Capítulo 52: Joan

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- Genial, no hace falta que contestes. 

Me levanté del sofá y salí de aquella casa, sintiendo como las lágrimas luchaban por salir de mis ojos. Dios, en la vida me habían hecho tanto daño, yo creía que confiaba en mí... Alex me siguió y me pidió que le diese un tiempo a Marc, pero la única que necesitaba un tiempo era yo.

- Dile a tu hermano que puede volver al piso, que la que se va soy yo. 

Le dije mientras me subía a la moto.

- Nevaeh, relajate y piensa un segundo, ¿dónde vas a dormir?

- Prefiero dormir bajo un puente a hacerlo al lado de una persona que no confía en mí. 

Él iba a contestarme, pero entonces vi cómo Marc salía de la casa de sus padres y se acercaba a nosotros.

- Alex... Lo siento, te prometo que estaré bien, te llamo mañana, ¿vale? 

Y, tras decir aquello, arranqué el motor de mi Honda y me alejé de allí antes de que Marc pudiese decir alguna tontería más. Porque lo único que había dicho esa noche era eso, tonterías.

-Narra Marc-

Idiota. Era idiota. ¿Cómo había desconfiado de Nevaeh, si era la chica que más cosas me había demostrado, y probablemente la que más me había querido? La había fastidiado, y ahora estaba viendo las consecuencias al verla marchar en la moto que, irónicamente, le había regalado yo.

- Marc, ¿se puede saber qué haces con tu vida?

- Alex, no estoy de humor.

- ¡Me importa una mierda que no estés de humor! ¿Es que no te das cuenta de que ya no eres sólo tú, que ahora también está Nevaeh? Mañana es su cumpleaños, menudos dieciocho le acabas de dar. 

Cerré los ojos con fuerza, mierda, me había olvidado completamente de su cumpleaños... Ahora me sentía aún peor...

- Alex... Tienes que ayudarme.

- No, tú sólo te metiste en este lío, tú sólo debes salir.

- ¡Hazlo por Nevaeh, joder!

Me miró durante unos segundos y acabó suspirando.

- Será mejor que vayamos al piso, me dijo que no iría pero por si las moscas...

- ¿Cómo que no irá al piso? ¿y dónde va a dormir?

- Seguro que irá con Anna.

- Pues llamala, por favor...

- Acaba de irse, esperemos un poco antes de llamar a nadie. Ahora vamos a casa, Marc. 

Él asintió y volvimos a casa para despedirnos de nuestros padres. Después, pusimos rumbo al piso. 

Tenía  la esperanza de que Nevaeh se pasase por allí, como mínimo a recoger sus cosas... Y, entonces, podría hablar con ella.

-Narra Nevaeh-

Eran más de las doce cuando aparqué la moto frente a aquel bloque de edificios. Anna me había dado la dirección, asegurándome que sus padres la matarían si se enteraban de que había alguien más en casa, y me dio como solución que fuese la compañera de piso de su hermano mayor hasta que mi situación se... Normalizase. Vi a un chico esperando en la puerta, y supuse que era él, Anna lo había avisado para informarle de todo. Se acercó a mí, y me di cuenta de que no se parecía para nada en Anna, no tenía ni un sólo rasgo suyo.

- ¿Tú eres la amiga de Anna, verdad?

- Sí, soy Nevaeh, y tú tienes que ser Joan

Él me sonrió mientras asentía y me invitó a entrar en el portal.

- Siento que todo esto haya sido tan precipitado, pero vivo con mi novio y he tenido una pelea con él...

- No te preocupes, yo andaba buscando compañero de piso, pero la verdad es que no me fío de nadie, después de todas las experiencias que he tenido...

Comenzamos a hablar mientras me enseñaba el resto de la casa, era un chico muy agradable, al igual que su hermana. Cuando me fui a la cama eran las dos de la madrugada, y, honestamente, no podía dormir, aún intentaba averiguar qué había hecho para que Marc confiase más en su ex novia psicópata que en mí... Feliz cumpleaños, Nevaeh. 

Al día siguiente vi que tenía más de cien llamadas perdidas, la mayoría de Alex y Marc. Era obvio que aún no quería mantener una conversación con el mayor de los Márquez, así que llamé a Alex.

- ¡Peque! ¿Dónde estás?

- No voy a decírtelo porque sé que irás corriendo a contárselo a tu hermano, pero tranquilo, estoy bien.

- ¡Joder Nevaeh, Anna tampoco me dice nada, parecéis niñas pequeñas!

- Creo que tengo mis motivos, Alex

Guardó silencio durante unos segundos y acabó suspirando.

- Tienes razón, lo siento... Pero entiende que no me gusta esta situación...

- Ya, pues yo no tengo la culpa de que estemos así... Te llamo luego Alex, ahora tengo cosas que hacer...

- Está bien... Te quiero.

- Te quiero. 

Me  levanté de la cama con la misma ropa con la que me había acostado el día anterior, sabiendo que no aguantaría mucho tiempo sin pasar por el piso para poder coger mi ropa y mis cosas, y nada más entrar en la cocina me encontré con algo que no esperaba ver allí. Una tarta de cumpleaños, con dieciocho pequeñas y adorables velas. Anna y Joan, las únicas personas que estaban allí, comenzaron a cantar el cumpleaños feliz, y yo simplemente sonreí y me sonrojé como una niña pequeña.

- ¡Ven aquí, que ya eres mayor de edad! 

Mi amiga se tiró a mis brazos y nos abrazamos durante una eternidad.

- Tengo que irme, Alex tiene rehabilitación y quiere que lo acompañe -me dijo cuando se separó de mí-

- No le digas dónde estoy, Anna, por favor...

- No te preocupes, soy una tumba. Te he traído un par de pantalones y de camisetas y algo de ropa interior para que vayas tirando de momento, ¿vale? 

Asentí y volví a abrazarla antes de ver cómo se iba por la puerta.

- ¿Y a mí, no vas a darme un abrazo? 

Me preguntó Joan. 

Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora