Capítulo 24: Lo difícil se consigue, lo imposible se intenta

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Estaba acariciando su pelo mientras ella dormía, con la cabeza apoyada en su regazo. Y lo hacía con un cuidado y una templanza, que cualquiera que lo hubiese visto juraría que temía romperla en mil añicos por algún movimiento brusco.
- Hola enano.
Él elevó la vista y simplemente me sonrió. No quería despertarla, y yo tampoco.
- Te dejó el almuerzo en el microondas.
Susurró aquellas palabras mientras la observaba dormir, y yo simplemente asentí y me acerqué a la cocina. Sonreí al ver aquel plato de macarrones en el microondas, le había hecho el gusto a Alex, porque aquel era su plato favorito. Lo calenté durante unos segundos, y después volví al salón.
- ¿Te costó mucho convencerla? -Dije mientras señalaba el plato de macarrones con la cabeza-
- No sabes cuánto, pero valió la pena, cocina casi mejor que la abuela.
Ambos sonreímos y yo comencé a comer mientras la observaba dormir. No sabía cómo no se despertaba con tanta mirada encima de ella.
- Creo que me voy, quedé con Rins para ir al cine.
- Ya actuáis como una parejita de enamorados.
- Vete a la mierda.
Reímos, y mi hermano se levantó con todo el cuidado del mundo para no despertar a Nevaeh. Me dio una palmada en la espalda, y yo le sonreí mientras lo veía marchar. Cuando terminé de comer lo recogí todo y fui a darme una ducha, había pasado muchísimo calor en el viaje de vuelta y necesitaba ducharme y cambiarme de ropa. Cuando volví al salón, vi que Nevaeh acababa de despertarse.
- Hola bella durmiente.
Ella sonrió mientras bostezaba y se levantó para acercarse a mi lado.
- Te eché de menos.
- Y yo a ti petita, ya vi que cogiste la moto.
- Sí, fui a dar una vuelta con tu hermano.
Ella me sonrió y besó mis labios con un ansia que me dejaba claro que no había sido el único que la había echado de menos.
Dedicamos la mayor parte de la tarde a preparar su maleta, ya que se iría al día siguiente por la noche, muy a mi pesar. Yo ya tenía mi pasaje reservado para estar el día antes de su graduación con ella, pero sabía que después tendría que volver a Barcelona... Y no sabía cuándo iba a volver ella.
- Marc, ¿Estás bien?
La miré cuando me preguntó aquello, y simplemente tiré la maleta al suelo para abalanzarme en la cama, sobre ella.
- Sabes que no podré estar mucho sin ti, Nevaeh.
Me miraba a los ojos, y yo sentía el nerviosismo correr por sus venas. No sabía si era por mi postura, o porque no podía darme una respuesta.
- Te prometo que desde que tenga la nota de PAU vendré, además, tengo que hacer el papeleo de la universidad, y para eso tengo que estar aquí.
- Eso es demasiado tiempo... ¿Y si consigo que hagas la PAU aquí en Barcelona?
- ¿Y se puede saber cómo conseguirás eso?
- Soy capaz de remover cielo y tierra con tal de tenerte a mi lado, ya se me ocurrirá algo.
- No es tan fácil, Marc...
- Lo difícil se consigue, y lo imposible se intenta.
Ella sonrió y besó mis labios.
- Está bien, si consigues que me examine aquí volveré contigo cuando pase mi graduación.
Estaba que saltaba de alegría. Sonreí y di cientos de besos cortos en sus labios, lo que provocó su risa.
- Te quiero.
- Te quiero, Marc.
- Anda, vamos a tomar algo para celebrar que no puedes vivir sin mí.
Golpeó mi hombro, y yo sólo reí antes de levantarme de la cama.
-Narra Nevaeh-
Puse los ojos en blanco cuando vi que otra fan se acercaba a pedir una foto con Marc. Cuando esta se alejó, vi mi oportunidad de salir de allí.
- Marc, ¿nos vamos?
- ¿No lo estás pasando bien?
- No es eso, es que es incómodo que se acerque tanta gente, ni siquiera podemos hablar tranquilos...
Él asintió y pidió la cuenta al camarero. Justo entonces sonó su móvil.
- Tengo que contestar.
Asentí mientras sonreía, y lo observé mientras hablaba. A veces me costaba creer que estuviese viviendo todo aquello con Marc. Hacía menos de un mes estaba viéndole sentada desde el sofá de mi casa, y ahora estaba cenando con él. Marc había llegado a mi vida pisando fuerte, y la había puesto patas arriba en cuestión de segundos.
- Era Rins, dice que hizo una fiesta en casa y que Alex bebió demasiado... Tengo que ir a por él.
- Bien, te acompaño.
- No sé si quieres verlo así, Nevaeh.
- Ya estoy acostumbrada Marc, mi hermano se emborracha constantemente, probablemente te sirva hasta de ayuda.
Él se encogió de hombros y acarició mi mano encima de la mesa. Era el primer gesto de cariño que mostrábamos en toda la cena por miedo a que nos viese alguien.
- Vamos entonces.
Tras pagar la cuenta, abandonamos el restaurante en el que llevábamos más de dos horas y pusimos rumbo a la casa de Alex para ir en rescate de mi... ¿cuñado? Tardamos menos de diez minutos en llegar, y entonces pudimos ver a un montón de gente, muchos de ellos famosos, tomándose algo en el jardín. Pero, después de dar varias vueltas al jardín, ni Marc ni yo encontramos a Alex.
- Seguro que está dentro de la casa, si nos separamos lo encontraremos antes.
- No me hace mucha ilusión dejarte sola ahí dentro, Nevaeh.
- No me pasará nada tonto, si alguno lo encuentra avisa al otro por WhatsApp.
Él suspiró, no muy convencido, y asintió.
- Ten cuidado.
Sonreí y besé su mejilla antes de separarme de él y entrar en la casa de Alex. Aquello estaba lleno de gente que no paraba de reír, beber y bailar, y yo me chocaba constantemente con ellos. Comenzaba a agobiarme, cuando una mano femenina dejó una copa en mi mano antes de alejarse sin ser vista. La olí, aunque no llegué a beber de ella, ya que recordé que estaba allí para buscar a Alex. Seguí adentrándome en la casa, buscando al menor de los hermanos Márquez, hasta que de pronto lo vi, sentado en un sofá, entre un montón de gente que no hacía otra cosa que beber y fumar. Él ya no bebía. Me acerqué a él, y acaricié su hombro.
- Vámonos a casa, Álex.
Elevó la vista para mirarme, y sonrió mientras intentaba levantarse sin perder el equilibrio.
- Lo siento...
- Eso dícelo a tu hermano, no a mí.
- ¿Me das un poco de eso que tienes en la mano? Me vendrá bien para aguantar la bronca de mi hermano.
- ¿Sabes, Alex? Yo no bebo, nunca lo he hecho, ni siquiera tengo la edad legal para hacerlo, pero ahora mismo prefiero beberme esta copa a dártela a ti.
Me bebí la copa que me habían dado de un sólo trago, y enseguida sentí como ese líquido quemaba mi garganta.
- Olé, así se bebe, sí señor.
Sonreí al escuchar el comentario de Alex y saqué mi móvil del bolso. Le mandé un WhatsApp a Marc diciéndole que ya estaba con su hermano, y que nos veíamos en el jardín. Conseguí tirar de Alex hasta la entrada, y cerré los ojos con fuerza al sentir una punzada en la cabeza.
- Alex...
- Dime.
- Me caigo...
Y, tras decir estas palabras, perdí la consciencia, y sólo recuerdo sentir unos brazos que me habían salvado de ser golpeada contra el suelo.

Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora