Capítulo 6: necesitas a alguien que te lleve a 200 por una zona de 80

1.4K 45 0
                                    

-Narra Marc-
Los ojos comenzaban a llorarme cuando se cumplieron las cinco horas sin despegar la vista del televisor. Miré a Raúl y me di cuenta de que él estaba perfectamente, creo que su cuerpo estaba más que acostumbrado a pasar el día así.
- Voy al baño.
Él asintió y puso en pausa el videojuego antes de coger su móvil. No iba a ir al baño, pensaba pasar por la habitación de Nevaeh, suponía que aún estaba estudiando. Me acerqué a su habitación y abrí la puerta con cuidado, sin hacer ruido. Entonces la vi, dormida sobre su escritorio. Sonreí y me acerqué a ella para cogerla con cuidado y tumbarla en su cama, cuidando mis movimientos para no despertarla. La observé dormir, de esa forma tan tranquila, no era la típica persona que se movía muchísimo mientras dormía. Simplemente respiraba tranquila y sonreía, demostrando que el sueño que estaba teniendo le agradaba. Sonreí y acaricié su mejilla antes de abandonar su habitación y volver a la de Raúl.
-Narra Nevaeh-
Al abrir los ojos sentí ganas de pegarme una cachetada a mí misma por haberme dejado dormir mientras estudiaba. Pero enseguida otra preocupación ocupó mi mente. ¿Qué hacía en la cama, si yo no me había movido hasta allí?, ¿Quién me había llevado? Bostecé y miré el reloj de pared. Las nueve. Mi estómago me guió hasta la cocina, no había merendado y estaba hambrienta. Comencé a preparar tacos de pollo, era uno de mis platos favoritos y hacía bastante que no lo comía. Mi padre se pasó por allí mientras cocinaba y nunca supe si aquella noche se alegró de verme, o de saber que esa noche no tendría que comer el típico y aburrido sándwich que preparaba mi madre cada noche para cenar. Sé retiró a su habitación, y justo cuando estaba sirviendo mi cena, apareció Raúl, que no venía sólo.
- Eres el mejor hermano del mundo - le dije mientras me acercaba a él para abrazarlo-
Estaba confundido. No entendía mis muestras de cariño.
- Viste que dormía sobre mí escritorio y me llevaste a mi cama -le expliqué-
- No fue nada, enana.
Cogí el plato con mi cena y les dediqué una sonrisa a él y a Marc antes de subir a mi habitación.

-Narra Marc-

Cuando vi cómo Nevaeh le agradecía el gesto de haberla llevado hasta su cama con ese abrazo, me dieron ganas de gritar a los cuatro vientos que lo había hecho yo, y no por reconocimiento, sino porque yo también quería un abrazo así. Cuando se retiró hacia su habitación dejándonos solos, Raúl me miró y yo sólo supe encogerme de hombros.
- La vi durmiendo en su escritorio y...
- No me des explicaciones Marc, he visto cómo la miras y honestamente no me gusta su novio, es un buen chaval pero es tan típico y tradicional que la aburre hasta a ella.
¿Tenía novio?, ¿y por qué me importaba tanto y al mismo tiempo me alegraba que no les fuese bien?
- Creo que te equivocas, Raúl, tu hermana para mí es...
- ¿Qué vas a decirme tío, que es una fan más? Porque no lo es. Creo que mi hermana supo desde el primer momento en el que te vio sobre una moto que iba a conocerte.
Le miré sin saber qué decir. Claro que no era una fan más, pero tampoco sabría decir porqué sentía esas ganas de estar con ella. Era demasiado pronto para hablar de sentimientos.
- Necesito tu ayuda, voy a pasar el fin de semana con ella y... Quiero sorprenderla.
Raúl y yo nos sentamos a cenar y comenzó a contarme todo sobre su hermana, desde su película y comida favorita hasta los sueños y metas que tenía por cumplir. Después de cenar decidí volver al hotel, ahora que tenía moto no tendría problemas por el transporte. Quedé con Raúl al día siguiente para volver a jugar a la play, y no volví a hablar con Nevaeh, pero tenía mis planes para sorprenderla.
-Narra Nevaeh-
Ese jueves me levanté con más energía de lo normal. Me dio tiempo a desayunar, cosa rara en mí, y Raúl se ofreció a llevarme en su coche al instituto. No recordaba la última vez que había tenido ese gesto conmigo, pero me gustaba el cambio que estaba dando desde que Marc había entrado en nuestras vidas. Cuando llegué al instituto aún faltaba un cuarto de hora para entrar, y justo cuando comenzaba a decirme a mí misma que hasta entonces tendría que aguantar al grupo de pijas que tenía al lado, sentí una mano tocando mi hombro.

Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora