez deba hacerle una visita en el bosque Kolog...Pensándolo bien, debería ir de todas formas.»

No fue hasta este momento en el que Link se percató de que muy posiblemente, el hogar del gran árbol Deku también fue afectado por la catastrofe. Profundizando en su pensamiento se percataría de que Prunia no mencionó nada al respecto porque no habría quien se lo comunicara. Desde que él consiguió la espada maestra casi nadie iba allí, así que estaban completamente desconectados del mundo exterior. 

—«Espero no tardarme demasiado por aquí.» 

Tal linea surgiría a raíz de que, finalmente, llegó a Ciudad Goron. Todo parecía normal si exceptuaba la extraña apariencia de sus habitantes: sus ojos formaban un espiral de color rojo y muchos de ellos, que se pasaban todo el día trabajando, ahora estaban comiendo una extraña piedra carmín con una forma semejante a un muslo de cerdo, apenas parando para respirar. 

—«Esto se ve grave, pero no parece nada de vida o muerte.»

A diferencia de sus dos anteriores paradas, no pareciera como si los goron estuvieran al borde de la extinción. Era un problema serio y no buscaba reducir su gravedad, pero le alivió que el tiempo que los hizo esperar no tuviera grandes consecuencias. 

—«A trabajar.»

Sabía que el asunto iba para largo, así que ponerse manos a la obra era lo mejor que podía hacer. 

—«Si no es Zelda, ¿Quién es?»

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—«Si no es Zelda, ¿Quién es?»

El amigable y redondo Yunobo sin querer terminó siendo siendo aquel que dio inicio al problema de los goron. Al igual que el rey Dorphan, él vio a la princesa poco después de la ascensión del castillo, ella le regaló una mascara que alteró su habitual comportamiento a uno insensible y agresivo y  le enseñó los rocomuslos. Los goron basan su dieta en la ingesta de rocas y estas, aparte de tener el mismo efecto que la máscara, les hacía adictos a comerlas. 

—«Es una técnica ilusoria, como las del clan Yiga.»

Refiriendose al espejismo de la princesa, lo siguió analizando. Tal habilidad no era algo muy raro, pero a eso había que sumarle la habilidad de estar en varios lugares al mismo tiempo y la teletransportación. El espadachín se negaba a creer que alguno de esos amantes a los plátanos pudiera hacer algo como eso. 

—«¿Tal vez la momia?»

Con el poder suficiente para elevar por los cielos el castillo y mantenerlo así por tanto tiempo era el principal candidato. 

El rey de 3 razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora