Capítulo 21: Ático A

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Abrí la puerta, y vi a mi hermano tirando de la mano de Nevaeh, que no paraba de reír.
- Sh, Marc va a escucharte y nos pillará.
Bueno, lo que me faltaba por oír. Puse los ojos en blanco y bajé las escaleras con cuidado, para que no me escucharan. ¿Realmente estaba celoso de mi hermano pequeño? Vamos, estaba enfermo. Los vi entrar en el salón y les seguí con cautela. Me sentí el tío más idiota del planeta tierra cuando vi que mi hermano estaba enseñándole un álbum de fotos. No sabía el motivo, pero odiaba que la gente viese las fotos de mi infancia. Las pocas que las fans tenían a su alcance las había publicado Alex.
- Y esta es de su primera competición.
- Yo también quiero verlas.
Nevaeh me sonrió al verme en la puerta del salón, y mi hermano tenía cara de haber visto un fantasma. Me acerqué a ellos y me senté a la derecha de Nevaeh, así que quedó en medio de los dos.
Comenzamos a ver fotos, unas más antiguas, otras que no lo eran tanto. Vacaciones, competiciones, con mis abuelos, con Alex, con Emilio, con Rossi cuando era mi ídolo, y no un contrincante y un amigo. Pasamos un buen rato viendo fotos, hasta que mi madre vino a decirnos que era tarde y que deberíamos ir a la cama. A pesar de las quejas de mi hermano, los tres obedecimos.
- ¿No piensas contarme qué sorpresa piensas darme mañana?
Me giré al escuchar la pregunta de Nevaeh mientras secaba mi pelo. Negué con la cabeza y me tumbé a su lado.
- Sabes que me gusta sorprenderte, y si te lo dijese no sería una sorpresa.
Ella hizo pucheros, lo que provocó mi risa, y acabé besando sus labios de manera lenta y pausada, juro que podría haberme pasado toda la noche así.
- Voy a echarte de menos cuando vuelva a Tenerife...
- Y por eso debes volver.
Ella simplemente sonrió y apoyó su cabeza en mi pecho. Ninguno dijo nada. Yo me dediqué a acariciar su pelo con cuidado, y ella a escuchar los latidos de mi corazón, hasta que nos dejamos dormir.
Al día siguiente madrugamos y nos preparamos para pasar la mañana fuera. En mi casa no había nadie, mis padres estaban trabajando y Alex había ido a pasar el día en casa de Rins.
Nevaeh intentó sacarme el sitio al que íbamos durante todo el camino, pero yo me mantuve firme. Esta vez no necesité que se pusiese el pañuelo como la vez que la lleve a la cafetería, ni siquiera imaginaba el sitio al que iba a llevarla. Cuando bajamos del coche y vio un bloque de edificios completamente nuevo, me miró sin entender qué hacíamos allí.
- ¿Venimos a ver a algún familiar tuyo o algo así?
- Estás a punto de descubrirlo.
Ella puso los ojos en blanco y yo reí mientras tiraba de su mano para entrar en el edificio. Abrí la puerta del portal, y segundos más tarde ambos estábamos subiendo al ático en el ascensor. Ella seguía con cara de confusión, y, ¿para qué mentir? Me divertía verla así. Al llegar a nuestro piso, recorrimos el largo y amplio pasillo hasta llegar a la puerta con el cartel "ÁTICO A" y volví a sacar las llaves para abrir la puerta. La dejé entrar a ella primero, que observaba con detenimiento el piso.
- ¿Te gusta?
- Mucho... Pero le faltan muchos muebles y un toque femenino.
- ¿Me acompañas a elegir muebles entonces?
Me miró con los ojos como platos, sin creerse la idea que rondaba por su mente.
- ¿Has alquilado el piso?
- No, lo he comprado.
- ¡Estás como una cabra, Marc!
Yo sólo sonreí y saqué otro juego de llaves, con las iniciales M y N de llaveros, del bolsillo de mis pantalones.
- Toma, estas son para ti.
- Pero Marc, si yo...
- Espera, déjame hablar.... Dios, jamás pensé que este momento fuese tan complicado... Sé que nos conocemos desde hace muy poco tiempo y que esto te sonará a locura... Pero no sé Nevaeh... Me encanta pasar tiempo contigo, y cada día que pasa me enamoro un poco más de ti... Sé que acabas de salir de una relación, y por eso no voy a hacer la gran pregunta, no ahora... Pero sí que te pediré que vengas a vivir conmigo... El piso queda muy cerca de la facultad de periodismo, puedes ir caminando... Y bueno, no sé qué más decirte ya... Me he tirado a la piscina por ti y ni siquiera sé si hay agua dentro, pero eso me da igual, porque te quiero y sé que por ti vale la pena arriesgarse.
Ella me miró a los ojos en todo momento mientras le hablaba, joder, estaba tan nervioso...
Finalmente sonrió y se tiró hacia mí para abrazarme y besarme.
- Creo que hiciste bien al tirarte a la piscina.
Sonreí, e inaguramos la que ya era nuestra casa con una media hora de besos, caricias, mimos y risas.
- ¿Tu familia sabe que te compraste la casa?
- No, sólo lo saben Emilio y Tito, ellos me ayudaron a buscar el lugar ideal.
Ella asintió y volvió a mirar la casa.
- Bueno, creo que va siendo hora de ir a mirar el mobiliario.
Sonreí, y ambos nos fuimos del piso. Eso sí, prometiendo volver pronto a nuestro nidito de amor.

Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora