Capítulo 41: Recuerda que esta vez no vas solo

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Estaba tardando una eternidad en encontrar mi apellido entre tantos nombres debido a los nervios, así que Marc , que estaba con nosotras, me ayudó a buscarlo.

- ¡Petita, ven aquí que has aprobado! -Gritó emocionado mientras abrazaba mi cintura con una mano y con la otra señalaba mi nombre para que pusiese verlo yo también.

No me lo podía creer. Necesitaba un diez y medio para entrar en periodismo, y yo tenía un trece y medio, ¡un trece y medio! Grité como una posesa y me tiré sobre los brazos de Marc antes de empezar a besar toda su cara. Dios, no podía estar más feliz. De pronto me acordé de Anna, y me bajé como pude de los brazos de mi novio para acercarme a ella. Ni siquiera sabía si tenía la nota de corte para entrar en la carrera. Al encontrarla me toqué su hombro y se tiró a mis brazos mientras gritaba. Sí, tenía claro que ella también había aprobado. Después de gritar como loca cosas sin sentido vi que Marc me hacía una seña, sí, teníamos que irnos. Le di un gran abrazo a Anna y le prometí que la llamaría más tarde antes de echarme a correr hacia Marc. Entrelacé nuestras manos y comenzamos a caminar hacia la salida de la universidad.

-Narra Marc-

Me alegraba muchísimo por Nevaeh, sabía que se había esforzado mucho para poder sacar esa nota y entendía perfectamente que quisiera celebrarlo con su amiga. Pero tenía a todo mi equipo esperándome en el circuito, hoy tenía una prueba bastante importante, una especie de simulación de competición donde todos y cada uno de los pilotos lo dábamos todo, aquello no era un entretenimiento, aquello era lo más similar a la competición que teníamos, y yo tenía a todo el equipo esperando.

- ¿Puedo ir contigo? Ahora que no tengo que estudiar me aburriré sola en casa -me pidió mientras se abrochaba el cinturón y yo arrancaba el motor-

- Claro que sí, pensaba llevarte, pero ahora deberías apuntarte a la autoescuela, cuando empieces con la universidad no tendrás tanto tiempo.

- Lo sé, tengo que buscar alguna que quede cerca de casa. 

Yo simplemente asentí mientras conducía hacia el circuito a una velocidad bastante alta, ya que íbamos por la autopista y casi no había tráfico. Me  eché a reír al recordar las veces que hacía aquello con Claudia. Ella gritaba como una posesa e incluso llegaba a llorar del miedo que le daba. Sin embargo Nevaeh disfrutaba. Se le notaba en la cara. En esa sonrisa. En cómo cerraba los ojos. En cómo se le ponía los pelos de punta. Y entonces, y sin poder evitarlo, me pregunté si su piel se erizaba de igual manera cuando veía las carreras en las que participaba por televisión. 

Al llegar al circuito, suspiré al ver aquella manada de periodistas esperando. Sólo pedía que no hubiesen interpretado que, por salir una vez en la televisión, íbamos a ir de plató en plató o a contestar a todas sus preguntas. Cogí la mano de Nevaeh, y nos adentramos en dirección al box, ignorando completamente las preguntas que los futuros compañeros de profesión de mi novia tenían para nosotros. Nada más llegar al box, todo el mundo se abalanzó sobre mí, asegurando que llegaba tarde y que llevaban muchísimo tiempo esperando por mí.

- Prometo que hago una llamada teléfonica de dos minutos y me preparo, y chicos, tranquilidad, recordad que Marc ha vuelto. 

Besé la cabeza de Nevaeh antes de separarme de todos ellos, mientras escuchaba las quejas de todo mi equipo, y marqué ese número que había marcado ya tantas veces. Un toque. Dos toques. Tres. Y entonces, se escuchó su voz.

- ¿Marc?

- Sí, todo va sobre ruedas, no sospecha nada. Nos vemos esta noche, pero no te pases por aquí antes, no quiero que sospeche nada.

- Vale, nos vemos esta noche. 

Colgué, y al girarme vi a Nevaeh y a Alex hablando, sentados en el mismo sofá. Mi hermano estaba contándole algo, y ella se dedicaba a reír sin parar. Suspiré, y escuché como Emilio me gritaba para que me diese prisa. 

Me levanté de la moto al llegar a la meta el primero. Juro que no hay sensación mejor que saber que todo tu equipo, que lleva toda la temporada ayudándote a ganar, que tu hermano, al que adoras a pesar de todo lo que pueda pasar, y que tu novia, a la que no puedes querer más, están ahí, esperándote, esperando a que bajes para felicitarte, abrazarte. 

- No creo que sea buena idea, Marc... Ya sabes que estas motos no son las idóneas para... -Me dijo Emilio-

- Traed un caso -dije yo, ignorando el consejo de mi representante-

- Recuerda que esta vez no vas solo, Marc. 

A pesar de llevar el caso, estoy completamente seguro de que mi hermano supo que no puse muy buena cara. Nevaeh se colocó el casco que algún miembro del equipo había traído, y yo simplemente arranqué de nuevo, dejando atrás a aquellos que, una vez más, me habían demostrado que no entendían mi forma de pensar, ni mucho menos mi forma de vida. 

Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora