Conociendo a mi ídolo |Marc Márquez| [FINALIZADA]

Capítulo 54: Empezar de cero

- Joan, ¿me escuchas? Necesito que la traigas, le hemos organizado una fiesta sorpresa, ha venido hasta gente de Tenerife...

- Mándame la dirección por WhatsApp, nos vemos allí.

Y, tras decirle aquellas palabras a mi hermana, colgué antes de arrepentirme de la decisión que acababa de tomar.

- ¿Con quién hablabas?

- Con mi hermana...

- ¿Se vendrá de fiesta con nosotros?

- Más o menos... Bueno, vamos antes de que se haga más tarde. 

Ella asintió, y los dos salimos de casa. Yo no sabía si aquella sería la última vez que Nevaeh había estado en mi casa... Porque sabía que se iba a reconciliar con Marc, y que volvería a vivir con él.

- Joan, ¿en qué piensas?

- En lo guapa que te has puesto, vas a arrasar con todos los tíos de Barcelona. 

Ella rió, y seguimos andando. Cuando mi hermana me mandó la dirección me di cuenta de que quedaba bastante cerca de casa, y fuimos acercándonos hasta que fue obvio que aquello era una trampa para llevarla a su casa. Le había cogido mucho cariño a Nevaeh y no quería que se enfadase conmigo, pero estaba claro que se iba a enfadar bastante cuando descubriese que no íbamos de fiesta, sino que me estaban usando para llevarla hasta su casa.

- Joan... ¿Qué hacemos aquí? 

Me giré para mirarla, y vi que tenía mala cara, es más, estaba a punto de llorar.

- Nevaeh.. Ven aquí -me acerqué a ella y la abracé con fuerza- No te pido que perdones a Marc tan pronto, entiendo que estás dolida y tienes motivos de sobra para estarlo, pero él te quiere tanto y está tan arrepentido que ha traído a tus seres queridos de Tenerife para que puedas pasar este día tan especial con ellos... Ahora todo está en tu mano, tú tienes que tomar la decisión, ni yo ni nadie puede obligarte a hacer nada... O subes y disfrutas de la compañía de la gente que te quiere... O damos la vuelta y nos vamos de discotecas. 

Ella me miró durante unos segundos, me sorprendía que estuviese dudando, pero finalmente cogió mi mano, y tiró de mí. Yo simplemente sonreí y me dejé guiar por ella. 

-Narra Nevaeh-

Toqué la puerta con bastante nerviosismo encima, tardaron lo que se me hizo una eternidad en abrirnos, y yo no hacía otra cosa que mirar hacia atrás para ver a Joan, que sólo me sonreía en un intento de tranquilizarme. Pero aquello era imposible, estaba cardiaca. Fue Alex quién me abrió la puerta, y se tiró de inmediato a mis brazos para abrazarme.

- Peque, ¿de verdad pensabas que me había olvidado de tu cumpleaños? 

Yo reí, comprendiendo que había sido una tonta, y comencé a llorar sin poder evitarlo. Entré al piso, y vi cómo Alex invitaba a Joan a entrar. El menor de los Márquez le dijo algo al hermano de su novia y éste sólo sonrió y asintió.

- Nevaeh, ¿podemos hablar?

Cerré los ojos con fuerza. No. No quería girarme. No quería ver su cara de pena. No quería rendirme de nuevo a sus pies. Porque, como ya he dicho en más de una ocasión, era, soy y seré incapaz de enfadarme con Marc.

- ¿Qué quieres, Marc?

- Que me perdones... He pasado un día horrible sin ti...

- Pues yo me lo he pasado bastante bien, fíjate.

Sonreí, aún dándole la espalda al que aún era mi novio, y saludé con la mano a Joan, que hablaba con Anna en la otra punta del salón. Él me sonrió y me guiñó un ojo con todo el descaro del mundo.

- Y me alegra que haya sido así, hoy era tu cumpleaños y debías pasarlo bien... Siento haber estado a punto de estropearlo. 

Me giré para poder mirarlo. Joder, no. Estaba a punto de llorar, y eso me mataba. Entonces, sonreí y me acerqué un poco más a él.

- Hola, no me conoces pero me llamo Nevaeh, tengo dieciocho años recién cumplidos y soy una gran fan tuya. 

Marc me miró sin entender, y yo me acerqué a su oído para susurrarle algo.

- Te estoy dando la oportunidad de empezar de cero... Cómo si no nos conociéramos... Aprovecha. 

Él me sonrió y me dio dos besos, uno en cada mejilla.

- Yo soy Marc Márquez, y eres la chica más guapa que he visto nunca. 

Le sonreí, y, sin poder aguantarme ni un segundo más, le besé. 
La fiesta fue increíble. Vi a Raúl, a mis amigos más cercanos, a algún que otro compañero de clase... También  estaban los que comenzaban a ser indispensables en las sorpresas que Marc me preparaba, como Tito, Rins, Pedrosa, Valentino... Y también vi a Edgar y a Diana, no les veía desde nuestro viaje a Cervera, y entonces comprendí en cómo habían cambiado las cosas desde entonces... Alex, siguiendo con su tradición, fue de los últimos en irse a dormir, y no se marchó hasta que tuvo cientos de selfies que subir a sus redes sociales con todos los invitados de la fiesta. Finalmente sólo quedábamos Anna, Alex, Joan, Marc y yo.

- Bueno... Creo que me voy, ya es tarde -aseguró Joan mientras se despedía de Alex- ¿Vendrás conmigo, Nevaeh? 

Le miré, sin saber qué contestar, había bebido un par de copas y al estar tan poco acostumbrada a la bebida me habían sentado fatal, no podía pensar con claridad.

- Yo...